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La mitad de los usuarios de motos y bicis compartidas provienen del transporte público

Movilidad

El RACC pide impulsar un crecimiento ordenado de estos servicios para hacerlos atractivos frente al vehículo privado

Una moto de alquiler circulando por Barcelona

Llibert Teixidó / Archivo

La proliferación de motos y bicis de alquiler por minutos en Barcelona no ha supuesto la eliminación de centenares de vehículos privados de las calles de la ciudad. Un estudio elaborado por el RACC apunta que el 49% de los usuarios de los servicios de vehículo compartido en la capital catalana antes hacían ese trayecto en t ransporte público.

Son muy pocos los que han sustituido su coche por un vehículo de alquiler por minutos: el 10% de la gente que usa la bici antes iba en modos motorizados (el 6% en moto y el 4% en coche) y el 8% de los que usan motosharing antes iban en coche.

Tres de cada cuatro usuarios no tienen vehículo propio. Y no lo tienen, según afirman en la encuesta del RACC, por una cuestión económica de costes de adquisición y mantenimiento combinada con un bajo uso que convierten en más atractiva económicamente la opción de pagar por uso cada vez que se quiere coger una moto o bici.

En muchos casos, esa ausencia de vehículo privado también implica una falta de experiencia. El 47% de los usuarios de motosharing no tenían experiencia previa cuando cogieron por primera vez una moto compartida.

Uno de cada diez barceloneses usa servicios de alquiler por minutos

Con todo, la aparición de los nuevos sistemas de movilidad compartida son todavía incipientes. Más allá del Bicing, que ya tiene más de 10 años, el resto de servicios han llegado a la ciudad en los últimos tres años. Aunque el volumen de usuarios es creciente, menos del 10% de la población ha utilizado alguna vez las aplicaciones que permiten hacer un trayecto en moto o bici de alquiler por minutos. El público que más se siente atraído por este sistema son los menores de 35 años.

Para convertir estos servicios en una alternativa realmente competitiva frente al vehículo privado, el RACC pide a la administración que impulse un crecimiento ordenado de estos servicios. El coche compartido es la gran asignatura pendiente en Barcelona. Mientras que la moto y la bici están muy desarrolladas y cada vez con mayor oferta, el coche compartido tiene una presencia prácticamente irrelevante, a diferencia de Madrid, donde es muy utilizado.

“Es un fenómeno que llegará en los próximos meses”, vaticina el presidente del RACC, Josep Mateu. Pese a ello, todo dependerá del nuevo gobierno municipal, que deberá decidir si adapta la normativa actual para hacerlo posible.