La ofensiva del Ayuntamiento de Barcelona contra la decisión del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) que anula la zona de bajas emisiones (ZBE) ha traspasado fronteras. Los ayuntamientos de cuatro de las más importantes ciudades europeas, como son Londres, París, Roma y Milán, han hecho pública hoy una carta abierta en la que critican la resolución judicial y defienden la aplicación de una medida que "salva vidas".
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aprovechado sus buenas relaciones con sus homólogos de estas cuatro ciudades para tejer una amplia alianza a favor de la zona de bajas emisiones que, en clave catalana, se evidenciará también mañana en el acto de constitución de la Taula de la Qualitat de l'Aire que se celebrará en el INEFC. Este órgano, cuya creación se acordó hace pocos días, aglutina a la Generalitat, el Àrea Metropolitana de Barcelona, los alcaldes y alcaldesas de los municipios de más de 20.000 habitantes, las diputaciones, entidades municipalistas, gestores de infraestructuras y agentes sociales y económicos.
Emergencia climática
Los firmantes consideran la ZBE una de las mejores herramientas antipolución
La carta de las cuatro ciudades, que está abierta a la incorporación de otras urbes, señala que "en una situación de emergencia climática, la salud pública, el derecho a respirar un aire limpio y el derecho a la movilidad sostenible tienen que estar en el centro de todas las políticas urbanas de la ciudad del siglo XXI". "Garantizar estos derechos -añade- es fundamental para asegurar la equidad en el proceso de transición ecológica".
Los representantes de Londres, París, Roma y Milán reivindican el liderazgo de las ciudades en la lucha contra el cambio climático y aseguran que la creación de zonas de bajas emisiones es "una de las herramientas más útiles que tenemos para reducir los altos niveles de contaminación".
Según los firmantes de la carta, "cada año en Europa mueren 800.000 personas prematuramente a causa de la contaminación urbana". Recuerdan que Londres, París, Bruselas, Milán, Roma o Berlín y alrededor de 300 ciudades europeas han creado ya una ZBE "porque la evidencia científica demuestra que es una medida que salva vidas".
La carta en defensa de la ZBE recuerda que, según la Directiva Europea sobre Calidad del Aire, "la implementación de políticas que protejan la salud es una obligación, no una opción. Por eso, los países que no están siguiendo estas directrices, están recibiendo múltiples sanciones". "Priorizar el derecho a la salud es el nuevo sentido común que comparten las grandes ciudades europeas y la comunidad científica", añaden.
En este punto, la misiva se refiere en concreto a la sentencia del TSJC que anula la ZBE de Barcelona, y proclama que "las ciudades queremos mostrar que estamos unidas y convencidas de que es necesario y urgente implementar políticas contra la contaminación".
En este sentido, manifiestan que "se trata de una resolución que va en contra de las directivas de la Unión Europea y de la OMS, del consenso científico y, sobre todo, del sentido común internacional que entiende la importancia de proteger la salud pública. En medio de una emergencia climática y sanitaria, los jueces no pueden obligar a los gobiernos a retroceder".
La carta concluye con una advertencia: "El aire que respiramos y nuestra salud están en juego. Como representantes de las ciudades europeas, tenemos la responsabilidad de proteger la salud pública y garantizar el derecho a respirar un aire limpio".