La metáfora de El ingenio. El triste estado de la fachada de este comercio histórico del Gòtic ilustra del devenir de esta iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona
Treinta y tantos locales comerciales comprados por el Ayuntamiento hace cerca de dos años aún languidecen a la espera de acoger negocios. Hablamos de una inversión de 17 millones y medio. Se trata del último renqueo de un programa muy ilusionante que pronto devino en un despropósito administrativo. Un propietario incluso aprovechó la letra pequeña del Amunt persianes para desalojar a sus arrendatarios. Algunos de estos comerciantes desahuciados reclaman ahora al Consistorio una compensación.
Esta historia empieza a finales del 2021. Los entonces tenientes de la alcalde Jordi Martí y Jaume Collboni anuncian la compra de 50 locales para minar el monocultivo comercial, para alquilarlos a gente dispuesta a montar negocios de cercanía, para frenar la pérdida de tiendas de siempre. Entre ellos estaba el de El Ingenio, destacaron el común y el socialista. Los ediles de ERC propusieron esta idea al ejecutivo de Ada Colau en las negociaciones de los presupuestos. Londres, París y otras urbes tuvieron ideas similares.
“Hace un año había un encargada de enseñar este bajo –dicen vecinos del 6 de Rocafort, en Sant Antoni–, pero pronto dejó de venir. A veces llega un interesado, pero nadie atiende el mail de contacto. Tratamos de que vinieran a limpiar las pintadas, pero tampoco nos hicieron caso”. El Ayuntamiento se gastó 580.800 euros en este local. Y uno recoge testimonios muy parecidos en Sants, Vila de Gràcia, Dreta de l’Eixample... La Vanguardia se acercó a una quincena de estos locales, y no halló rastro de actividad humana.
Este local ubicado en el número 63 de la calle Bailén le costó al Ayuntamiento 260.000 euros
“Montaron jornadas de puertas abiertas –cuentan junto al 98 de la rambla Badal, un bajo que costó 640.000–, pero hará un año que no viene nadie”. Al lado del 63 de Bailén dicen que nunca vieron a nadie visitando este local. Lo ilustra la espesura de las hojas secas que se amontonan tras la verja. Su precio fue de 260.000. “Aquí solo vino el que puso el cartel”, dicen en el 17 de Bartomeu Pi. Aquí pagaron 140.000. Y lo mismo se escucha en Josep Tarradelles, Ramon Turro, Sant Salvador, Josep Pla, Bolivia, Mistral, Verdi...
Este local se encuentra en unas galerías comerciales en la avenida Mistral
El triste estado de la fachada de El Ingenio es toda una metáfora. La situación molesta mucho a los de ERC, también promotores de la idea. “El plazo de presentación de solicitudes para alquilar estos locales terminó en enero –dice el edil Jordi Castellana–. En la comisión de Economía preguntaremos al gobierno cuándo los adjudicará. Estas demoras mataron la idea”. Castellana se pregunta cuánto puede esperar un particular interesado en abrir una ferretería, por ejemplo, para saber si le alquilan o no un local.
Los vecinos del 6 de la calle Rocafort pidieron al Consistorio que limpiara las pintadas de su local
Fuentes municipales responden a La Vanguardia que la adjudicación de los locales “es inminente”. “Se han dado retrasos debido a cambios en los órganos para hacer las adjudicaciones”. Las fuentes agregan que una vez sean adjudicados los locales entre los proyectos mejor valorados “las bases de la convocatoria preven la celebración de una segunda ronda el primer trimestre del 2024 donde los locales que quedaron desiertos se ofrecerán a las iniciativas con mayor puntuación que se quedaron sin local”.
En la comisión de Economía
ERC preguntará al gobierno municipal cuándo adjudicará estos inmuebles
A la postre el número de locales adquiridos fue inferior a la anunciada por los entonces tenientes de alcalde Martí y Collboni porque el Ayuntamiento frenó la compra de 16 detrás del mercado de Les Corts luego de que los ediles de ERC denunciaran que el propietario estaba desalojando a los comerciantes allí instalados para poder cerrar el trato con el Consistorio. El mayor requisito del Amunt Persianes es que en el momento de la compra los locales estén vacíos. Pero el frenazo municipal no frenó los desalojos.
Problemas administrativos
Cambios en los órganos encargados de las adjudicaciones motivó los retrasos
El lugar es ahora un páramo de persianas echadas. Unos cerraron, otros se trasladaron. Dos reclaman al Ayuntamiento una compensación, pero también dicen que el Consistorio siquiera les responde. El Síndic de Greuges sí que les dio la razón. “Si el Ayuntamiento no se hubiera metido por medio aún seguiríamos aquí. Para un pequeño negocio una mudanza es un gasto de tiempo, esfuerzo y dinero”. Las fuentes municipales señalan que estas reclamaciones están siendo instruidas.