El día que Fernando VII se bañó en Barcelona

Barcelona Secreta

Una placa en la calle Santa Mònica señala que en el actual pasaje Lluís Cuchet existió desde 1814 una casa de baños que en 1828 visitaron el monarca absolutista y su tercera esposa, Josefa de Sajonia

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Una placa en la calle Santa Mònica señala que en el actual pasaje Lluís Cuchet existió desde 1814

Xavi Casinos

Una placa en la calle Santa Mònica da fe de que el rey Fernando VII y su esposa, María Josefa Amalia de Sajonia, visitaron el 1 de abril 1828 la casa de baños que entonces había en ese lugar. Se trataba del establecimiento de baños públicos que había abierto 14 años antes un ciudadano apellidado Casteliu y que, según Joan Amades, era el primer local de este tipo inaugurado en la península en época contemporánea.

Can Casteliu, que así se conocía el local, inició su actividad justo en el año en que el ejército de Napoleón ponía fin a la ocupación de España. Casteliu, según parece, vio una oportunidad de negocio en una práctica higiénica que los franceses habían introducido en un país cuyos ciudadanos no eran muy dados al baño. Pero tras la marcha de las tropas napoleónicas, el asiduo de la higiene personal fue inmediatamente señalado como presunto afrancesado, es decir, colaboracionista del régimen invasor, de modo que el negocio de Casteliu no fue tan boyante como preveía.

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La placa que recuerda el rey Fernando VII y su esposa, María Josefa Amalia de Sajonia

Xavi Casinos

Sin embargo, Casteliu perseveró y su casa de baños aguantó bastantes años en lo que hoy es el pasaje Lluís Cuchet, que comunica las calles Santa Mònica i Arc del Teatre. El pasaje no es de acceso público, pues una reja cierra el paso por ambos extremos. El local debió pasar por momentos difíciles, pues un artículo que repasaba su historia lo calificaba de “sucio” y “dejado” en los años siguientes a su puesta en marcha, aunque aseguraba también que con posterioridad destacó por su “comodidad y limpieza”.

En el momento en que los reyes visitaron el establecimiento, un baño costaba una peseta y por aquella época ya habían abierto otros locales de baños en Barcelona. Al parecer, quienes cuidaban su aseo habían dejado de ser sospechosos. Por cierto, no está demostrado que el monarca absolutista y su tercera esposa hicieran realmente uso de las instalaciones o se trató tan solo de una visita de cortesía.

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Can Casteliu, que así se conocía el local, inició su actividad justo en el año en que el ejército de Napoleón ponía fin a la ocupación de España

Xavi Casinos
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