A bordo de los trenes de alta velocidad que unen Barcelona con diversas ciudades del sur de Francia se escucha mucho más francés que castellano o catalán. Prácticamente la mitad (el 48%) de los viajeros entre Barcelona y Toulouse son del país vecino. “Barcelona es un atractivo muy fuerte y natural en Francia”, justifica Yann Monod, director general de Renfe-SNCF en Cooperación, la marca de las operadoras públicas de ambos estados para estos servicios transfronterizos. En cambio, a la inversa, los viajeros españoles sólo representan el 17%. En este caso, Monod apunta que “París atrae mucho y es una ruta que funciona muy bien, pero al turista español le cuesta más conocer otros destinos como Toulouse pese a su proximidad”.
Más allá de franceses con ganas de conocer Barcelona y catalanes con ganas de descubrir el sur de Francia en tren, el 35% restante que utiliza los trenes entre Barcelona y Toulouse son viajeros de terceros países que están de turismo por Europa. De estos, los más habituales son los viajeros llegados desde Estados Unidos y Canadá en ruta por diferentes países europeos. Representan el 30%, un porcentaje superior a los turistas del resto del Viejo Continente. Un relevante 15% son procedentes de América del Sur y, en este caso, lo más habitual es que empiecen su recorrido europeo por España y se desplacen posteriormente a Francia en tren.
Los datos pertenecen a un estudio elaborado por Renfe-SNCF en Cooperación a partir de encuestas a bordo entre la capital catalana y la occitana. El informe también apunta que el 57% del pasaje viaja por motivos de ocio y turismo y el 39% lo hace para visitar a amigos, familiares o algún otro motivo privado. Es por eso que tres de cada cuatro personas que se suben a los convoyes de gran velocidad lo hacen acompañados, ya sea por familiares o amigos. Los viajeros de negocios son prácticamente inexistentes en estos corredores.
Esta tendencia queda reforzada por el hecho de que en los meses de julio y agosto se concentra más de la mitad de la demanda. De hecho, la ruta entre Barcelona y Toulouse, con paradas en Figueres y Girona, es tan estacional que la operadora la mantiene abierta exclusivamente para los meses de primavera y verano. El próximo 23 de septiembre dejará de circular el servicio diario y no se retomará hasta abril del año que viene. Desde que se abrió esta conexión, hace cinco años, ha ido ganando pasajeros y ya ha transportado a más de 400.000 viajeros. El año pasado se vio afectada por el impacto de las continuas huelgas de los ferroviarios franceses y se notó en los números pero, a falta de unos días para cerrar la temporada, este año la cifra de pasajeros ha vuelto a crecer.
Los meses de julio y agosto concentran más de la mitad de viajeros que Renfe-SNCF mueve en todo el año
En el conjunto de los servicios de alta velocidad operados de manera conjunta por Renfe y su homóloga francesa ya se han superado los 4,5 millones de viajeros desde que se puso en marcha, en diciembre del 2013. Incluye cuatro líneas. Además de la que une Barcelona con Toulouse, están las que la conectan con París, Lyon y Marsella, esta última desde Madrid.