Corría 1909 cuando se inauguró Galeries Laietanes en Gran Via de les Corts Catalanes, 615. Era una sala enorme consagrada a exposiciones de arte. Semejante empuje sorprendió, aunque tenía una razón: en la planta baja vecina (número 613), el mismo dueño ya había instalado con éxito en 1901 Faianç Català, tienda enorme dedicada a toda suerte de objetos de regalos. El emprendedor era el sabadellense (1876) Santiago Segura. Exhibía temple y buen gusto, amén de una reconocida facilidad para tender buenas relaciones sociales.
De ahí que al amplio sótano de Galeries le concediera un destino original y atractivo, en vez de condenarlo a ser un simple almacén. Y así tuvo en 1916 la iniciativa seductora de convertirlo en Celler de les Galeries Laietanes. Semejante pretensión comercial podía haber quedado resumida en otro comercio, la simple venta de vinos y licores de marcas reconocidas.
Xavier Nogués pintó la serie de murales regocijantes con los borrachines gozando de vinos y licores
No fue de extrañar que Segura aportara atractivo irresistible al querer convertir aquel espacio ya intenso en lugar de encuentros, como tertulias de nivel. Baste decir que fue el lugar escogido por los artistas locales que homenajearon a Picasso en 1917.
Se le ocurrió aportar una ornamentación novedosa que enriqueciera con simpatía el ambiente. El encargo artístico recayó en Xavier Nogués, personaje insuperable para semejante desafío. Y el consumado ninotaire pintó una serie de variados paneles murales sobre el tema con un estilo más libre y expresionista que nunca. Los protagonistas son los divertidos y alegres borrachines todos ensombrerados, mejillas o nariz enrojecida por el efecto del divino néctar. Enarbolan botellas y los flanquea algún que otro porrón. ¡Viva la alegría inyectada por el alcohol! Gluglu…
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Vista parcial del pintoresco espacio presidido por los murales del original artista
La carn fa carn, e lo pa fa pança, / mas lo vi mena la dança , proclama uno de los murales.
Los próximos días 14 y 15 (a las 12 h) se ofrecerá en el MNAC el espectáculo de la lectura teatral que dará vida a los personajes de la comedia sobre el Celler escrita por Joan Maria Minguet. Y ha sido publicada en el libro delicioso editado por Vibop, junto con el detalle del facsímil regocijante de la carta de vinos que se ofrecía a los clientes. Ni que decir tiene que el lugar escogido es el mismo en el que se muestran las obras de Nogués atesoradas por el museo.
CUADERNO BARCELONÉS
MARCOS QUE ERAN REJAS
Fue en 1954 cuando la Associació d’Amics del Passeig de Gracia lanzó una campaña vigorosa contra la invasión bancaria que comenzaba a sufrir. Al ser pionera, tan mal entendida resultó que merecieron ser calificados de “Enemics”. La plaza Catalunya ya había terminado ocupada casi por completo y de ahí que principiara la ascensión hacia el próximo y tentador paseo. En el fondo, aquella crítica no denunciaba tanto los bancos, cuanto sus rejas. Y es que en su afán de protección desmedida convertían siempre la planta baja de la fachada en una verdadera fortificación, lo que implicaba una lamentable desaparición de establecimientos comerciales. Semejante cambio aportaba la consecuente desaparición de la vida urbana, tal como ya se había comprobado por desgracia en la mencionada plaza: vaciada y condenada a ser mortecina. Es relevante el cambio operado en lo que fue sede central del BBVA, en la esquina de la calle Vergara; al instalarse Zara aprovechó unos fragmentos de las rejas originarias para convertirlas así en marcos de sus nueve escaparates. Una buena lección de sensibilidad.