El distrito cultural de l’Hospitalet resiste
Ciudades
Pese a la crisis producida por la pandemia de la Covid-19, no hay desbandada de creadores culturales en la segunda ciudad de Catalunya
Entre altos bloques de pisos antiguos y algunas obras para construir más se halla el edificio Freixas, situado en el barrio de Santa Eulàlia de l’Hospitalet de Llobregat, justo en la frontera con la Torrassa. Una gran cicatriz en forma de vías del ferrocarril les continúa separando. A cuatro pasos hay vetustos edificios industriales de actividad decadente, signos de otros tiempos. Y en interior del Freixas, donde hace décadas se fabricaban televisores, hace ya tiempo que hay arte a raudales. Es el kilómetro cero del distrito cultural de la segunda ciudad de Catalunya. Aquí la sustitución de viejas actividades industriales por profesionales del sector cultural, entendido desde un prisma amplio, surgió antes de que la idea se institucionalizara y surgieran las comparaciones con Brooklyn. Aunque la crisis generada por la pandemia de la Covid-19 le azota, de momento resiste el duro golpe.
“Esta es la movida de l’Hospitalet, no hace falta comparar”, señala Marcos Romero, que ya lleva 14 años diseñando y creando sus esculturas en un local de 400 metros cuadrados del Freixas, donde ya se han juntado más de 30 profesionales del sector cultural: creadores digitales, pintores, artistas visuales, artesanos, ceramistas… Allí se crean sinergias no solo entre artistas, sino también con algunos de los ocupantes más veteranos del lugar. El herrero de abajo le ayudó a culminar una gran ballena, el cromado en oro de algunas de sus lámparas también está hecho en una de las empresas con las que convive. “Es muy cómodo”, comenta.
Entre hormigas de vidrio soplado y metal reciclado, una de sus creaciones, Romero comenta que le han ayudado a atenuar el impacto de la de la pandemia: “El dueño, Xavier Pons, nos echa una mano. Ha llegado a acuerdos para rebajar los alquileres en estos momentos tan duros”.
Algunos propietarios han apostado por reducir el alquiler o posponer cobros para ayudar a los artistas
Según el concejal de Cultura del Ayuntamiento de l’Hospitalet, David Quirós, no es una rara avis. “Los propietarios se han implicado porque apuestan por este modelo. Están ayudando a mitigar el impacto de la pandemia. Incluso se han pospuesto algunos pagos”, asegura el edil.
Este es el uno de los motivos de la resiliencia del distrito cultural de l’Hospitalet, pero no el único, remarca el edil. “Hemos mantenido el presupuesto e incluso se ha aumentado un poco mediante modificaciones de crédito”, recuerda. Aunque con cambios de formato, se ha salvado toda la programación posible. “Seguimos apostando, la conciencia crítica que hay detrás de la cultura es importante ahora mismo. Además, detrás del artista se mueve también un sector económico menos reconocido, como el de los técnicos de sonido, por poner un ejemplo”, argumenta el concejal de Cultura.
Con todo, “no se ha producido ninguna desbandada de artistas, que están apostando por mantenerse”, dice Quirós. En el 2014 había 209 agentes culturales y este año arrancó con 550. Algunos sí que no han tenido ningún otro remedio que prescindir de su espacio, pero incluso durante la pandemia han llegado otros y se han cerrado acuerdos. Antes de final de año, la galería Alegría aterrizará en l’Hospitalet.
Pero evidentemente la pandemia se nota y el sector cultural está tocado. Marcos Romero se resigna a “vender las piezas a mitad de precio” para poder cubrir costes y tirar adelante no sin dificultades. “Al final se trata de no parar. Aprovecho para tener stock de obras para cuando mejoren las cosas, la ilusión continúa”, esgrime. Esta resistencia no está exenta de sufrimiento, y puede llegar a tener un límite si la situación se prolonga mucho más en el tiempo.
Formatos híbridos para salvar la agenda de actos
Como pasa con las ferias, tan habituales en l’Hospitalet de Llobregat, las actividades culturales se están transformando en la segunda ciudad de Catalunya. “En el distrito cultural hemos apostado por un formato híbrido entre presencial y virtual”, asegura el concejal de Cultura del Ayuntamiento, David Quirós. Por ejemplo, así se llevaron a cabo el Crea, el encuentro anual del distrito cultural, o el festival Berdache, que celebró su primera edición reflexionando sobre género e identidad.
“Es una forma de mantener los bolos y algunos ingresos para los artistas”, considera Quirós. “El formato híbrido ha venido para quedarse”, añade el edil. Aquellas actividades que no se han podido transformar, se han pospuesto para los próximos meses.