El ayuntamiento de Maó ha comenzado el derribo de tres chalés ilegales construidos en la albufera des Grau, en Menorca, una de la principales zonas naturales de la isla con una gran riqueza ecológica, diversidad de ecosistemas y amplia fauna y flora. Se trata de uno de los elementos clave en la declaración de la reserva de la biosfera para toda la isla. Los chalés se construyeron en los años 90 en una zona de suelo rústico y el derribo no ha llegado hasta ahora, tras años de tramitaciones jurídicas y urbanísticas.
Los tres chalés formaban parte de la urbanización Shangril.là, que se levantó en terrenos de las fincas rústicas de Llimpa y Santa Madrona antes de la declaración de parque natural, en el año 1995. En la zona siguen en pie medio centenar de edificaciones, algunas con concesión administrativa de uso hasta el año 2038.
Trabajos
Los terrenos se restituirán a su situación original
El conseller de Medi Ambient de Balears, Miquel Mir, ha visitado las obras de demolición, que tendrán un coste de unos 37.000 euros. El Govern balear financia esta obra con dinero procedente del impuesto de turismo sostenible. En la visita también han estado presentes el alcalde de Maó, Héctor Pons, y la primera teniente de alcalde de Cultura i Medi Ambient, Conxa Juanola. Mir ha destacado la importancia de este proyecto "en materia de dignificación y restauración del medio natural".
El Govern balear colaborará ahora en las labores de restauración de toda la zona para devolver el paisaje a su estado inicial y recuperar los valores naturales. Los responsables del parque facilitarán las semillas para reforestar la zona con con especias propias del parque, como acebuches, encinas y aladiernos. También deberá actuarse en una serie de viales que ya se habían construido. Las labores de demolición comenzaron el lunes, con una brigada del parque natural que limpió la vegetación de acceso a las tres parcelas.
Rceuperación de la zona
Las obras supondrán la restitución de muros de piedra originales
Las labores de restauración de la zona prevén la recuperación de estructuras y elementos ligados a la actividad agrícola que existía antes de la construcción de estas edificaciones ilegales. Estos elementos autóctonos sufrieron daños durante el proceso de urbanización de toda el área. Afectó a muros de piedra, puertas de acceso a fincas, pozos y puentes de torrentes, entre otros elementos. También se prevé restituir los viales originales.
La orden de demolición se tomó en el año 2000, por lo que han transcurido 20 años desde que el ayuntamiento de Maó decidió eliminar estas construcciones y recuperar uno de los entornos naturales más importantes de Menorca por su riqueza ambiental y paisajística.