Los altos niveles de consumo que disfrutan los países ricos del Norte global solo son posibles gracias a la apropiación masiva de mano de obra de la población del Sur global. Así lo evidencia una investigación del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) que indica que esta apropiación se produce a través del intercambio desigual en el comercio internacional y las cadenas mundiales de productos básicos.
El nuevo estudio publicado en Nature Communications calculó los flujos de mano de obra incorporada a los bienes comercializados en todo el mundo entre los años 1995 y 2021.
Los resultados muestran que, en el año 2021, el Norte global importó 906.000 millones de horas de trabajo incorporado del Sur, mientras que exportó sólo 80.000 millones de horas a cambio. Es decir, por cada hora de trabajo que el Sur global importa del Norte global, debe exportar once horas para «pagarlo». Como resultado, los países del Norte global se apropiaron de 826.000 millones de horas netas de trabajo del Sur global, en todos los niveles de cualificación y en todos los sectores: minería, agricultura, manufacturas y servicios. Esta cifra de 826.000 millones de horas es el equivalente a más trabajo que el realizado por toda la mano de obra de Estados Unidos y Europa juntas.
El valor salarial de esta mano de obra de apropiación neta equivale a 16,9 billones de euros en 2021, según precios de los países del Norte global. En otras palabras, esto es lo que costaría la mano de obra apropiada si se pagara con los salarios vigentes en el Norte, con igual salario por igual trabajo. «Las cifras son asombrosas y muestran que, cada año, hay cantidades muy importantes de valor que fluyen del Sur al Norte», indica Jason Hickel, investigador del ICTA-UAB y del Departamento de Antropología de la UAB. «El Norte global se enriquece desviando valor del Sur», añade.
Las cifras son asombrosas y muestran que, cada año, hay cantidades muy importantes de valor que fluyen del Sur al Norte
El intercambio desigual se produce debido a las desigualdades sistemáticas de precios en la economía mundial. Estados y empresas poderosas del Norte global tratan de contener los salarios y los precios de la oferta en el Sur global para obtener insumos y otros bienes más baratos. Los productores del Sur global se ven entonces obligados a exportar más bienes y servicios para poder comprar un determinado nivel de importaciones.
Esto se traduce en grandes transferencias netas del Sur global al Norte global, lo que beneficia a las empresas y consumidores del Norte, pero extrae del Sur global las capacidades productivas necesarias para su desarrollo. «La mano de obra que podría utilizarse para mejorar el desarrollo humano en el Sur global se destina en cambio a servir a la acumulación de capital en el Norte global», afirmó la coautora Morena Hanbury Lemos, también del ICTA-UAB, quien asegura que «este es uno de los principales factores de privación en el Sur y es necesario abordarlo».
Según el estudio, los salarios en el Sur global son entre un 87 % y un 95 % más bajos que los del Norte para trabajos de igual cualificación, y entre un 83 % y un 98 % más bajos para trabajos de igual cualificación dentro del mismo sector. Las desigualdades salariales son tan extremas que la mano de obra altamente cualificada del Sur sólo recibe un tercio del salario de la mano de obra poco cualificada del Norte.
La mano de obra neta representa aproximadamente la mitad del consumo total en el Norte global. Esto significa que, si este intercambio desigual no se produjese, el consumo del Norte disminuiría un 50 % o los trabajadores del Norte tendrían que duplicar sus horas de trabajo para compensarlo.
Los salarios en el Sur global son entre un 87 % y un 95 % más bajos que los del Norte para trabajos de igual cualificación, y entre un 83 % y un 98 % más bajos para trabajos de igual cualificación dentro del mismo sector
Según el estudio, los trabajadores del Sur aportan el 90 % de la mano de obra que impulsa la economía mundial, pero los beneficios de este trabajo se acumulan desproporcionadamente en el Norte global. Los trabajadores del Sur sólo reciben el 21 % de los ingresos mundiales. «La gente tiende a suponer que el Sur proporciona mano de obra poco cualificada en la agricultura y la minería, a cambio de mano de obra altamente cualificada en los sectores manufacturero y de servicios del Norte global. Pero no es así como funciona en la economía mundial contemporánea», afirma el coautor Felix Barbour, del Instituto Beijer de Economía Ecológica de la Real Academia Sueca de las Ciencias. «En realidad, el Sur proporciona la mayor parte de la mano de obra en todos los niveles de cualificación y en todos los sectores. De hecho, el Norte global se apropia en neto de más mano de obra altamente cualificada del Sur global que la que obtiene del comercio Norte-Norte».
Para superar este problema los investigadores indican que los países del Sur global necesitan recurrir a la política industrial para reducir su dependencia de las importaciones del Norte global y volver a movilizar sus capacidades productivas en torno a lo que es más necesario para las necesidades humanas y los objetivos nacionales de desarrollo.