Las competencias básicas en inglés de los estudiantes catalanes han mejorado en los últimos años tanto en 6º de primaria como en 4º de ESO. La mejora de la educación y la exposición al idioma a través de canciones, series, películas o youtubers ha logrado dar un salto significativo, presentando más estudiantes en el nivel alto de la tabla (un 30% del total) y se ha reducido el nivel bajo (un 16%). No obstante el esfuerzo notable de las escuelas, especialmente por reducir la gramática y enseñar a “hablar” en inglés, el papel de las familias siguen siendo clave para alcanzar las mejores notas, según un estudio de la Universidad de Barcelona.
Las profesoras de la facultad de filología Elsa Tragant y Carme Muñoz que han desarrollado el estudio longitudinal más completo sobre las variables que influyen en la asimilación de una lengua extranjera, afirman que “la mayoría de alumnos” que obtuvieron mejores notas de inglés a finales de secundaria son los que comenzaron a recibir clases extraescolares (escuelas de idiomas, clases de conversación, intercambios) a partir de 4º de primaria o, incluso, después. Aquellos alumnos que no recibieron clases apenas están representados en el nivel alto. Por contra, ningún alumno con notas bajas de inglés había hecho extraescolares.
De este dato puede inferirse que la enseñanza de inglés en la escuela no garantiza una suficiencia del idioma a nivel excelente y esto lo suple la apuesta individual de las familias para que sus hijos estén formados en idiomas. La excepción son los alumnos que reúnen ciertas características (buena aptitud, uso del inglés en su tiempo de ocio, motivación para aprender...).
En teoría, los estudiantes deberían tener un nivel de B1 al finalizar bachillerato. Pero esto está lejos de ser una realidad. En 2017 las universidades catalanas se fijaron el objetivo de titular a aquellos alumnos con un B2 de lengua extranjera, un salto pequeño en cuatro años respecto al supuesto nivel de bachillerato. Con ello los campus querían estimular el aprendizaje de lenguas, fundamental en la realidad laboral. Se dieron un plazo de cuatro años para exigir este nivel a los alumnos que empezaban la universidad. El Govern retiró la exigencia en 2021 (la sustituyó por una prueba propia de la universidad). Los rectores alegaron, para no exigirlo, la inequidad. Los jóvenes cuyas familias tenían interés y podían pagar clases extraescolares obtenían el nivel. No así aquellos sin posibilidad económica.
Tragant y Muñoz han acompañado durante diez años a 140 alumnos de 13 centros educativos de Barcelona, mayoritariamente públicos. y lo han recogido en un trabajo apoyado por el British Council, Lifelong Learning de la Comissión Europea y RecerCaixa. En el mismo, se observa que las diferencias de nivel en un aula se van ensanchando a medida que pasan lo años. “Esto crea desmotivación en 4º de ESO, en incluso antes, entre los alumnos con nivel bajo, con dificultades de seguir las clases”, afirma el informe. También se frustran los de nivel alto que encuentran las clases “aburridas” o “repetitivas”.
"Más difícil aprender catalán que inglés"
Una de las conclusiones más sorprendentes del estudio Lliçons de l’estudi “Ten years of English language learning at school” es la relativa a la percepción de la dificultad del catalán. Los estudiante de 4º de ESO piensan que “el catalán es una lengua difícil, más que el inglés”, aún reconociendo la dificultad de aprender a pronunciar el inglés. Una alumna, Rita, de este curso, expresa en el estudio: “Si no hubiera sido catalana de nacimiento, no habría podido aprender catalán, la verdad”. Cuando los estudiantes desarrollan esta afirmación, mencionan los acentos y la corrección ortográfica, la gramática y la terminología que se veían obligados a aprender, el análisis sintáctico y los errores persistentes después de años de estudio. “Muchos de estos argumentos invitan a pensar”, indican las investigadoras, “que quizás desde la asignatura de lengua catalana de la ESO se ha puesto mucho énfasis en la lengua como objeto de estudio”, indican. Con bastante probabilidad, continúan, si se adoptara un enfoque más práctico y comunicativo (sin excluir la atención a a la forma en el contexto), el aprendizaje del catalán se vería “más asequible” y la experiencia sería “más significativa y positiva”.
Las investigadoras recomiendan menos ejercicios gramaticales y léxicos cerrados (que presentan la dificultad de ajustar niveles) y más actividades abiertas que permitan interniveles y que promueven la colaboración entre compañeros.
Las autoras aconsejan que no se dé un cambio metodológico tan brusco entre primaria y ESO
Resulta evidente la conclusión de que a mayor exposición o contacto con la lengua, mayor conocimiento. Pero también juega un papel relevante el nivel de idiomas de la familia.
“Todo lo que se pueda facilitar al niño en inglés dentro de casa contribuye a enriquecer su conocimiento”, afirma Muñoz. Juegos, preguntas, canciones, lecturas y el visionado de contenido multimedia en versión original. En este último caso, Muñoz subraya el beneficio de escuchar los dibujos animados en inglés, para familiarizarse con el idioma.
En el estudio se observan las diferencias de rendimiento entre alumnos de 4º de ESO que tienen un entorno familiar favorable al acceso del inglés y los que no. Se correlaciona con el nivel de inglés de los padres. Así, un contexto políglota facilita que miren series u otros tipos de contenidos como YouTtube, plataformas de juego en línea o páginas web en lengua inglesa. Otra de las claves es la implicación de los hermanos mayores. Si dominan la lengua pueden acompañar a los pequeños en sus dificultades de comprensión de una película y ayudar a superar las primeras frustraciones.
Muñoz explica que aquellos padres que tienen el inglés como herramienta profesional motivan el aprendizaje de sus hijos. O cuando observan en primera persona que, con esa lengua, pueden viajar, descubrir mundo y comunicarse de manera universal.
En cuanto al inglés como tercera lengua, las investigadoras demuestran a través de una comparación de los resultados de las competencias básicas en los tres idiomas que “en la mayoría de los casos que los alumnos tenían buenos resultados en inglés, también los tenían en castellano y catalán”. Ello indica que las habilidades en la primera y segunda lengua adquirida pueden predecir las aptitudes para aprender lenguas extranjeras si se dan las condiciones adecuadas. En los casos brillantes, se observa que “hay como una habilidad subyacente que ayuda a aprender todas las lenguas”.
La necesidad de fortalecer la lengua extranjera es una cuestión que preocupa a las direcciones de centro. Las autoras recomiendan, por ejemplo, que no se dé un cambio metodológico tan brusco entre primaria y ESO, cuando se formaliza la atención en la gramática y en la corrección lingüística.
En la escuela faltan profesores de inglés. En enero de 2022, cuando entraron en el sistema educativo más de 3.500 docentes (para compensar la reducción de la hora lectiva prometida a cambio de avanzar el calendario escolar), los profesores de inglés fueron la segunda especialidad más solicitada en primaria y la primera en ESO.