El Ayuntamiento de Barcelona reabre el debate sobre el futuro de la finca okupada de Can Vies

Barcelona

El gobierno Collboni presenta a los vecinos su propuesta para reordenar los entornos de la Rambla de Sants

El edificio de Can Vies, tras su derribo parcial, en una imagen de finales de mayo de 2014

El edificio de Can Vies, tras su derribo parcial, en una imagen de finales de mayo de 2014

Llibert Teixidó / Archivo

El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado esta tarde a los vecinos de Sants la propuesta técnica para reordenar los entornos de los jardines de la Rambla de Sants -urbanizada sobre el cajón de las vías del tren-, una propuesta que incluye la recalificación en equipamiento de la finca okupada de Can Vies, escenario hace diez años de violentos incidentes que pusieron en jaque al gobierno del entonces alcalde Xavier Trias.

Si prospera la nueva propuesta de modificación del Plan General Metropolitano (PGM) se reducirá el número de fincas afectadas por el planeamiento vigente, que se remonta al año 2003, pasando de 65 viviendas a 54 en un total de 24 inmuebles en los que vive un centenar de personas.

Por lo que en su día significó Can Vies para la ciudad, la propuesta presentada hoy al vecindario incluye un aspecto muy relevante: este edificio, uno de los templos okupa de la ciudad de Barcelona, pasará a ser calificado como equipamiento. En el planeamiento vigente, Can Vies y las antiguas cocheras de TMB están calificadas como de uso residencial y en una parte como zona verde.

Futuro en el aire

La recalificación de la finca de Can Vies como equipamiento no presupone cuál será el destino final del actual edificio, “espacio autogestionado” y “centro social” en la terminología empleada por sus ocupantes. Una vez esté aprobada la modificación del  PGM, un proceso largo y complejo, el Ayuntamiento, probablemente a través de un proceso participativo, determinará si derriba o no el inmueble y en caso de que lo mantenga qué usos le da y quién lo gestiona.

En la primavera del 2014 el intento de desalojar y deribar parcilamente Can Vies desencadenó la furia del movimiento okupa de Barcelona, que mantuvo en vilo durante muchas noches a la ciudad, que vivió numerosos altercados hasta que las autoridades cedieron y decidieron no intervenir. Más de un analista político vio en el desenlace de aquella crisis un anticipo de la posterior derrota de CiU a manos de Barcelona en Comú en las municipales de 2015.

Más allá de reabrir el debate sobre el futuro de Can Vies, la propuesta del gobierno que preside el alcalde Jaume Collboni pretende desencallar un planeamiento urbanístico pendiente de revisar desde hace más de 20 años. Presenta un nuevo dibujo de la zona, cuyo proyecto inicial solo pudo desarrollarse de manera parcial.

Preservar la identidad del barrio

La propuesta presentada hoy afecta a un ámbito de 23.900 metros cuadrados. Además de reducir el número de fincas afectadas y recalificar Can Vies y las viejas cocheras de TMB, establece que las fincas desafectadas de las calles Jocs Florals, Burgos y Bonaventura Pollés no podrán crecer en altura. Deberán mantener la tipología de edificación existente (planta baja+1 y planta baja+2, según los casos). Esta medida permite conservar la edificación tradicional de este sector de Sants y, según el Ayuntamiento, evigtará que la desafectación provoque un proceso de crecimiento de la vivienda privada.

En las calles de Burgos y Riera de Tena se mantiene la afectación solo en tres fincas. Un único inmueble tiene viviendas, en total 11. Las personas que viven allí se realojarán en los edificios de nueva construcción de vivienda pública que se harán en la misma calle Riera de Tena y el espacio de las viviendas afectadas será expropiado para convertirlo en zona verde.

Unos 5.000 metros cuadrados de equipamientos

En total se dispondrá de 5.000 m² dedicados a equipamientos, en cuatro espacios: las antiguas cocheras de TMB, el solar de Burgos/Riera de Tena, Can Vies y un espacio al lado de la entrada de metro de Mercat Nuevo vinculado a los jardines de la Rambla de Sants. Además, se crea una amplia zona verde en torno al antiguo edificio de TMB.

La concejal de Sants-Montjuïc, Raquel Gil, ha afirmado que  “técnicamente es una propuesta muy solvente, que nos ayuda a solucionar tanto la situación de los inquilinos actuales y de los propietarios afectados de estas zonas, como a atender las necesidades de más equipamiento y zona verde que tiene el barrio de la Bordeta”.

En el encuentro con los vecinos se han presentado los trabajos técnicos de redacción de la modificación del PGM, que se enmarca en el proceso participativo que se ha puesto en marcha este otoño. Este proceso, que es preceptivo para sacar adelante la modificación, ha de servir para promover un debate ciudadano que incorpore las necesidades y la visión del vecindario en relación con las propuestas técnicas planteadas.

Un proceso administrativo que se alargará más de un año

De hecho, ya se han celebrado varias sesiones y reuniones bilaterales previas con entidades y colectivos de afectados de la calle Burgos.

El calendario previsto es que la aprobación inicial se haga en enero del 2025. Posteriormente, habrá un periodo de información pública y alegaciones, seguido de la aprobación provisional por parte del Ayuntamiento y la aprobación definitiva en la subcomisión de Urbanismo de Barcelona, órgano de la Generalitat. Así las cosas, el proceso administrativo podría terminar a principios del 2026.

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