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Impulso a la prolongación de la Diagonal hasta el Llobregat

El Àrea Metropolitana encarga proyectos para transformar la B-23 a su paso por cuatro municipios

El puente de las rotondas. El viaducto viario que une Esplugues, Sant Joan Despí y Sant Just no dispone de paso para peatones

Mané Espinosa

Cuando parecía que el proyecto de prolongar la Diagonal hasta el Llobregat había sido condenado a dormir en el cajón de algún técnico metropolitano, esta ambiciosa idea que implicará la gran transformación de la entrada oeste de la ciudad toma un nuevo impulso con el objetivo de consolidarse. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) pone de nuevo el proyecto encima de la mesa y lo dota por primera vez de partida económica. El ente saca a concurso los estudios urbanísticos y técnicos para la redacción de una propuesta para la remodelación de la B-23 por 603.607, 29 euros que serán los cimientos del proyecto.

Este ambicioso plan metropolitano implica transformar cinco kilómetros de la autopista B-23 en vía urbana, desde Sant Joan Despí hasta Barcelona y, por tanto, a través de Sant Just Desvern y Esplugues de Llobregat; y que es comparable a otras grandes remodelaciones urbanas a largo plazo, como el soterramiento de la Gran Via a su paso por l’Hospitalet o determinados tramos de la ronda de Dalt. En el caso de la Diagonal se trata de crear un paseo urbano continuo en paralelo a la autopista B-23, desde la entrada de Barcelona hasta la ciudad deportiva del Barça de Sant Joan Despí, ya en la frontera con Sant Feliu de Llobregat. La autopista se mantiene como vía segregada en el tronco central, pero se prevé soterrar algunos tramos de la infraestructura, que funciona como barrera en estos municipios, y en otros casos incluso cubrirlos.

El plan prevé convertir en vía urbana un tramo de cinco kilómetros de autopista

“Abordamos la redacción del proyecto, pero también su coordinación: estableceremos que todas las actuaciones que se desarrollen en este área se efectúen conforme al plan que se acordó”, explica el alcalde de Sant Joan Despí, Antoni Poveda, que también es el vicepresidente de Movilidad y Transporte del AMB. “No se podrá hacer toda la remodelación a la vez, por la complejidad y el coste económico de los trabajos. pero sí poco a poco”, añade Poveda, que apunta que, a corto plazo, se darán a conocer nuevos tramos de carriles bici metropolitano, que conectarán y darán continuidad al nuevo vial para ciclistas y peatones del lateral de la B-23, entre Esplugues de Llobregat y Barcelona.

En este sentido, el alcalde de Sant Joan Despí señala que también se está trabajando en el carril segregado para autobuses que discurrirá por la Diagonal, una iniciativa que se recoge en el pliego técnico de la redacción del proyecto metropolitano. De hecho, en la última reunión entre los responsables del Ministerio de Fomento y de la Conselleria de Territori i Sostenibilitat ya se anunció que el año que viene se firmará un convenio para la cesión de la autopista entre Sant Joan Despí y la Diagonal que permita construir este carril bus-VAO de entrada a Barcelona. Poveda cree que esta actuación, con la que mejorará la movilidad del Baix Llobregat, podría estar lista en dos años.

La construcción de este futuro carril para autobuses de entrada a Barcelona no afectará a la actual sección de la autopista, que no perderá viales de circulación. Igualmente, el proyecto de remodelación de los laterales de esta infraestructura tampoco afectará al tráfico, aunque sí que se apuesta por lograr a través de esta actuación una movilidad más sostenible en los municipios de su entorno.

La transformación contempla el carril bus segregado en el tramo central de la B-23

“No hemos dejado de hablar con la Generalitat, hemos seguido dialogando sobre cómo transformar una autopista en una vía urbana”, dice Poveda. “Y ahora también hay un gobierno central con predisposición, con ganas de acelerar proyectos en Catalunya”, añade el vicepresidente de la AMB.

En el pliego de cláusulas del contrato se reconoce que, debido a la complejidad de esta gran actuación urbanística, que afecta a cuatro municipios, será necesario “encontrar un equipo multidisciplinar” que aportará “una propuesta concreta para un primer tramo determinado que servirá de modelo y de ejemplo en la ejecución de la totalidad y pondrá a prueba su modelo y viabilidad”. También será necesario subdividir los cinco kilómetros a transformar en diferentes tramos para facilitar su ejecución.

El documento también apunta que la autopista ha dejado numerosos espacios vacíos semiurbanizados que han perdido su valor natural y que tienen un gran potencial de recuperación. Uno de los ejes centrales del proyecto presentado en el 2014 por el equipo de arquitectura de Batlle i Roig –el mismo que diseñó el carril bici entre Barcelona y Esplugues– es el de potenciar los corredores verdes entre el río Llobregat y Collserola, si bien la transformación de este tramo de la B-23 permitirá recuperar también entornos cuyos usos se comenzarán a definir a partir de ahora. La idea que siempre se ha defendido es que haya, en este caso, también un continuo de la Diagonal.

El estudio que se elaborará servirá para fijar las fases de desarrollo del proyecto

Así, se trata de que, además de nuevas zonas verdes –como la ampliación del parque Cervantes para convertirlo en un gran espacio metropolitano–, también pueda haber nuevo suelo de uso residencial y otro destinado a actividades económicas: edificios de oficinas, pero además espacios comerciales y también equipamientos municipales y supramunicipales.

La propia transformación del entorno de la B-23 se espera que pueda beneficiar a polígonos de actividad económica adyacentes que disfrutan de la proximidad de la autopista pero también la sufren como barrera. Aunque todas estas cuestiones las tendrán que decidir en su momento cada uno de los municipios afectados.

El estudio también servirá para acabar de definir la posibilidad de cubrir parcialmente algunos de los tramos de la autopista. Hasta ahora se había dejado la puerta abierta a tapar la B-23, a la altura del sector Bellavista, en Sant Joan Despí, ampliar el puente sobre la autopista en la zona de TV3 o soterrar un tramo a la altura del centro de Esplugues, una histórica reclamación de esta ciudad y que, anteriormente, tuvo plan propio, aunque nunca se acabó de desarrollar.

La AMB defiende la coordinación con la Generalitat y la buena actitud del Gobierno

“Es un proyecto que también nos permitirá mejorar la movilidad y potenciar el transporte público”, apunta Poveda. Y es que, la actuación urbanística también incluye la construcción de un importante aparcamiento de coches en el entorno de Sant Joan Despí del que la idea es que salgan lanzaderas que conecten con la futura estación de autobuses del parque Cervantes.

Por su parte, la AMB es consciente de que no existe una solución única para los laterales de la autopista, construida en los años sesenta, de ahí que se busquen actuaciones específicas, según las características urbanas de los tejidos por los que atraviesa. Por este motivo se prevén coberturas o soterramientos puntuales en aquellos puntos que así lo requieran. Son a grandes rasgos estas incógnitas las que deberá resolver en un futuro este proyecto que, debido a su complejidad, tiene un plazo de entrega de un año y dos meses.