La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) prevé que la cuenca Segre pueda abandonar la situación de emergencia el 30 de septiembre si las condiciones de cara en los próximos días son favorables, según ha publicado al adelanto quincenal del informe mensual de sequía de septiembre.
En este sentido, expone que las reservas siguen siendo bajas, pero que "gracias a la gestión" que se ha hecho, los embalses del sistema Rialb-Oliana ya acumulan más agua que la que tenían el año pasado por estas fechas. Los dos embalses están al 20,1% de su capacidad conjunta, mientras que hace un año bien justo pasaban del 9%. Si el pronóstico se cumple, la CHE pondrá punto final en el estado de emergencia que la cuenca del Segre arrastra desde junio del 2022, hace 15 meses.
Los embalses de la cuenca del Segre de Rialb y Oliana están actualmente en el 16,9% (68.336 hm³) y al 35,3% (29.720 hm³) de su capacidad, respectivamente. Conjuntamente suman 98.084 hectómetros cúbicos, mientras que el año pasado por estas fechas las reservas no llegaban ni en la mitad y se quedaban con 54.497 hm³. Mientras que la diferencia al embalse de Oliana es de poco más de 1.000 hectómetros cúbicos respeto el 2022, Rialb ha pasado de 16.777 a 68.336 hm³.
La cuenca del Segre entró en estado de emergencia el junio del 2022 y diez meses después, el 27 de abril, la CHE declaró la situación de excepcionalidad por sequía extraordinaria. A finales de abril los canales de Urgell y Segarra Garrigues cerraron el grifo al regadío en una decisión sin precedentes, y se limitó el agua a los abastecimientos, granjas e industria.
A finales de junio, la CHE aprobó destinar unas reservas de agua extra de 50 hectómetros cúbicos para los regantes, que sirvieron para salvar los fruteros a cambio de sacrificar los cultivos de forrajes y cereales.