Cuando en el 2007 el Instituto Cervantes trasladó su sede a la que había sido primero la del Banco del Río de la Playa y posteriormente la del Banco Central, se encontraron en el sótano del edificio una cámara acorazada donde se guardaban, en dos alturas, las 1.767 cajas fuertes que utilizaron los antiguos clientes de las entidades bancarias. Vacías, claro. Para utilizar ese espacio, el Instituto lo convirtió en la Caja de las Letras y donde antes hubo dinero, lingotes, documentos o joyas, ahora hay un tesoro en cultura. Escritores y personalidades van dejando sus legados en una especie de cápsula del tiempo del conocimiento.
En una de esas cajas, la 2021, la princesa Leonor depositó el pasado miércoles lo que también puede considerarse dos joyas. El ejemplar de la Constitución que utilizó para leer el preámbulo y el artículo 1, en una lectura conjunta que tuvo lugar el 31 de octubre del 2018, el día que cumplía 13 años y la jornada con la que el Instituto Cervantes participaba de los actos conmemorativos del 40.º aniversario de la Constitución. También depositó en la caja el ejemplar de El Quijote, editado por el Instituto dentro de la colección Clásicos de la Real Academia, en el que Leonor y su hermana Sofía leyeron sendos párrafos el 23 de abril del año pasado, en una lectura telemática junto a otras personalidades cada una en su casa.
Para su primer acto oficial, la heredera eligió un vestido sencillo y unos zapatos salón de tacón bajo
Fue su primer acto oficial en solitario, sin sus padres. Una ceremonia escogida con cuidado y mimo para que no fallase ni un detalle. El primero la sencillez y la austeridad. Protocolo el mínimo para resaltar la importancia la figura de heredera al trono, pero no de su persona. La princesa escogió un vestido sencillo, propio de una adolescente, que ya había llevado en otra ocasión, un modelo de la firma Poète, que estuvo a la venta por 60 euros.
La princesa será una mujer alta porque a sus 15 años ya lo es. Será un tópico pero es cierto que en los últimos meses ha dado un estirón y se nota, sobre todo, en el tamaño de sus pies, enfundados, en esta ocasión, como hizo el día que estrenó el vestido en la ceremonia previa a la entrega de los premios princesa de Asturias, en unos zapatos salón negros de tacón fino pero bajo.
Felipe de Borbón se estrenó, también a los 15 años, con un viaje a Colombia acompañado por Felipe González
Su primer cambio de imagen se produjo en octubre del 2019, cuando a punto de cumplir 14 años, acudió por primera vez a la entrega de los premios Princesa de Asturias. En aquella ocasión su melena , hasta entonces, lisa o recogida en trenzas laterales , dio paso a un peinado con las puntas onduladas. Tras los últimos meses en los que ella, y medio mundo, ha salido poco, se ha transformado en una toda una adolescente que, cuando hace vida privada aún lo parece más por la elección de un vestuario menos formal y más acorde con la moda juvenil.
Leonor de Borbón, educada desde el mismo día en el que nació para ejercer primero de princesa heredera y luego de reina, no puede ser una joven e más. Lo saben sus padres y lo sabe ella, de ahí que su primer acto oficial haya sido tan simbólico, como le sucedió a su padre. Felipe de Borbón se estrenó en solitario, en 1983 con 15 años, viajando a Colombia con el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, para representar al rey Juan Carlos en las celebraciones del 450.º aniversario de la fundación de Cartagena de Indias. Se trataba entonces de dar a conocer al heredero en América Latina. Leonor ha tenido una entrada más suave, acorde con su edad y con su papel. En un acto, escogido entre otras posibilidades, por su carácter cultural. En los próximos tiempos habrá otros pero, claro, no serán el primero y, además, cada vez se irá intensificando el significado institucional. Con calma, sin prisas pero sin pausas. La Princesa ha debutado en la agenda oficial pero no se ha incorporado plenamente. Le faltan aún, al menos diez años, los de su bachillerato en Gales, su formación universitaria y militar en España y, probablemente, los de un master en una universidad extranjera. Pero en ese tiempo, compaginará sus apariciones públicas con sus estudios. La más importante tendrá lugar el 31 de octubre del 2023 cuando, al cumplir 18 años, jure como Princesa de Asturias, pero hasta ese día saldrá del Congreso y, probablemente, se irá a las clases en la universidad. La tarea fundamental de la princesa de Asturias es formarse para ejercer sus funciones cuando llegue el momento y, mientras tanto, ir mostrando su personalidad y cercanía. La Corona tiene sus leyes, pero también precisa de un vínculo emocional con los ciudadanos y en eso están los Reyes y sus hijas. Leonor está empezando el camino para que se la conozca más y mejor.