‘Cola de lagartija’
Jero García se crió en descampados del extrarradio madrileño. Ha sido portero de discoteca, repartidor en furgoneta, taxista, camionero, limpiacristales... Y boxeador. “El boxeo es la vida, vive duro” es el lema de sus dos gimnasios en esos “barrios bravos” de Madrid que conoce al dedillo. Sostiene que el boxeo ha salvado las vidas de jóvenes excluidos. Entrena a boxeadores, forma a futuros entrenadores e imparte cursos de prevención de la violencia en la Universidad Francisco de Vitoria y clases de boxeo a ejecutivos de empresas del Ibex (“una reunión de negocios es un combate de boxeo”). Ha actuado en El crack cero , película dirigida por José Luis Garci, que le dijo: “Como actor podrás pagarte todos los cafés de tu vida”. Publica Cola de lagartija (Temas de Hoy), autobiografía novelada.
Cola de lagartija?
Así me llamaban de niño.
¿Niño hiperactivo?
Y peleón: ¡me pegaba mucho!
¿Qué le pasaba?
Estaba enfadado con el mundo.
¿Por qué?
Mi barrio era bravo: ¡búscate la vida...! Y mi madre, severa conmigo.
No sería usted fácil.
Nació mi hermano pequeño con una enfermedad, y yo la liaba más y más... Mi madre me daba con la zapatilla.
No le dieron su lugar.
Mi abuelo Gabriel sí: me escuchaba. Y un buen día me llevó a un combate de boxeo. Eso cambió mi vida.
¿En qué sentido?
¡Dos gladiadores! Eso vi. Los boxeadores se convirtieron en mis superhéroes.
¿Y su padre, qué hacía?
Ejemplo de sacrificio: trabajaba al volante entre semana, y el fin de semana, en el bar del Palacio de Deportes. Yo le acompañaba... y veía aquellos combates de boxeo.
¡Predestinado!
Fui campeón de España de boxeo, es verdad. Y campeón de España de full contact. Y de kick boxing.
Deportes violentos.
No, la violencia es otra cosa.
¿Qué es la violencia?
La violencia es la agresividad consciente (psicológica, verbal o física) con que uno fuerza la voluntad de otro.
Y en el boxeo se dan voluntades compartidas, entiendo.
A mí me salvó. El boxeo me equilibró emociones y me brindó objetivos vitales: ordenó mi vida y me otorgó valores éticos.
¿Qué valores?
Disciplina, responsabilidad, lealtad, solidaridad, compañerismo, pertenencia. Se acabó pelearme en la calle y en el fútbol.
¿En los campos de fútbol?
A los 18 años llegué a Preferente como futbolista del Real Madrid. Pero era violento en el césped: los árbitros me expulsaban.
Bien expulsado.
Me daban palmas y yo bailaba flamenco.
¿Y acabó confinando al ring las peleas?
Ahí surgen amistades eternas. ¡Un colega de hostias lo es para toda la vida!
Colegas de hostias...
Un día vino un tipo a entrenarse a mi gimnasio: no hablamos, solo hostias. Sería mi mejor amigo: David Gistau, el periodista.
Murió de un derrame cerebral.
Nada que ver con el boxeo. Aún le lloro: era maravilloso. Le conocí a fondo porque... tú boxeas como tú eres.
¿El boxeo es peligroso o no?
El boxeo es peligroso, y evitarás sus riesgos si lo controlas todo, ¡todo!: entrénate y jamás pierdas la concentración.
Le he visto en series y películas...
Empecé coreografiando peleas con actores y acabé como actor. Tuve que cambiar.
¿En qué sentido?
Yo era malencarado y esquivo, emitía gruñidos. El actor debe ahondar en sus emociones... y tuve que quitarme corazas y corazas: por primera vez en mi vida pude decir “te quiero” a otra persona.
¿Nunca antes lo había dicho?
No. ¡Cambié! Antes me afirmaba con la violencia: de niño fui acosador de otros niños. Uno, años después, me confesaría que casi se suicidó por mis violencias.
Eso es fuerte.
Sí. ¡Frenemos eso! Con mi Fundación Jero García ayudo, mediante el deporte, a la integración de niños socialmente excluidos, y formo a entrenadores de deportistas a detectar violencias, para prevenirlas.
¿Niños excluidos?
Niños acosadores y niños acosados, y niños necesitados. Por desgracia, el acoso escolar sigue creciendo y creciendo...
¿Cómo podemos combatirlo?
Con una ley de acoso escolar con sanciones: el niño acosador, y más si ocasiona un suicidio, debe ser condenado a una fuerte sanción penal. Y sus padres, condenados por responsabilidad civil o penal.
Suena duro.
Más duro es seguir como hasta ahora.
¿Hay más violencia hoy o en su barrio de fines de los años setenta?
¡Hoy! La violencia filioparental (hijos que agreden a sus padres) era algo extraordinario años atrás, cuándo grabé el programa Hermano mayor ... ¡y hoy es lo ordinario, pan de cada día!
¿Qué consejos da a sus boxeadores?
El combate lo ganas no yendo a la disco. No ahorres esfuerzos. Controla las emociones, tuyas y de tu rival. Y más vale parar un minuto antes que un segundo después. Como entrenador, prefiero perder un combate a poner en riesgo a un chaval.
¿Por qué dejó el boxeo?
Cada boxeador es un saco de golpes que va llenándose. Un buen día sientes que tu saco está lleno... Ahí debes retirarte.