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Un bombón nada virtual da sabor al Mobile Lunch

Mobile World Congress

Una degustación de cacao combinada con unas gafas de realidad virtual a cargo de Jordi Roca hace las delicias de los asistentes al evento que reúne el ecosistema digital de la ciudad un día antes del congreso

Jordi Roca observa el desarrollo de la experiencia virtual en el Palau de la Música

Llibert Teixidó

En el Mobile hay muchas cosas intangibles: la tecnología 5G no se puede tocar, la inteligencia artificial tampoco y la realidad virtual alguien creerá que es real pero como dice su apellido, es puramente virtual. Los bombones que prepara el cocinero Jordi Roca, en cambio, se pueden tocar y saborear. 

Quizás por eso, se han convertido este domingo en los grandes protagonistas del Mobile Lunch, la comida que reúne de manera informal cada año al ecosistema digital de la ciudad el día antes de que empiece el congreso. A diferencia del desaparecido village de l’Hospitalet, esta tradición se mantiene e innova, aportando alguna cosa nueva cada año.

El ágape en el Palau de la Música Catalana era de pie, aunque las cerca de 400 personas que han asistido han tenido la oportunidad de ir desfilando por un reservado en el que se podían sentar en una mesa redonda y ponerse unas gafas de realidad virtual. 

Jordi Roca supervisa el primer pase de la experiencia de realidad virtual combinada con cacao en el interior del Palau de la Música

Llibert Teixidó

Ahí empezaba un viaje onírico a los orígenes del cacao que hacía emerger un árbol gigante en el centro de la mesa mientras las gafas de realidad virtual se convertían en máscaras tribales. Todo virtual claro, hasta que unos discretos ayudantes ponían encima de la mesa un bombón que aportaba el contraste real a la experiencia y le daba todo el sentido mientras Jordi Roca seguía atentamente su desarrollo.

Un bombón de Casa Cacao en la mesa a punto de ser engullido

Llibert Teixidó

De las primeras en experimentarlo, la que más aspavientos hizo con las manos fue la secretaria de políticas digitales de la Generalitat, Maria Galindo, sentada junto a la directora de eventos europeos de la GSMA, Eulàlia Ripoll. Su jefe, John Hoffman, llegó tarde y se quedó sin probarlo, pero tuvo tiempo de hacerse fotos con los asistentes como si de una estrella de rock se tratase.

El mensaje de Hoffman era igual de dulce que el bombón: todo está a punto para celebrar una nueva edición del Mobile en la que se esperan alrededor de 100.000 congresistas ajenos a la situación geopolítica que, según Hoffman, no afectará al normal desarrollo del congreso.

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Cuando habla la cara visible del MWC se hace el silencio, igual que cuando lo hace Jordi Roca, con un respeto absoluto del público. Nada que ver con lo que han sufrido el consejero delegado de la Mobile World Capital, Francesc Fajula, el teniente de alcalde de Barcelona, Jordi Valls, el conseller de Empresa, Miquel Sàmper, y el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando. 

Discursos previos a la celebración del Mobile Lunch en el interior del Palau de la Música

Llibert Teixidó

Todos ellos han tenido que pedir silencio al auditorio cuando hablaban –unos más visiblemente molestos que otros– porque las ilusiones del reencuentro de un año a otro entre los asistentes eran mucho más interesantes que sus discursos.

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