Loading...

“Tengo ideas mejores que yo”

Tengo 51 años. Soy escritor. Nací en Madrid y vivo en la calle Princesa de Barcelona, por amor a Mauro, maridito. Casado, sin hijos. ¿ Política? Soy comunista y maricón. ¿ Creencias? Ninguna. Voy en silla de ruedas debido a mi esclerosis. Y la ciencia me mantiene con vida. (Foto: Ana Jiménez)

Roberto Enríquez (Bob Pop),escritor

Cómo era papá?

Hombre desbordado, ausente, homófobo y autoritario.

¿Y mamá?

Yo la admiraba... y ella me frustraba: se ponía del lado de papá siempre.

Patriarcado, orden establecido.

Fui un niño asustado. Solo con mi abuelo me entendí.

¿Qué hacían?

Jugar al ajedrez. De humor socarrón, fue el primer hetero que me aceptó. Y me dio libros para que leyera.

Recuérdeme uno de esos libros.

Del gran Truman Capote, Otras voces, otros ámbitos.

¿Cómo le marcó aquello?

Leer fue mi refugio frente al mundo.

¿Era su único refugio?

Probé una noche una sauna gay.

¿Y qué tal?

Aterrado, no hice nada. No era mi lugar.

¿Por qué no?

Mudo y desnudo, no era deseado. Mi cuerpo no pertenecía a ese lugar. Fui por confirmar si yo era homosexual.

¿Y sí?

Entendí que soy más homoemocional que homosexual. He ligado poco y he escrito mucho. “Seré escritor, pues”, me decía.

¿Para contar qué?

Cualquier cosa que me sucediera, solo que mirada de un cierto modo.

¿De qué modo?

Curioso y compasivo, sin nunca juzgar.

Pero acabó usted en la tele.

Escribía ¡Qué trabajo nos manda el señor! , un blog de críticas televisivas... y eso me llevó a la tele. Y ahí me deprimí.

¿Y eso?

Buenafuente me fichó para un programa suyo ( En el aire ), y yo cada noche volvía a casa sintiéndome mal, convencido de que yo no aportaba nada interesante. ¡Crisis!

¿Cómo salió de su crisis?

Me pregunté: “¿En qué soy bueno yo?”. Y me respondí: “Yo soy bueno leyendo”. Y leí. Y así nació Días ajenos .

Cuente.

Leí diarios de escritores: Warhol, Kafka, Sontag, Tolstói, Woolf, Pavese... Recogí lo que escribieron en cada día concreto... y anoté yo en ese día algo de mi vida.

Dialogó con el pasado de otros.

Un año completo. Fue hace diez años. Recupero hoy aquel dietario y le añado anotaciones nuevas: Días simétricos, lo titulo.

¿Con qué propósito?

Necesito volver a escribir porque yo no sé cuándo volveré a hacerlo.

¿Qué se lo impedirá?

Mi enfermedad me traerá días malos: mi mano derecha ya no me obedece para escribir. Aún puedo dictar... por ahora.

Su enfermedad es...

Esclerosis múltiple, enfermedad que avanza. Cada día puede ser el último en algo para mí. En el 31 de diciembre pasado, remitiéndome a la Nochevieja próxima, anoté: “Mi salud será peor. Ojalá yo no”.

¿En qué sentido podría ser usted peor?

Siendo alguien enfadado, rabioso.

¿Hay cura para su esclerosis?

No, pero felizmente la medicación actual ralentiza algunos deterioros físicos: ¡por eso estoy vivo! Y aquí hablando con usted.

¿Qué haría si hoy le tocasen 500 millones de euros?

Adaptar mejor la cocina de casa. Y daría a los amigos.

Leo en su diario anotaciones curiosas.

¿A cuál se refiere?

“Tengo ideas mejores que yo”.

Es saludable tomar distancia de uno mismo, y asimismo de las ideas que tengas.

Qué modesto.

Formamos parte de una coral.

¿Sus ideas le alejan de la tele?

En la tele les digo: “Ponedme vuestros límites, y yo veré si los acepto o me voy”.

Otra anotación: “A tope con Arrabal”.

Gran dramaturgo, protagonizó uno de los momentos más bonitos de la historia de la televisión. Me proclamo fan.

Entrada del 7 de junio del 2022: “19 años durmiendo con maridito”.

¡Es que duermo muy bien con mi marido! Qué paz, qué tranquilidad siento: eso es fundamental para mí. Nunca pensé que dormir junto a alguien iba a ser tan placentero. No nos levantaríamos nunca de la cama. ¡Qué gustera !

Otra: “Escribir es mentira, leer es verdad”.

Escribir es siempre impostura. Somos impostores. Leer, nunca: llego más lejos leyendo a otros que escribiendo yo.

Otra anotación suya: “No emborracharme nunca”.

Beber dejó de ser divertido un día. Y ahí se acabó. Atrás dejo todo lo bebido.

Otra: “Se vive cuando no se escribe”.

Sentarme a escribir es pausar el vivir. Y yo soy muy de varear la vida.