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Más suelos de tierra y menos cemento para reducir los daños de una DANA

Prevención

Salou analiza en un congreso el impacto del cambio climático en el turismo

Las inundaciones causaron en el 2021 cuantiosos daños materiales en el municipio turístico de Alcanar

Xavi Jurio/ARCHIVO

Cuando se producen lluvias torrenciales, las calles pavimentadas o las plazas cimentadas, impermeables, multiplican la velocidad y la fuerza de las grandes avenidas de agua. El urbanismo caótico, con edificaciones en zonas inundables de viviendas, equipamientos o alojamientos turísticos, convierten muchos municipios en escenarios más vulnerables ante el paso de una DANA.

La emergencia climática está convirtiendo en fenómenos cada vez más recurrentes los episodios meteorológicos extremos, de las inundaciones a las olas de calor. Para analizar el desafío y poner encima de la mesa posibles soluciones, la tercera edición del Salou Congress se dedicó ayer a repensar el cambio climático en los municipios turísticos.

Una respuesta concreta y aparentemente sencilla al riesgo creciente de sufrir inundaciones devastadoras: reducir la cantidad de cemento, pavimentos de todo tipo y asfalto, y cambiarlos por la arena de espacios renaturalizados. “Deberíamos de pensar las ciudades para las personas y no para los coches, para los automóviles es mucho más óptimo que no haya tierra, pero la tierra permite tener ciudades más adaptadas al medio”, destacó Roger Miralles, director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Rovira i Virgili (URV).

La naturalización de espacios edificados emerge como aliada contra las grandes inundaciones y el calor

La argumentación puede parecer casi de perogrullo, pero lo complicado es que implica deconstruir, receta que más de un municipio y también la Generalitat han empezado a poner encima de la mesa ante la amenaza de las inundaciones. Asustan palabras como expropiación o traslado forzoso de casas y negocios.

“Cuando llueve, un suelo de tierra drena mejor el agua. Ha llegado el momento de eliminar pavimentos. Hace 30 años eran de tierra y no pasaba nada, se ha pavimentado en exceso”, añadió Miralles.

“Estamos asfaltando demasiado las ciudades, lo que favorece las grandes avenidas de agua”, coincidió José Ignacio Monreal, fiscal de medio ambiente en Tarragona. “Es muy importante la disciplina urbanística, se ha construido en zonas inundables”, advirtió.

Los expertos reflexionaron sobre los efectos de la emergencia climática y transitaron de las inundaciones a otra de las grandes amenazas, las temperaturas cada vez más elevadas, con recurrentes olas de calor. Idéntica fórmula propuesta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la URV. “El asfalto o el suelo pavimentado disparan el calor, pero en cambio la temperatura no sube tanto en un suelo de tierra, mucho mejor adaptado a la climatología del sur de Europa, con más olas de calor en verano. Ha sido un error copiar el urbanismo de otras climatologías”, sostuvo Miralles.

Los expertos calculan que con suelos de tierra, más naturalizados, las temperaturas bajarían tres grados en verano en las ciudades. Se apostó por otra solución urbanística de sentido común: generar más zonas de sombra en las ciudades turísticas plantando más árboles y actuando a través de la arquitectura y el urbanismo.

Ante el desafío global del calentamiento, imposible de afrontar en lo individual, tampoco por un Ayuntamiento o un Gobierno solo, apuesta por las acciones locales. “En lo micro hay mucho trabajo por hacer, estamos en un momento en el que casi es más urgente adaptarse al cambio climático que mitigarlo”, dijo Jordi J. Romera, presidente del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona.

La emergencia climática y sus efectos amenazan también los municipios turísticos, con enormes poblaciones estacionales, más vulnerables por el desconocimiento del lugar y por concentrarse en determinadas zonas, muy densas. El urbanismo emergió como uno de los errores históricos porque muchas ciudades eligieron zonas inundables para crecer en los años 70, 80 y 90.

Además de la deconstrucción, para los arquitectos es imprescindible “desprogramar” buena parte del suelo todavía sin urbanizar que se ha proyectado edificar en zonas inundables. “Será mucho más barato y óptimo que no deconstruir, que implica mucha valentía”, admitió el director de la Escuela Técnica de Arquitectura.

El Salou Congress, barriendo para casa, puso a los municipios turísticos como parte de la solución, convirtiéndose en “oasis climáticos”. Mucha estrategia y buenas prácticas, deberes para casa.

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