El encarecimiento de los precios de las materias primas con las que se llevan a cabo las obras de infraestructuras han provocado el enésimo retraso en el soterramiento de Montcada i Reixac. Los trabajos ya deberían tener una empresa adjudicataria que estuviese a punto de iniciarlos pero todo se paralizó cuando la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) presentó un recurso contra el pliego de cláusulas administrativas particulares del expediente de licitación publicado en marzo. La organización empresarial consideraba que los precios de los materiales recogidos en el pliego de contratación no se ajustaban a la situación actual.
Tras la suspensión dictaminada por el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC), el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha tenido que adaptar el concurso público a las nuevas exigencias. De esta manera, la licitación definitiva ha actualizado los precios de las materias primas más significativas y ha elevado el precio total a 621 millones de euros (IVA incluido), un 33% por encima de lo previsto a principios de este mismo año, cuando ya salió a concurso por 465 millones.
El pliego llamado a ser el definitivo fue aprobado este martes en el consejo de administración de Adif y ahora solo falta que el Consejo de Ministros de su visto bueno la segunda que viene, un mero trámite formal para que el Ministerio de Transportes impulse de manera definitiva los trabajos de soterramiento de las vías del ferrocarril a su paso por Montcada i Reixac.
Seis años de obras por delante
Dicha actuación es una de las de mayor coste del plan de Rodalies 2020-2030 y supone un doble abordaje. Por un lado se encuentra la actuación ferroviaria, con un túnel de cuatro kilómetros y tres vías que permitirán apartar o adelantar trenes en este punto estratégico de entrada y salida de Barcelona. Por otro lado, lleva asociada una importante transformación urbanística que pondrá fin a los pasos a niveles que dividen la ciudad, donde han perdido la vida más de un centenar de vecinos durante las últimas décadas. La complejidad es aún mayor que en Sant Feliu de Llobregat, donde los trabajos empezaron el verano pasado y avanzan a buen ritmo.
En el caso de Montcada, las obras empezarán a lo largo del año que viene y durarán unos seis años. El tramo soterrado se construirá mediante pantallas de hormigón a una profundidad máxima de 35 metros, superando el cauce del río Ripoll y la autopista C-33 por debajo. También dará pie a una nueva estación soterrada con grandes lucernarios a imagen y semejanza de la de Sant Andreu y con dos accesos, uno de ellos desde el paseo que se construirá sobre las vías.
Mientras duren las obras, el trazado de la línea de Granollers, la R2, deberá ser desviado con vía única para minimizar los efectos sobre unos pasajeros que estos últimos meses ya están sufriendo el corte de Sant Andreu por las obras de la Sagrera.
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