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El Maresme vota en el 99% de los colegios electorales previstos

Referéndum 1-O

La Guardia Civil y la Policía Nacional actúan con cargas contra los colegios electorales de pueblos pequeños

Referéndum en Catalunya: Últimas noticias del 1-O

1.- Maresme. La Guardia Civil por las calles de Dosrius el 1-O

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Desde la madrugada del 1 de octubre miles de personas se han agolpado frente a los colegios electorales del Maresme para ejercer su voto en el “Referéndum per la Independència”. Desde primera hora ya se han detectado problemas informáticos, como consecuencia de ataques de hackers, que han bloqueado el sistema de voto, lo que ha provocado grandes retenciones y colas, sin que los ciudadanos hayan perdido la paciencia.

Los incidentes más remarcables se han localizado en las poblaciones más pequeñas de la comarca. En Canyamars, la pedanía de Dosrius, la Guardia Civil ha intentado acceder en dos ocasiones al colegio electoral, sin éxito. En la segunda ocasión lo han conseguido con una violenta carga policial. En Sant Cebrià de Vallalta, los agentes han cargado provocando heridos para acceder a la escuela. Allí, han destrozado cristales, puertas y armarios en busca de unas urnas que los voluntarias habían hecho desaparecer. En Sant Iscle de Vallalta han entrado en el pueblo en formación de asalto y han repartido empujones entre los vecinos que se congregaban frente al Ayuntamiento.

2. Maresme. Carga policial durante el 1-O en Sant Cebrià de Vallalta

cedida

Los ciudadanos no han dudado en movilizarse para impedir la acción policial. En Argentona, los tractores estacionados en la puerta de los colegios impedían el acceso a la fábrica Velcro. En Arenys de Munt, una gran pancarta donde se leía “no pasarán” precedía a centenares de vecinos concentrados en la Riera. En Canet de Mar, los ciudadanos han hecho barricadas con los bancos de la iglesia parroquial y un camión de la compañía Els Comediants impedía la circulación de los vehículos. En Òrrius han sido más expeditivos y unos desconocidos han serrado tres pinos que han caído hacia la carretera de acceso a la población.

Ante la violencia utilizada por los antidisturbios, destacados políticos de la comarca, como Miquel Buch o Montserrat Candini, se manifestaban contra la acción violenta. En Mataró, David Bote, el alcalde socialista que se significó como uno de los políticos destacados del movimiento político para impedir la cesión de locales municipales para ejercer, pese a mostrarse satisfecho de que en la capital no hubiera incidentes, ha “exigido el cese inmediato del uso de la fuerza en las acciones policiales” mientras que ha definido el operativo policial de “injustificado con el uso de la fuerza” y recordó que “no deberíamos haber llegado hasta aquí, más allá de las responsabilidades de los políticos”.

3.- Maresme. En Canet de Mar los bancos de la iglesia parroquial sirvieron de barricadas

cedida

Pedía no morirme hasta haber votado”

Crónica de Francesc Castanyer

Largas esperas, resignación, nervios y esperanza en una jornada electoral atípica

En Mataró, el 1-0 ha empezado a las cinco de la madrugada cuando los primeros ciudadanos se han concentrado a las puertas de los colegios electorales con intención de votar. Apenas había luz en la calle y el domingo se presentaba frío y lluvioso, pero la visita de los mossos estaba anunciada para las 6h por lo que la organización había llamado a madrugar y evitar así que se precintaran los centros. La pregunta entre los primeros votantes era recurrente: ¿Hay urnas? Ni los trasnochadores que se quedaron en el interior de los colegios para protegerlos tenían el más mínimo indicio del material electoral. En la Escola Pia Santa Anna, la segunda mayor de la ciudad, las urnas llegaron la tarde del sábado en cajas precintadas y se han custodiado toda la noche en una vivienda privada, según ha explicado un testigo. Por la mañana, se han trasladado en el polideportivo del centro donde se han constituido las seis mesas electorales, tras reunirse a puerta cerrada los representantes de la Generalitat y los apoderados, además de los integrantes de las mesas que se han ofrecido como voluntarios.

Mientras tanto, la calle empezaba una larga mañana, animada por la visita de los mossos, que se han personado pasadas las 7h. para advertir de la ilegalidad del referéndum, y por las consignas de los organizadores. “Haced una sola cola, los ancianos y los niños delante”. “No hagáis fotografías a los apoderados”. “Todo sigue adelante y todo va muy bien”. Aplausos. Música de grallers. Cánticos. La cadena de electores ha ido creciendo hasta llegar al Ayuntamiento, a tres-cientos metros de la plaza Santa Anna donde se ubica l’escola Pia. También en el Insitut Damià Campeny se ha formado una impresionante hilera de gente dispuesta a votar. La lluvia, que se ha ido intensificando a medida que avanzaba la mañana, ha hecho más heroica la espera. De nuevo, el megáfono: “Por favor, necesitamos tabletas con cargador”. En minutos, han llegado más de veinte. Y por fin, la llamada a votar: el reloj marcaba las 9.30h, cuatro horas y media después de la cita. La alegría y los nervios se han vuelto frustración cuando de pronto ha aparecido el escudo de la Guardia Civil en los Ipads de las mesas electorales: “el sistema ha sido intervenido”. En el gimnasio de Santa Anna, caras largas y resignación. Sillas para los ancianos. ¿Qué hacemos? En el ambiente flotaba cierta sensación de desgobierno y precariedad. Media hora después, el sistema se ha recuperado. Y los primeros votos han empezado a caer en las urnas.

Una de las primeras en ejercer su derecho a voto ha sido Isabel Gálvez, de 94 años de edad. “Nací en Madrid, pero fui bautizada en Barcelona. Pedía no morirme hasta haber votado por la independencia. He dicho ‘Sí’ por la libertad y por el futuro de mis hijos”. También estaba aliviado y feliz un bombero, quien pidió saltarse la cola para regresar lo antes posible a su puesto de trabajo. “Un compañero del turno nocturno me está cubriendo”. No habían votado aún cincuenta personas cuando el sistema informático se ha vuelto a caer. Alguien ha traído galletas y agua. Treinta minutos después, ha llegado un nuevo código y se ha reanudado la votación. En la calle, cientos de paraguas avanzando pasito a pasito. El tiempo de espera para votar ha superado las cuatro horas. Durante la jornada, el referéndum se ha parado varias veces. “No he oído ninguna queja”, ha dicho Genís, presidente de una de las mesas. Los constantes avisos sobre la llegada de la Guardia Civil a Mataró –había 44 vehículos en las Cinc Sènies– han sido respondidos con la llegada de tractores que han bloqueado las dos puertas del colegio. Por la tarde, el tiempo ha mejorado. De la policía no se ha sabido nada más. En l’Escola Pia han votado 3.381personas: 3.195 ‘Sí’; 130 ‘No’; 47 en blanco y 15 nulos. Tras oír los resultados, la plaza Santa Anna, abarrotada de gente, ha enloquecido: “Hem votat” y “Bote, dimissió”, dedicado a David Bote, el alcalde socialista que se ha opuesto al referéndum. Luego cánticos a ritmo de l’Eléctrica Dharma “Oe, Oe, Oe”.

4.- Maresme. Una pancarta en la riera de Arenys de Munt

cedida