Georgina es como yo

Georgina es como yo

Estás aterrizando ahora? Te estoy viendo desde mi avión”, le dice Cristiano Ronaldo a Georgina, su pareja, llamándola al móvil. Vuelan cada uno en su avión privado, propiedad del futbolista, y han coincidido en la pista de aterrizaje de Barajas. Es una conversación que muy pocas parejas humanas pueden mantener, próxima a la divinidad olímpica en la que todo es posible si chascas los dedos. Lo he visto en la docuserie Soy Georgina (Netflix), fascinante por la altísima improbabilidad de que ningún telespectador pueda nunca compartir sus vivencias. “Antes vendía bolsos, hoy los compro”, resume ella, antes dependienta, hoy pareja del futbolista multimillonario. Soy Georgina es una docuserie magnética por lo que tiene de cuento de hadas, de fábula de la Cenicienta, de fantasía de las mil y una noches y revisión de Pretty Woman . Encarna un imaginario onírico de pareja, que por inalcanzable cotiza alto en la bolsa de los sueños. El cuento incluye el suspense del anillo nupcial: se le espera (él asegura que sucederá cuando un día algo le haga “clic”; y ella se remite a la canción de Jennifer López El anillo pa cuándo ). Georgina y Cristiano Ronaldo conforman una pareja casi imposible que funciona de maravilla en este documental: espolvorea la pantalla con un brillo de oro, diamantes, yates y piscinas. “Con Georgina no puedes tener agenda”, se quejan sus amigos, pues ella les convoca de un día para otro para volar a Mónaco o a París. Todo es desmedido. Pero ella se nos iguala al soltar: “¡a veces pienso ‘qué feliz soy’!”. Y he caído en que también yo pienso a veces lo mismo, aunque sin yate, ni oro, ni diamantes, ni avión. Por eso me parece que en el fondo, bajo el aparataje de purpurina, no hay tanta diferencia entre Georgina y yo, y cualquiera de nosotros, igual de mortales.

A LA GUERRA. Susanna Griso ha entrevistado a Josep Borrell –alto representante de la UE para Asuntos Exteriores– en su Espejo público (Antena 3): la periodista pedía guerra contra Putin. Borrell le aclara que la UE no puede hacer más: “si la OTAN no interviene, ¿cómo pide usted que intervenga la UE?”, le ha cortado Borrell. He constatado que muchos periodistas queremos más guerra, más despliegue bélico, más cascos y armas y tiros, más espectáculo para llenar pantallas. Qué aburrido y qué poco televisivo es negociar. – @amelanovela

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