Prácticamente con la cuenta atrás iniciada para el pistoletazo de salida de la Copa del América que a partir del 23 de agosto y durante 67 días se celebrará en las aguas de Barcelona, el dispositivo de seguridad que debe garantizar el acontecimiento está perfectamente diseñado. Un plan que hace pocos días firmaron los responsables políticos de las diferentes administraciones, gracias al trabajo y a la generosidad que en los últimos meses han mostrado algunos mandos de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil encargados directamente de la seguridad del evento. Las regatas cuentan con un plan director que no deja nada al azar y que ha convencido al consejero delegado de la competición, Grant Dalton. Prácticamente todo lo que ocurra en los distintos escenarios podrá ser visualizado por alguna de las 300 cámaras de videovigilancia que enviarán imágenes en directo al centro de control (Cecor) diseñado por los Mossos, que ya han instalado y validado otros nuevos 30 dispositivos repartidos en espacios de especial interés.
La policía catalana se encargará de dirigir un dispositivo en el que cada cuerpo policial tiene un papel determinante, en tierra, en aire y en el mar. La Guardia Civil, con sus embarcaciones, la Policía Nacional, la policía portuaria y una Guardia Urbana de Barcelona que aporta tres barcos. Estos últimos se ocupan de la prevención de la disciplina de navegación en los primeros 200 metros de lámina de agua, además de hacerse cargo del plan de movilidad que requiere un evento con una previsión de visitantes de entre 30.000 y 100.000 personas según el día. La policía municipal participa también en la seguridad ciudadana con patrullas que compartirán con las de los Mossos su presencia en los cuatro sectores en los que se han divido los escenarios de afectación.
El alcalde Jaume Collboni presidió el pasado 17 de mayo una junta de seguridad dedicada a la Copa del América. El comisario de los Mossos Carles Anfruns explicó un plan director que ya se había encargado de compartir con los mandos en Catalunya de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Guardia Urbana. Esa reunión ya evidenció el gran trabajo previo y el nivel de coordinación al que se han comprometido los actores que participan.
El plan director de seguridad define cinco sectores de actuación y tres niveles de riesgo
El acontecimiento pondrá a prueba una vez más la capacidad de la ciudad. La edición de Barcelona no tiene precedentes porque las otras sedes que han acogido la prueba no han celebrado las regatas en un puerto tan urbano como el barcelonés, totalmente integrado en el día a día de la capital.
De ahí la complejidad del dispositivo. El plan director recoge diez programas de seguridad que contemplan las diez columnas vertebrales del dispositivo: el Cecor, la seguridad ciudadana, la movilidad, la seguridad marítima, la seguridad aérea, las acreditaciones, los medios tecnológicos, la ciberseguridad, la inteligencia y la comunicación y atención a la ciudadanía.
El plan director contempla cinco sectores: World Trade Center, Port Vell, Port Nou, Port Olímpic y un quinto con el resto de escenarios afectados. Así como tres niveles de cobertura policial según la competición y cualquier elemento de riesgo que aporten los responsables de información, y aquí se contempla desde acciones de sabotaje o protestas contra las regatas hasta una acción terrorista.
El próximo lunes 19 de agosto empezará a funcionar el Cecor y, desde el 21, en cada uno de esos sectores ya habrá una presencia policial fija, por tierra, mar y aire.
Vayamos al mar, el escenario que más ha costado consensuar por cuestiones competenciales. Las embarcaciones de la Guardia Civil se encargarán de dar seguridad a los jueces de la competición en el rectángulo de las regatas, y uno de sus barcos acogerá el marcops , el centro de gestión desde el mar en el que tendrá un papel relevante el capitán marítimo del Port de Barcelona, máxima autoridad.
Las embarcaciones de los Mossos se encargarán de custodiar a los regatistas en las aguas del puerto, donde recuperarán puntualmente las competencias como policía judicial en el mar. ¿Quiere esto decir que los barcos de la Guardia Civil no entrarán en el puerto y los de los Mossos no saldrán del mar? “No”, coinciden varías fuentes oficiales.
La Guardia Civil y los Mossos coordinarán sus actuaciones en las aguas del puerto y en alta mar
Los mandos operativos están acabando de perfilar la mejor manera de garantizar la seguridad de los regatistas en su trayecto desde la base a alta mar. Su preocupación son el resto de embarcaciones, por las olas que puedan generar y el daño que pueda causarles. Para lograr esa seguridad hay más opciones que el acompañamiento. Un ejemplo: la Guardia Civil y los Mossos pueden bloquear el acceso puntualmente y garantizar la navegación segura de esos auténticos bólidos del mar.
Sea como fuere, lo esencial es la voluntad que unos y otros han verbalizado y materializarán de trabajar coordinadamente. Las distintas fuentes destacan, además de al comisario Anfruns, el papel del general de la Guardia Civil Pedro Pizarro y del recién ascendido coronel Daniel Baena.
Mientras la Copa del América se celebre en el litoral, la ciudad mantendrá su acelerado ritmo habitual, con unas fiestas de la Mercè a las que también habrá que garantizar la seguridad en sus múltiples escenarios. Ayudará que los Mossos contarán a partir del día 22 con 400 nuevos policías salidos de la escuela, y otros cien llegarán a la Guardia Urbana el 13 de agosto.
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