Los vecinos de Sils (Girona) ya pueden volver a beber y cocinar con el agua del grifo después de casi dos meses sin poder hacerlo por la presencia de metaloclor. La instalación de los nuevos filtros de carbono durante las fiestas de Navidad ha permitido que las analíticas ya no detecten la presencia de este pesticida y, por tanto, el agua cumple con todos los parámetros para el consumo humano.
La prohibición comenzó el 12 de noviembre, después de que unas analíticas certificaran que había restos de un pesticida, el metaloclor, en la red de agua pública. Mientras el Ayuntamiento de Sils y el Departamento de Agricultura trabajaban para buscar el origen de las filtraciones, el gobierno local redactó el proyecto de instalación de unos filtros para evitar la presencia del pesticida.