La lechería del arquitecto Sagnier y el pintor Riquer

La lechería del arquitecto Sagnier y el pintor Riquer

El destacado y prolífico arquitecto Enric Sagnier proyectó en 1890 las casas Pascual i Pons como un conjunto unitario con entrada principal en el paseo de Gràcia, 2. Poco después, en la fachada correspondiente a ronda Sant Pere, 1, el mismo arquitecto proyectó Granja Catalana, una lechería.

Se confirmaba así la pluralidad que se derramaba en la construcción del Eixample. En la calle más encopetada, en un edificio propiedad de la alta burguesía, en una planta baja con tanta visibilidad se instaló una tienda sencilla y funcional.

Granja Catalana abrió sus puertas en 1905 en el número 1 de la ronda Sant Pere

Lo más relevante era el resultado de la notable profesionalidad del arquitecto y también del artista que ornamentó el interior: Alexandre de Riquer, quien pintó el mural visible en la fotografía.

Es una lástima no poder publicar la imagen que fue captada de la entrada, al pertenecer a una ignota colección privada. Exhibe una original, potente y elegante creación: mediante un arco sensual se atreve a cambiar el ritmo de la fachada; lo podía hacer con tal libertad al ser el mismo arquitecto Sagnier quien tuvo el atrevimiento.

PERMANYER

Alexandre de Riquer enriqueció la tienda con este mural

ADOLF MAS / IMAGEN CEDIDA POR EL ARXIU FOTOGRÀFIC DE BARCELONA

Quiere esto decir que no debería plantear problema alguno la especialidad del establecimiento, sino la categoría arquitectónica y decorativa de la obra total. En este caso quedaba claro. Granja Catalana fue aceptada con naturalidad absoluta. A diferencia de lo que sucedió a principios de los años cincuenta, cuando Gerplex se instaló en el paseo de Gràcia, 34; al ser un comercio de plásticos, fue mal visto y considerado como impropio del lugar. Menos revuelo provocó poco después la tienda que se inauguró en la parte alta: una carnicería; al ser de lujo, compensaba el impacto.

Alexandre de Riquer, hijo del noble (conde y marqués) arruinado por su devoción carlista y muerto por ser lector del Brusi (cada día montaba a caballo y le dejaba la iniciativa, lo que le permitía leer el diario, hasta que una mariposa picó el hocico y lo descabalgó de forma trágica), fue un prerrafaelita en nuestro modernismo y ya antes de amistar con Morris y Burne-Jones.

Me emocionó la retrospectiva que la Caixa de Barcelona en 1985 y bajo la ejemplar dirección de M. Antònia Salom dedicó al pintor, diseñador gráfico y poeta; y es que la amplia sede de exposiciones ocupaba también lo que había sido aquella artística Granja Catalana.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...