El gobierno del alcalde Jaume Collboni y Junts acordaron en el último pleno del distrito de Ciutat Vella la creación de una licencia específica para la apertura de tiendas de derivados del cannabis.
Se trata en verdad de una insistente reivindicación de la asociación de comerciantes del barrio Gòtic, de Barnacentre, que desde hace años denuncia que la mayor parte de establecimientos de este tipo abren con licencias de floristerías o tiendas de regalos. Y que esta falta de control por parte de la administración no está dando pie únicamente a la apertura de tiendas de derivados del cannabis sin propiedades psicoactivas, sino que también está comportando la proliferación de muchísimas tiendas que ofrecen aparente chucherías elaboradas con derivados del cannabis cuyo consumo es similar al de fumarse un porro de toda la vida. Estos productos, sin embargo, se presentan, por ejemplo, con aspecto de gominola y sabor a lima limón. Además, subrayan desde Barnacentre, su venta contraviene una normativa europeas sobre alimentación.
En estos momentos Barcelona suma más de 250 tiendas de este palo. La mayor parte de ellas se especializan estas chucherías, y se concentran en Ciutat Vella. Entre sus clientes abundan los turistas. En la Rambla se ya se cuentan siete establecimientos de productos derivados del cannabis, y únicamente uno se centra en productos sin propiedades psicoactivas, el resto están especializados en chucherías.
La proposición de Junts aceptada por el gobierno de Collboni también contempla elaborar un censo de estos negocios, así como incrementar las inspecciones y cerrar aquellos que incumplan las normas. La verdad que al menos hasta ahora las inspecciones no fueron muy abundantes, en tanto que requieren la intervención de funcionarios de diferentes ámbitos.