Teruel ha vuelto a ser, en el 2020, la ciudad más segura de España, por sus bajísimos índices de criminalidad. Apenas salen de allí noticias alarmantes en los medios de comunicación estatal, salvo las movilizaciones de colectivos que han nacido precisamente para hacerse oír, como el de Teruel Existe. En esta tranquila urbe de 36.000 habitantes no se produjo ningún homicidio doloso en todo el 2020, ni en el 2019. Considerando todo tipo de delitos, en Teruel se cometen anualmente uno por cada 58 habitantes.
En cuanto al descenso del número de casos delictivos respecto al 2019, algo generalizado en todo el país debido a la pandemia, en el apartado de denuncias por agresión sexual grave se pasó de tres casos en el 2019 a uno en el 2020; los robos con violencia bajaron un 36% frente al 31 % en la media estatal. Y los delitos por tráfico de drogas cayeron en Teruel un 40%, frente al aumento del 2,2% registrado en el conjunto de España.
Emma Buj, alcaldesa de Teruel, afirma que su ciudad “acoge muy bien a quienes que vienen a vivir aquí” y señala que “no hay grandes diferencias de rentas entre los barrios, lo que facilita su seguridad, tanto en temas de delincuencia como de pandemia”. Por su parte, José Polo, veterano líder vecinal, atribuye esta paz a que “Teruel es una ciudad pequeña, con una población envejecida donde la mayoría de los jóvenes emigran a València o a Zaragoza. Existe un control social mutuo porque nos conocemos todos y hay una relación cotidiana fluida entre vecinos, policías y sus familiares”, añade.
Ante la eventualidad de que este clima idílico pueda truncarse con alguna acción violenta inesperada, como ocurrió hace tres años en Andorra (Teruel), donde dos guardias civiles y un granjero de la zona fueron asesinados por el serbio Norbert Feher, desde la Subdelegación del Gobierno afirman que en Teruel hay una tasa de agentes por cada mil habitantes superior a la media estatal (un 6,1 frente a un 3,7), suficiente para cubrir esas eventualidades. Polo advierte, no obstante, que esas cifras “no tienen en cuenta la extensión y la dispersión de efectivos en la provincia en cuarteles pequeños y muy alejados entre sí, lo que dificulta montar operativos rápidos y eficaces”.