Sants instala los desvíos de vías que cambiarán Rodalies
Infraestructuras
Adif finaliza la primera fase de los trabajos que harán más flexibles los andenes de la principal estación de Barcelona a partir del año que viene
La nueva manera de funcionar de la estación de Sants empieza a ver la luz al final del túnel. La oscuridad en la que muchas veces esperan los pasajeros dentro del tren es rota este fin de semana por unos potentes focos que alumbran al medio centenar de operarios dedicados a la instalación de los nuevos desvíos. Ayudados de una ruidosa maquinaria, instalan las piezas fundamentales para dirigir a los trenes hacia un lado u otro y hacer posible así la esperada reordenación de las vías de la principal estación de Barcelona.
Cuando esté acabada la obra en su conjunto, las vías quedarán más equilibradas. Habrá cuatro a disposición de las circulaciones del túnel de plaza Catalunya y otras cuatro para los de paseo de Gràcia, en lugar del actual reparto desigual, con dos vías para los 618 trenes de Rodalies que paran en Catalunya y seis para las 396 circulaciones de Rodalies y regionales que van por paseo de Gràcia. Una incongruencia que tensiona excesivamente el funcionamiento de Rodalies y hace saltar los horarios por los aires cuando se produce alguna incidencia en las vías 7 y 8.
Para poder hacer efectiva la reordenación de la estación era imprescindible cortar la circulación este fin de semana. Así se puede levantar un kilómetro y medio de vías, retirar los viejos desvíos y finalmente sustituirlos por otros nuevos, que van acompañados de un sistema más moderno, instalado sobre unas traviesas de hormigón en lugar de las clásicas de madera.
El corte extraordinario de este fin de semana se acompaña de trabajos nocturnos a diario hasta el año que viene
Una vez puestas las nuevas vías, hay que adaptar la catenaria existente, adecuar las instalaciones de seguridad, configurar el sistema informático de seguridad de los enclavamientos electrónicos... El trabajo no es sencillo, menos aún al ser en el interior de un túnel urbano ya que todo el material de la obra se tiene que trasladar desde fuera. La operación se ejecuta de manera coordinada por el administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) con los equipos que se encargan de las diferentes partes para tenerlo todo a punto cuando mañana por la mañana circulen los primeros trenes de Rodalies, en un día además crucial para la confianza del transporte público.
Con la instalación de los desvíos se finaliza la primera fase de los trabajos en las vías que conectan Sants con el túnel de paseo de Gràcia. Una actuación similar se llevó a cabo el fin de semana pasado en el de plaza Catalunya. Pero la cosa no acaba aquí. Si bien se ha superado la parte más importante, la obra se divide en 11 fases. Las diez restantes se irán haciendo principalmente en horario nocturno, aunque hay programado algún otro corte de fin de semana en otoño. “Cada noche se trabaja durante cuatro horas entre el último tren de la noche y el primero de la mañana, pero los trabajos extraordinarios como la instalación de unos desvíos y todo lo que llevan asociado requieren de más tiempo”, justifica Alfonso Ruiz, subdirector de operaciones de la red convencional noreste de Adif.
La actuación permite aumentar la velocidad de los trenes y ganar cerca de un minuto en el paso por los túneles
La intención es finalizar a principios del año que viene una actuación en la que se invierten cerca de nueve millones de euros. Será en el 2021 cuando los usuarios descubrirán las bondades de la transformación que se está acometiendo en la oscuridad del túnel. A partir de entonces, las líneas dejarán de tener una vía asignada y pasarán a contar con un andén a su disposición. El pasajero bajará en función del sentido en el que vaya, aunque deberá estar atento a la pantalla, ya que el tren podrá venir por cualquiera de las dos vías del andén indistintamente.
Así, los maquinistas dejarán de tener que esperar en hora punta a que cargue y descargue el convoy previo y podrán hacerlo dos a la vez, ganando un tiempo que es oro en una estación que se encuentra casi al límite de su capacidad. Además, aunque es una obra planificada desde hace unos cuantos años, parece pensada para estos tiempos de la Covid-19, ya que los flujos de subida y de bajada de pasajeros estarán más distanciados.
Más allá de los cambios en la propia estación de Sants, las obras permitirán reducir cerca de un minuto el tiempo de trayecto hasta el centro de Barcelona. Ruiz explica que “había unas limitaciones temporales de velocidad que desaparecen con los nuevos trazados en la cabecera norte de la estación”, ganando así 730 minutos diarios a repartir entre el millar de trenes que circulan cada día.