20 años del 'tamayazo': Las heridas aún siguen abiertas

Aniversario

La deserción voluntaria de los diputados socialistas en la sesión constitutiva de la Asamblea de Madrid llevó a una crisis institucional sin precedentes

Eduardo Tamayo (i) y Teresa Sáez (d) siguen desde sus escaños de la Asamblea de Madrid, la intervención del candidato socialista a Presidencia, Rafael Simancas

Eduardo Tamayo (i) y Teresa Sáez (d) siguen desde sus escaños de la Asamblea de Madrid, la intervención del candidato socialista a Presidencia, Rafael Simancas

Chema Moya / EFE

Este sábado 10 de junio se cumplen 20 años del capítulo más negro de la política madrileña en democracia, el llamado tamayazo, la traición de dos diputados electos, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, al socialista Rafael Simancas en la que iba a ser su investidura, lo que desembocó en la repetición de elecciones que ganó por mayoría absoluta Esperanza Aguirre.

Ríos de tinta han corrido sobre aquellos hechos, recogidos también en libros, desde el último publicado -No a todo, una novela de Guillermo Zapata-, hasta los escritos por el propio Simancas o el periodista Felipe Serrano, pero sigue sin esclarecerse si la deserción obedeció a razones políticas o hubo contraprestaciones de por medio.

Para Simancas, en la actualidad secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales, "no hay razones políticas" que justifiquen la "indignidad" en la que incurrieron Tamayo y Sáez, y confía en que la "porquería" que hay detrás salga a la luz.

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Los diputados socialistas Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, protagonistas del 'tamayazo' en Madrid en 2003.

En las elecciones del 25 de mayo de 2003, el PP obtuvo 55 diputados frente a los 56 que sacaron la suma de PSOE (47) e IU (9), y estos dos partidos iniciaron negociaciones para un posible gobierno de coalición.

Sin embargo, la deserción voluntaria de Tamayo y María Teresa Sáez el mismo día de la sesión constitutiva de la Asamblea de Madrid llevó a una crisis institucional sin precedentes.

El plante dejó la Presidencia de la Asamblea a la popular Concepción Dancausa, que recibió el apoyo de los 56 escaños de su grupo, haciendo infructuosa la unión de votos de PSOE e IU (54). Meses después se repitieron los comicios y Esperanza Aguirre alcanzó el poder.

El caso marcó un antes y un después en la historia de los socialistas madrileños, que nunca han conseguido gobernar en la Comunidad de Madrid.

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El 18 de septiembre de 2018, en un cara a cara de Simancas con el expresidente de Gobierno José María Aznar, en la comisión de investigación del Congreso sobre la presunta financiación ilegal del PP, el diputado socialista le acusó de dar indicaciones al ministro de Justicia, al fiscal general del Estado y al delegado del Gobierno para "evitar cualquier investigación sobre el robo de aquel gobierno".

"No me interesa hablar de nada que no sea mi vida actual. Es un tema finiquitado para mí y no tengo nada que decir al respecto", ha dicho por teléfono a EFE Eduardo Tamayo, de 64 años.

En su opinión, "hay tantas cosas importantes en la España de hoy que deberíamos dedicarnos a lo actual".

¿Qué fue de Tamayo y Sáez?

Tras ser expulsado del Partido Socialista de Madrid, Tamayo fundó la formación Nuevo Socialismo para concurrir a la repetición de los comicios autonómicos de 2003, en los que apenas cosechó 6.000 votos, y siguió en la arena política hasta 2008.

Sus negocios inmobiliarios le llevaron a Guinea Ecuatorial. Allí tuvo problemas con la justicia y salió del país, según 'eldiario.es'.

Poco más se sabe desde entonces. En noviembre de 2019 el Tribunal Supremo inadmitió una querella de Tamayo contra Simancas al estimar que las declaraciones que hizo el dirigente socialista sobre el 'tamayazo' están protegidas por la libertad de expresión.

Los diputados socialistas Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, protagonistas del 'tamayazo' en Madrid en 2003.

Los diputados socialistas Eduardo Tamayo y Teresa Sáez 

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Tamayo acusó a Simancas de hacer "manifestaciones gravemente calumniosas e injuriosas" contra él en público y en su libro 'Alegato contra la resignación. Quince años de la política madrileña que explican el tamayazo'.

En su auto, el Supremo recuerda que Simancas, según sus declaraciones, sigue afirmando que, "aunque no se pudo probar nada", los entonces diputados autonómicos "fueron comprados".

La compañera de filas de Tamayo, María Teresa Sáez, de 74 años y ya jubilada, se presentó con Nuevo Socialismo a las segundas elecciones de 2003 pero, tras su fracaso electoral, volvió al anonimato, siguió viviendo en el mismo piso del distrito de Usera y se reincorporó a su plaza de administrativa en el hospital 12 de Octubre.

Otros actores

José Luis Balbás, jefe de la corriente interna socialista Renovadores por la Base que ayudó a aupar a José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la Secretaría General del PSOE, fue expulsado del partido por su "evidente complicidad" con Tamayo y Sáez.

La razón aducida por los dos tránsfugas para su deserción fue el "pacto" entre PSOE y IU en el Gobierno regional y el incumplimiento de Simancas de un supuesto acuerdo con la corriente socialista dirigida por Balbás.

Balbás, quien siempre ha negado su participación en los hechos, achacó la actuación de Tamayo a su "enfrentamiento" con la recientemente fallecida Ruth Porta, 'numero 2' de Simancas, por las reiteradas denuncias del marido de ésta, Enrique Mamblona, contra Tamayo ante la Comisión de Ética del PSOE, y por negocios inmobiliarios.

Para escribir el libro 'El tamayazo, crónica de una traición', el periodista Felipe Serrano no pudo hablar con Tamayo, pero sí con Sáez, a quien describe como una persona "sobrepasada" por los acontecimientos y con sentimiento de "haber sido utilizada".

"Resulta difícil imaginar que no hubiera alguna contraprestación, aunque no se ha podido demostrar", destaca en declaraciones a EFE Serrano.

En el libro, Simancas desvela cómo Rodríguez Zapatero se zafó del asunto al llegar a La Moncloa.

"Es llamativo comprobar que ni el PP ni el PSOE, al menos las direcciones nacionales, no han estado demasiado interesadas en llegar al fondo de la cuestión", concluye Serrano. 

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