Un monumento clandestino
Memoria histórica
Un error subsanable al instalar unas jardineras oculta el recuerdo a Carrasco i Formiguera en la plaza Adrià
Hace ahora 20 años, el 16 de septiembre del 2003, el alcalde Joan Clos, el presidente del Parlament Joan Rigol y el líder democristiano Josep Antoni Duran i Lleida inauguraban en la plaza Adrià del barrio barcelonés de Sant Gervasi-Galvany el monumento a Manuel Carrasco i Formiguera, el líder de Unió Democràtica vilmente asesinado por el bando franquista en 1938.
Se trata de un gran cubo de acero inoxidable con unas inscripciones que hacen referencia al político y abogado democristiano. La obra del artista Josep Admella, ubicada en la confluencia con la calle Muntaner, siempre ha tenido una proyección muy discreta, relegada al desconocimiento y el olvido por parte de la inmensa mayoría de los barceloneses. Desde hace unos días, la instalación de unas jardineras que rodean el monumento, presumiblemente con la buena intención de darle mayor relevancia y protegerlo de los actos incívicos, lo ha condenado al anonimato.
La instalación de la jardinera de la parte frontal del bloque escultórico ha tapado parte de la inscripción que, a modo de tira incrustada en el pavimento, pone en conocimiento del visitante que aquel es el memorial de la ciudad de Barcelona a la figura de Carrasco i Formiguera. El elemento ornamental oculta precisamente el nombre del ilustre personaje homenajeado.
Afortunadamente, algunos vecinos de la plaza Adrià se han percatado del error de instalación y han advertido de ello al Ayuntamiento de Barcelona. Este tiene previsto en las próximas horas reparar la equivocación y mover las jardineras.
La intención de recordar la figura de Carrasco i Formiguera se remonta a agosto de 1938, cuando la Generalitat republicana puso, precisamente en la plaza Adrià, la primera piedra de un monumento –y un tubo de vidrio con un pergamino firmado por el Ayuntamiento de Barcelona y el gobierno vasco, refugiado entonces en la capital catalana– que con la llegada de las tropas franquistas fue terminantemente prohibido.