Unas 4.100 personas desalojadas de los espacios públicos más frecuentados es el balance estimativo de la primera noche sin toque de queda en la ciudad de Barcelona. El levantamiento de la restricción horaria llenó los lugares habituales de concentración nocturna en la capital catalana y en muchas poblaciones turísticas, especialmente las playas y, en el caso de Barcelona, las calles y plazas del barrio de Gràcia, donde el sarao improvisado al margen de la programación oficial de la fiesta mayor se prolongó, más que en días anteriores, hasta bien entrada la madrugada. La situación se repetirá durante este fin de semana y, muy probablemente, a partir del martes en Sants, que coge el relevo festivo de Gràcia en el verano barce-
lonés.
Según informaron fuentes policiales, en las playas de Barcelona fueron desalojadas unas 2.100 personas en la primera noche después de que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) rechazara la propuesta de la Generalitat de prorrogar una semana más el toque de queda en 148 municipios, incluidos Barcelona y los de su área metropolitana. Como ya viene siendo habitual desde hace meses, con o sin toque de queda, los puntos más calientes volvieron a ser las playas de Sant Miquel y el Somorrostro en la Barceloneta, donde se produjeron una vez más botellones y concentraciones multitudinarias que contravienen las medidas anticovid. También como en los días anteriores, el otro punto que concentró los esfuerzos, a todas luces insuficientes, del dispositivo conjunto de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana fue el barrio de Gràcia, que mañana echa el cierre a su fiesta mayor. En esta primera noche sin limitaciones horarias por lo que respecta al tránsito de personas por el espacio público –sí se mantienen las de bares y restaurantes– fueron desalojadas de las plazas y calles de Gràcia otras 2.000 personas. La plaza John Lennon fue una de las más concurridas.
Más de 4.000 personas desalojadas en Gràcia y las playas de Barcelona en la primera noche sin restricción
El dispositivo policial se saldó sin incidentes destacables y sin la imposición de ninguna sanción. En una entrevista en Rac 1, el teniente de alcalde de Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, justificó precisamente esta ausencia de multas. “Estamos aplicando un dispositivo para combatir la saturación de espacios, no para sancionar, sino para vaciar los excesos de concentración de personas”, manifestó el concejal.
Mossos y Guardia Urbana comenzaron a desplegarse por los espacios más frecuentados de la noche sobre las 2.15 horas de la madrugada, cuando agentes de los dos cuerpos acompañaron a los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona, invitando a los congregados a dispersarse. El dispositivo finalizó pasadas las 5 de la madrugada. Fuentes municipales señalaron a Efe que la operación de limpieza y dispersión en Gràcia duró, con las nuevas condiciones, una hora más que las noches precedentes y que la gran mayoría de los congregados abandonaron la zona cuando así se les requirió. La pasada noche del viernes se mantuvo la misma operación, que se repetirá la próxima madrugada.
El final del toque de queda se hizo notar también en municipios costeros, como ponen de manifiesto las grandes concentraciones de jóvenes en las playas de Platja d’Aro, Salou o Tarragona.