Atrás quedan viejas rencillas de “quítame allá una moción de censura” entre las dos principales fuerzas soberanistas del Maresme, Esquerra Republicana de Catalunya y Junts per Catalunya. Mucho ha tenido que ver la predisposición dialogante de los nuevos interlocutores que, especialmente los republicanos, han negociado sin excesivas imposiciones para poder suscribir un pacto reconciliador que ayer se formalizó en el Hotel Atenea de la capital mataronesa. Un pacto que toma forma de armisticio entre las dos formaciones independentistas que hasta hace pocos días mantenían una intensa guerra política desde las trincheras municipales.
Hicieron los honores los dos presidentes de las formaciones catalanistas, Josep Pena por ERC y Carles Bosch por JxCat, que se lanzaron alabanzas mutuas por la buena predisposición de ambos a negociar. “Era la alternativa –al Consell Comarcal- que sumaba más fortaleza institucional” recordó el republicano. Por su parte, Bosch no ocultó que también estaban negociando con el PSC, con quien no sumaron por lo que definió “la aritmética diabólica” y agradeció al primer secretario socialista, Xesco Gomar “su predisposición”.
El pacto del Consell Comarcal hasta el 2023, coincidieron los firmantes, en que tendrá un marcado carácter independentista ya que “el vector nacional no puede quedar aislado de la política comarcal” aseguró Pena. En el Maresme hay 28 alcaldías independentistas, de las que 18 son republicanas, por lo que en los municipios se augura una época “de republicanismo político” y coincidencia de acciones a impulsar desde el ente comarcal que presidirá el alcalde de Vilassar, Damià del Clot, como “los temas de diversidad o economía circular”.
Ambos presidentes incidieron en la necesidad de “tender la mano al resto de grupos comarcales” pero también a todos los sectores sociales y empresariales. “Aplicaremos nuestro programa electoral –detalló Pena- elaborado en conexión con los programas municipales”. Se trata, dijo de un acuerdo “de responsabilidad y generosidad” ya que, recordó, ERC cedió la mitad de conselleries a Junts per Cat pese a doblarle el número de representantes.
“Hemos hecho lo mismo que hacemos en los municipios, apoyar la lista más votada” afirmó Carles Bosch, que definió el acuerdo como“generoso y en el que nos sentimos cómodos”. En cuanto a las reacciones que puedan surgir de las filas socialistas, indignadas por el pacto que consideran “una traición” y que podría derivar en la rotura de pactos entre PSC y JxCat, incluso los que aún se están negociando, como el de Premià de Mar. “Si abrimos el melón de los pactos, todos resultaremos damnificados” advirtió el exconvergente.
Precisamente en cuanto a la “traición” a la que se refieren los socialistas, La Vanguardia ha podido saber que el PSC había cerrado un pacto con En Comú Guanyem, que en el Consell Comarcal está representado por el concejal de Calella, Sebastià Tejada -el mismo que se oponía al pacto JxCat-PSC en su ciudad- que a cambio de la concejalía de Medio Ambiente, cedería sus dos votos, que junto al del PP daría la mayoría al PSC para obtener presidencia comarcal. En la última reunión con el PSC, JxCat, los Comuns condicionaron el pacto a la aceptación del mismo por parte de sus concejales, lo que desde las filas exconvergentes se vio como “un riesgo y una temeridad tener que supeditar un pacto de este calibre al criterio de concejales de los Comuns” y, de acuerdo con la militancia y los alcaldes JxCAt, optaron por acogerse al acuerdo con los republicanos.
Sobre la campaña de presión que se intentó ejercer de una plataforma independentista contra el pacto de JxCat con el PSC, Carles Bosch reconoció que “no ha tenido ninguna incidencia en nuestra decisión, nunca aceptaremos presiones para hacer lo que creemos mejor para el país”. En este sentido recuerdó que también se ha negociado a nivel de partido, donde algunos destacados militantes abogaban por no formalizar el pacto con ERC. Por su parte, Josep Pena justificó la presión ciudadana como “presiones ambientales atentas a las demandas sociales”. Ambos presidentes coincidieron en alabar a los negociadores del pacto: Joaquim Arnó, Marc Marín y Damià del Clot.
Los nuevos consellers
Presidido por Damià del Clot, el nuevo Consell Comarcal estará formado, por parte de ERC por Marta Paset (Tordera), Ramir Roger (Malgrat de Mar), Meritxell Romero (Santa Susanna), Marc Bosch (Dosrius), Maria Teresa Vidal (Llavaneres), Joan Maria Pascual (Argentona), Maite Viñals (Cabrils), Andreu Bosch (Teià) y Laura Ribot (Montgat). Los seis representantes de Junts per Catalunya serán Joaquim Arnó (Caldes d’Estrac) como vicepresidente, Xavier Masgrau (Òrrius), Laura Martínez (Vilassar de Mar), Estanis Fors (Arenys de Mar), Montserrat Garrido (Sant Pol) y Jofre Serret (Malgrat de Mar) que actuará como portavoz.