Los controladores aéreos han denunciado en redes sociales que casi 500 personas viven cada día en el aeropuerto de Madrid- Barajas. Se trata de personas vulnerables, sin hogar, muchas veces víctimas de exclusión social que no se dejan ayudar. Esta cifra ha ido creciendo exponencialmente durante los últimos ejercicios porque en las cuatro terminales hace unos diez años, el número no pasaba de 40.
Según el sindicato ASAE (Alternativa Sindical Aena Enaire) la cifra se ha multiplicado actualmente por diez respecto al 2014, cuando había contabilizadas menos de 40 personas. La cifra fluctúa en función de la época del año, pero durante el invierno sube por las malas condiciones climatológicas.
La situación es complicada para el personal que trabaja en el aeropuerto y para las tiendas concesionarias que han pagado importantes tasas para implantarse en el recinto y este tipo de inquilinos da muy mala imagen. En ocasiones, se colocan delante de determinados comercios y hay viajeros que no entran por miedo a que les roben estas personas que tienen mala presencia.
Cada noche, los agentes de seguridad los agrupan en determinadas zonas del aeropuerto para que duerman, pese a que siempre hay luz, pero al menos así los tienen controlados.
Perfil de los moradores
Entre los moradores hay de todo, “personas sin techo, que solo buscan un lugar cerrado donde dormir; extranjeros que han llegado a España sin papeles y no disponen de una habitación donde alojarse, delincuentes que tratan de robar a turistas despistados, adictos, personas con problemas mentales o incluso mujeres que ejercen la prostitución”, señalan fuentes conocedoras de la situación.
Bien es cierto que personal del Ayuntamiento, del Samur Social y de la propia delegación del Gobierno han tratado en reiteradas ocasiones de paliar esta situación, pero sus trabajos no han logrado acabar con el problema. Sino todo lo contrario, va a más.
Esta realidad provoca un problema añadido: el deterioro de algunas instalaciones, como los aseos, que afea la situación del propio aeropuerto. Los baños por la mañana, cada vez están más sucios, con papeles por el suelo y los lavabos muestran el gran transito de este tipo de personal.
La postura de Aena
Desde la división de Aena de Barajas, el gestor aeroportuario, explican a La Vanguardia que “el aeropuerto en colaboración con el Samur Social y el equipo de trabajo de calle del Ayuntamiento de Madrid realizan actuaciones para evitar estas situaciones al tratarse de personas en riesgo de exclusión social y existir en el ámbito de protección de estas personas soluciones alternativas de habitación y estancia”. A lo que añade la compañía, “en caso de situaciones de desorden público de estas u otras personas, la competencia es de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Y concluye Aena que “los aeropuertos no contemplan habitar en los mismos, sino que son infraestructuras preparadas para atender las necesidades de los viajeros”.