Dos músicos tocando el saxofón presiden el balcón de la primera planta de la fina 23 de la calle del Carme, en el Raval, sobre la que fue histórica farmacia Comabella. Contra lo que se pudiera pensar, no se trata de un elemento original del edificio, que se remonta a mediados del siglo XIX. Se instaló a principios de este siglo para suplir un elemento decorativo anterior que fue eliminado durante unas obras y que el Ayuntamiento obligó a reponer.
La primera planta de este edificio estaba ocupada por la farmacia , fundada en 1874 por el prestigioso académico de medicina Felip Comabella en los bajos de este inmueble, obra el arquitecto Daniel Molina, autor también de la plaza Reial, entre otras obras en la Barcelona de la época. En el año 2006, cuando la farmacia ya había dejado la primera planta, se instaló un negocio relacionado con la música en el que se reparaban saxofones.
La primera planta de este edificio estaba ocupada por la farmacia , fundada en 1874 por el prestigioso académico de medicina Felip Comabella
Con el objetivo de instalar un sistema de aire acondicionado, los responsables del establecimiento musical eliminaron el histórico motivo decorativo que destacaba en el centro del balcón y que representaba un mortero de farmacia para hacer sitio a la maquinaria. Los servicios municipales obligaron entonces a deshacer la obra practicada en el balcón y a reponer la escena decorativa central. Los propietarios del negocio propusieron entonces sustituir la pieza original, que había resultado destruida, por dos músicos encarados tocando de pie un saxofón, motivo acorde con la nueva actividad de la primera planta. El Consistorio aceptó y los dos músicos permanecen tocando jazz en el balcón desde hace casi dos décadas, a pesar de que el negocio hace un tiempo que cerró.
Felip Comabella fue un farmacéutico de renombre en Barcelona. Entre otros méritos, obtuvo la medalla de oro en la Exposición Universal de Amberes de 1885. En 1895, fue nombrado miembro de la Reial Acadèmia de Medicina i Cirurgia de Barcelona. A su muerte, en 1901, heredó el negocio su hijo Joan, también farmacéutico. Poco después, decidió reformar la farmacia con estilo modernista, que incluyó el balcón del primer piso. Fue cuando se diseñó el motivo del mortero. La familia Comabella siguió regentando la farmacia hasta que fue traspasada en 1946 a Josep Maria Mas Grau. Actualmente, la titular es su hija, Montserrat Mas Docampo.