Alianza institucional para hacer realidad los accesos al puerto de Barcelona
Infraestructuras
Gobierno, Generalitat y Puerto se comprometen con un proyecto redactado hace 13 años
La idea inicial era la buena. Como tantas otras cosas en la vida, no hacía falta darle tantas vueltas para acabar haciendo lo que ya se preveía en un primer momento. En el caso de los accesos al puerto de Barcelona han tenido que pasar 13 años de modificaciones, cambios de planes e incluso la colocación de una primera piedra que resiste escondida entre la maleza en la cuneta de la autovía. Si no se hubiesen dado tantos rodeos, quizás los accesos viarios y ferroviarios al puerto de Barcelona ya serían una realidad hace unos cuantos años.
Ahora va en serio, insisten desde las administraciones firmantes del protocolo de colaboración que pretende impulsar de una vez por todas la construcción de unas infraestructuras que ya estaban recogidas en el plan Delta del año 1994, donde se diseñó la ampliación del aeropuerto y el puerto. El documento firmado ayer por el Ministerio de Transportes, la Generalitat, el administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif), Puertos del Estado y el Port de Barcelona se remite a la solución constructiva acordada en octubre del 2007 y sustituye a otro protocolo firmado en el 2013 del cual también se dijo aquella vez que era el definitivo pero fue modificado en el 2016 y anulado un año después. No hay ministro y conseller en las últimas dos décadas que no haya tenido su momento hablando de los accesos al puerto y la hemeroteca está llena de fechas caducadas. No pasará con la crónica de hoy cuando la lean de aquí a unos años, aseguran los actuales firmantes convencidos.
“No es el primer acuerdo, pero debe ser el definitivo”, proclamó el conseller de Territori, Damià Calvet, durante el acto de presentación del nuevo protocolo en el Museu Marítim de Barcelona. Un acuerdo que, para el ministro de Transportes, José Luís Ábalos, “sienta las bases para que el proyecto pueda llegar a buen puerto tras tantos esfuerzos”. La presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa lo resumió con esperanza y rotundidad: “La alianza hace la fuerza”.
Aspectos por acordar
El coste de las obras y el dinero que aportará cada administración queda en el aire
El buen entendimiento entre las administraciones visualizado ayer en el acto de firma no quiere decir que vayan a empezar los trabajos en el puerto mañana mismo. De momento es una declaración de intenciones, firme, pero declaración de intenciones sin calendario ni financiación. El Port de Barcelona mantiene su compromiso de pagar parte de la obra, como en los anteriores convenios, pero esa cuestión aún no se ha abordado porque ahora mismo ni tan siquiera se sabe cuál será el coste de la ejecución. De manera más o menos clara, todas las administraciones implicadas ven los fondos europeos de reconstrucción como una oportunidad de financiación que puede aportar importantes cantidades de dinero que, de otra manera, serán difíciles de encajar en los presupuestos del Estado o de la Generalitat.
La cuestión económica pasó de puntillas sobre el escenario. Todos piensan en el convenio ligado al proyecto en el que se recogerán las cantidades a pagar, pero el primer paso, en los próximos meses, será la redacción de los estudios previos, que podrían ser aprobados en un plazo de nueve meses. En ellos se definirá también el contenido del proyecto básico para poder licitar las obras así como un primer calendario orientativo. Mientras tanto, ganan tiempo para afrontar el debate económico, pero insisten en la importancia del protocolo que deja por escrito el consenso técnico y político para no marear más la perdiz.
Aspectos acordados
La manera de hacer la nueva conexión viaria y ferroviaria con el puerto sí que está bien definida
La solución constructiva escogida vuelve a unificar en un mismo proyecto los accesos viarios y ferroviarios, en lugar de separarlos como se había hecho la última vez con mil y un impedimentos técnicos que lo acabaron echando atrás. Un tronco de acceso común dará entrada a todas las mercancías, con un viaducto por carretera, un acceso en superficie ara el ancho métrico de FGC y un túnel para el acceso ferroviario en ancho internacional e ibérico exclusivo con destino a una playa de vías en el interior de las instalaciones portuarias. Por otro lado, incorpora un ramal de conexión con Can Tunis y la adaptación de estas vías al ancho internacional para acoger el paso de trenes hacia el norte por la línea de alta velocidad.
En cuanto a los accesos viarios, constarán de un acceso por carretera desde Cornellà hasta la entrada del puerto, liberando las entradas congestionadas de la ronda Litoral. El estudio que ahora se debe redactar decidirá si se ejecuta un enlace viario completo en la zona intermedia del antiguo tramo final del río Llobregat para atender el tráfico de camiones que entren y salgan del complejo logístico-portuario adyacente. “Fácil de decir, complejo de ejecutar”, resumió el conseller Damià Calvet.
El Port de Barcelona pide una oficina técnica para coordinar los futuros trabajos
La complejidad técnica es importante ya que se desarrolla en un espacio muy acotado y lleno de infraestructuras, que requerirá una gran cantidad de viaductos y cimentaciones en terrenos blandos el antiguo cauce del Llobregat, desviado en su momento para la ampliación del puerto. En algunos puntos se llegarán a cruzar en el mismo punto el metro, las vías de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y los nuevos accesos viarios y ferroviarios.
La dificultad de las obras planificadas lleva a la presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa, a reclamar una oficina técnica con sede en Barcelona para coordinar los trabajos e incorporar la participación de la institución en la coordinación de los mismos sobre el terreno. “Es una obra compleja y nadie conoce el territorio portuario mejor que nuestros equipos”, defendió Conesa. De momento lo que habrá será una comisión de seguimiento formada por miembros del Ministerio, la Generalitat, Adif, Puertos del Estado, Port de Barcelona y FGC para realizar un control del desarollo del proyecto.
La vertiente logística se intensifica en el proyecto con más espacios intermodales
El paso de los años respecto al documento inicial ha permitido incorporar nuevos elementos que a principios del siglo XXI aún no se consideraban tan importantes. Ahora el protocolo firmado suma también la importancia de la visión logística intermodal e incorpora una manera diferente de entenderla. Para el ministro Ábalos, “el puerto de Barcelona se convertirá en el nodo logístico e intermodal más avanzado de Europa” gracias a la nueva infraestructura.
En ese sentido, el protocolo establece el estudio para realizar una gestión colegiada de las diferentes terminales ferroviarias que haya en el nodo logístico del puerto junto a la de Can Tunis-ZAL Prat y la del Vallès, en la Llagosta, mediante un modelo de participación y gestión global. Para el puerto de Barcelona se trabaja en la definición de una terminal de autopista ferroviaria en el antiguo cauce del río Llobregat que constituya un servicio de transporte combinado entre el ferrocarril y el transporte por carretera. El proyecto ya se está probando desde el año pasado y la intención es suscribir un acuerdo con la empresa VIIA para construir y explotar la futura terminal.