El paraíso de los irreductibles
Naturismo
La playa del Torn es un paraíso natural en el sur de la Costa Daurada donde el naturismo convive con los bañadores
Los nudistas denuncian la invasión de gente en bañador en sus playas
El Torn, al sur de la Costa Daurada, es un paraíso natural en forma de playa casi virgen, entre el mar, el bosque y la montaña. Su fama es internacional. Un lugar al que merece la pena ir al menos una vez, se sea playero o no. Basta con pasar un día por su enorme arenal para comprobar que el Torn sigue siendo, como ya lo era a finales de los años setenta, una playa naturista. Presencia absolutamente mayoritaria de personas que practican el nudismo, con naturalidad, paz y sosiego. Un oasis.
Que el Torn es una playa naturista se percibe desde el minuto cero, ya en la zona de aparcamiento, junto a las antiguas vías del tren, en desuso. Muchos de los bañistas dejan el coche ya desnudos y empiezan el camino hacia el preciado arenal con los utensilios playeros en mano. Nevera, sombrilla y sillita, sí; bañador o bikini, no.
La peregrinación la forman a diario muchos vecinos de la zona, de Reus y de toda la comarca del Baix Camp, pero también veraneantes de Lleida, Zaragoza y otros puntos de España. Su fama traspasó hace tiempo fronteras: franceses, holandeses –sobre todo, en julio–, flamencos o, de forma más esporádica, alemanes e italianos.
Naturistas hacen en la playa del Torn campaña desde hace años para que los ‘textiles’ se desnuden
Con los pies ya sobre la arena, tras una agradable caminata con vistas, segunda evidencia. Lo que pasaba en el aparcamiento se traduce junto al mar. En este enclave natural son y siguen siendo minoría los trajes de baño. La amplitud y longitud de la playa, de 1,6 kilómetros, en un espacio protegido, de interés natural, contribuyen a la sensación de libertad. Todo el mundo actúa con respeto, sin miradas inquisidoras. Ni rastro de la invasión textil .
Primer chapuzón y un poco de buceo, con las gafas y el tubo como único equipaje. Ya entre toallas y sombrillas aparece un hombre, veterano, amable y sosegado, que reparte una hoja y conversa con una pareja. Él y ella, con traje de baño; quien entrega lo que parece un flyer , desnudo.
No les vende nada que se pueda comprar: “Mira a tu alrededor, ¿no te sientes distinto? Seamos todos iguales, libérate y desnúdate. Lo normal en esta playa es ir sin ropa”, se lee. De forma respetuosa y casi pedagógica, el naturista explica a los textiles que el Torn es una playa donde siempre se ha practicado el nudismo.
El propio Ayuntamiento de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant ha contribuido a hacer pedagogía y ha señalizado la playa del Torn como naturista. En el 2021, en la nueva ordenanza de playas se incluyó un artículo de naturismo que explica que el Torn es de “uso nudista recomendado”.
“No somos fundamentalistas ni excluyentes, vamos de buen rollo, es solo una recomendación. El nudismo crea nudismo”, destaca Manel Mondéjar, de 68 años, de Reus. Solo con escucharle a uno le vienen ganas de despelotarse.
Es el presidente de la Associació d’Amics de la Platja Naturista del Torn, la entidad nudista con más socios, casi 700, de todo el litoral español. Pocos mejor que él para entender y divulgar, sobre el terreno, la filosofía naturista.
Manel, como la gran mayoría de los usuarios del Torn, está en contra de generar crispación, aunque lamenta los “insultos y faltas de respeto” que han sufrido en otras playas de tradición naturista. “Las mayorías siempre aplastan”.
El difícil acceso ayuda a evitar la masificación: “Es una selección natural, la propia playa se autodefiende”
En esta playa, ahora casi bendito reducto, están además de aniversario. La Associació d’Amics de la Platja Naturista del Torn cumple su 35.º aniversario y ha aprovechado para seguir haciendo pedagogía. “En el Torn tenemos el índice naturista más elevado del Estado, del 96%”, presumen. Varios factores, sostiene sus fieles usuarios, explican que el Torn se mantenga ajeno a la llegada masiva de bañadores. Que no sea fácil ni rápido el acceso, en una sociedad acostumbrada a llegar casi con el coche sobre la arena, ha sido clave. “Es una selección natural, la propia playa se autodefiende”, cuentan, de tertulia sobre el arenal. Que sea una playa casi virgen también anima, aseguran, a despojarse de prejuicios y artificios. “Y por suerte no se ha masificado”, añaden. Casi un milagro en la era de Instagram.
También ha jugado a su favor que el camping de referencia más cercano, El Templo del Sol, sea naturista. También lo es el chiringuito.
La entidad no ha parado desde 1988 de hacer difusión. Hacen dos excursiones naturistas cada semana para que “la gente vea que se puede practicar el nudismo y no pasa nada”. También han creado su propia señalización en una decena de puntos de acceso a la playa con mensajes como este: “Sin bañador, mejor. ¡Pruébalo! Respetad el nudismo y a los nudistas”.
Casi a diario, una o dos personas de la entidad naturista van repartiendo folletosa los escasos textiles que llegan. “Hola, ya que habéis venido a pasar el día, tenéis la mejor oportunidad de probar el nudismo, veréis que es una sensación muy agradable”, pregonan. “Hemos picado mucha piedra, año tras año. Informar e informar... Seguiremos recomendando el uso nudista del Torn”.