El futuro campus de la salud de Girona, que albergará el nuevo hospital Trueta, las facultades de Enfermería y Medicina y el instituto de investigación biomédica, entre otros servicios, está parcialmente afectado por el riesgo de inundaciones para un periodo de retorno de 500 años, según se recoge en la memoria técnica del Servei Català de la Salut i otros informes. Es el tiempo que, de promedio, se estima que se puede presentar un fenómeno extremo de lluvias torrenciales que pueden acabar afectando la infraestructura. Un índice que denota una baja probabilidad de que esto ocurra, pero que al mismo tiempo entraña un mayor riesgo de peligrosidad ante avenidas descontroladas.
Que el futuro Trueta ocupe, en parte, terrenos inundables no es esta ninguna sorpresa. Tanto los Ayuntamientos de Salt y Girona, en cuyos municipios se levantará este centro hospitalario, que ocupará una superficie de 220.000 metros cuadrados (175.000 de nueva construcción), como también Salut, trabajan desde hace tiempo para sortear el hipotético impacto del desbordamiento del torrente Masrocs y la afectación que tendría sobre una parte reducida del nuevo parque sanitario.
Una balsa de laminación y situar el campus sobre la cota de inundabilidad a 500 años de periodo de retorno, entre las medidas previstas
El estudio hidráulico encargado por el Ayuntamiento de Girona sobre este torrente, un afluente del río Güell, que delimita con los terrenos donde se prevé levantar ese campus, propone una doble estrategia para resolver la cuestión de la inundabilidad.
Por una parte, se contempla una balsa de laminación de 29.000 metros cuadrados en el lecho de la riera y el rebajo de la mota actual en 15 centímetros “para evitar la entrada excesiva de los caudales desbordados por la margen izquierda del río y que puedan afectar las edificaciones existentes o futuras”. Una balsa de laminación es una obra hidráulica consistente en una depresión en el terreno que almacene el agua de la lluvia.
También se propone construir el campus sobre la cota de 500 años del periodo de retorno, con un resguardo adicional de 50 centímetros como protección extra. “Tras esta actuación, el ámbito se situará fuera de la zona inundable para un periodo de retorno de 500 años”, explican desde Salut. Son medidas que deberán tener en cuenta las empresas que opten a la licitación del concurso de proyectos del campus, que se abrió hace unas pocas semanas. Un estudio hidráulico que forma parte de la documentación que acompaña la modificación del PGOU y que está pendiente de varios informes, entre ellos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).
La posibilidad de que el Trueta se acabe ubicando en zona inundable, aunque el riesgo se corrija por completo, ha generado algunas críticas por parte de entidades vecinales o agentes sociales. El sindicato CCOO pide nuevos estudios sobre este aspecto y la asociación vecinal El Parc no es toca (afectados por el traslado de este espacio cuando se construya el campus) reclama que no se edifique en zonas que generen dudas y pide situar el nuevo equipamiento frente al hospital Santa Caterina, en zona 100% no inundable. Eso significaría que Girona no contaría con ningún metro cuadrado de campus, que se situaría en su totalidad en el término de Salt.
Las instituciones hace años que trabajamos siguiendo todos los procesos de forma escrupulosa, por supuesto también todos aquellos que tienen que ver con la prevención de riesgos
El Ayuntamiento de Girona tranquiliza. “Las instituciones hace años que trabajamos siguiendo todos los procesos de forma escrupulosa, por supuesto también todos aquellos que tienen que ver con la prevención de riesgos”, explica la edil de Transformación Urbana, Cristina Andreu. El teniente de alcalde de Territori de Salt, Àlex Barceló, recalca que una vez se urbanice la zona, el ámbito del Trueta, no se verá afectado por problemas de inundabilidad.
Sea como sea el Observatorio del Campus de la Salut espera que esta situación no genere más demoras. Su portavoz, Josep Vilaplana, dice que a cada trámite se suman “entre seis meses y un año de retraso”. Desde Salut aseguraron hace unas semanas que dificilmente se podrá cumplir la fecha de 2030 y el Observatori calcula que el nuevo Trueta no será una realidad antes de 2032.