La Casa Navàs, joya del modernismo europeo, con su interior casi intacto, como el original, recuperará el año que viene toda su majestuosidad exterior, como si no hubiera pasado el tiempo desde que Lluís Domènech i Montaner imaginó y supervisó su construcción en Reus a principios del siglo XX. Su propietario actual, el empresario reusense Xavier Martínez, ha puesto en marcha la reconstrucción de la mítica atalaya, un torreón esquinero de 17,5 metros sobre la plaza Mercadal.
Una de las muchas bombas que cayeron sobre la capital del Baix Camp en la Guerra Civil hizo saltar por los aires la torre el 26 de marzo de 1938, dañó la fachada original y destrozó parte del piso superior y el tejado. Cuando la Casa Navàs cambió de manos, en 2018, el inmueble empezó un proceso de transformación para salvarla de cierto ostracismo. El objetivo más ambicioso, reconstruir dos elementos clave de la fachada.
El primero fue la cabecera (capcer) dentada, delicado elemento arquitectónico que coronaba el edificio en el centro. Se rehizo a imitación del original en el 2020, en pandemia. Xavier Martínez siempre ha tenido entre ceja y ceja la torratxa , el esbelto mirador que elevaba el edificio al cielo de Reus.
Las obras del mirador esquinero, de 17,5 metros de altura sobre la plaza Mercadal, se prevén finalizar antes de la Semana Santa del 2025
El elevado coste del proyecto, que se mantiene en absoluto secretismo, y su complejidad, han prorrogado hasta ahora la restauración de la torre. El grupo Masergrup asumirá su coste. La Generalitat ha tenido que dar luz verde a la reconstrucción, pues se trata de un inmueble protegido (Bien Cultural de Interés Nacional).
El sistema elegido para construir de nuevo la torre es el mismo que ha servido para levantar algunas de las estructuras de la Sagrada Família. La atalaya se creará en una nave de La Selva del Camp, a pocos kilómetros de Reus, y cuando esté lista se montará por piezas en la esquina de la fachada de la Casa Navàs. La torre transformará la postal de la plaza Mercadal.
Se trata de un proyecto arquitectónico de restauración patrimonial sin precedentes en el sur de Catalunya. Por su ambición y originalidad. Una de las obsesiones es reproducir con la máxima fidelidad posible la obra de Domènech i Montaner. Para lograrlo se trabajará de forma artesanal en el proceso de creación de los distintos elementos de la torre, sean los vitrales, los trabajos con hierro en una forja, o la piedra bajo la supervisión de un picapedrero. Se reconstruirá el barco que simbolizaba las conquistas de Jaume I en el Mediterráneo para que corone de nuevo la atalaya, 86 años después de que cayera aquella bomba.
Se seguirá el sistema de las torres de la Sagrada Família: se creará en una nave de La Selva del Camp y se montará por bloques en su posición final
La dirección de la Casa Navàs ha anunciado que la obra estará lista antes de la Semana Santa de 2025. Se replicará primero el torreón en el taller de la constructora Constècnia. Después se desmontará y montará por bloques en la casa durante tres meses.
Uno de los retos arquitectónicos es encajar el mirador y su nueva subestructura de acero inoxidable sin que el edificio sufra. “Se ha estudiado en profundidad porque tiene que trabajar con la piedra, sin dañarla”, destaca el arquitecto Indibil Solans. Si se hubiera rehecho solo con piedra, como la original, no cumpliría con la normativa arquitectónica actual.