Nueve tipos de sabiduría
La verdad es que con los años y una buena memoria es fácil reconocer a algunos de nuestros amigos en los nueve tipos del eneagrama que Llull, Naranjo y ahora Vilaseca, entre otros, han ido refinando para comprehendernos y reencontrarnos en el goce de la infinita diversidad de lo humano. Tal vez ustedes sean capaces –Vilaseca lo ha logrado– de reconocerse también en los nueve grandes defectos egoícos , inventariados con sabiduría ecléctica durante 2.500 años de tradición humanista. Digamos que esas debilidades se resumen en el pecado megacapital del egoísmo, que es el padre de todas ellas; pero solo si cada uno es capaz de admitir el suyo y sus peculiares características –ahí empieza la terapia– podrá beneficiarse también de los nueve aprendizajes indicados para superar esos defectos de su tipo.
Por qué aprendió el eneagrama?
A los 19 años pasé un mal momento con pensamientos suicidas y empecé a buscar mi equilibrio; y a los 24 descubrí el eneagrama, una espiritualidad en la que intenté profundizar formándome y dando clases pro bono en un centro de yoga.
¿Y sigue con el eneagrama?
Siempre centrado en la formación: he fundado Kuestiona, comunidad educativa para inconformistas; Utópika, para la emprendeduría social, y Akademia, movimiento ciudadano para el aprendizaje emocional. He dado más de 300 cursos de eneagrama, sobre el que publico otro libro.
¿El eneagrama es un instrumento de formación en el autoconocimiento?
Quiere decir sencillamente “nueve líneas” en griego. Sintetiza 2.500 años de tradiciones en el autoconocimiento: desde la cultura caldea, pasando por Póntico, el papa Gregorio Magno, que le añadió los siete pecados capitales; Raimon Llull...
Nuestro sabio Llull de la combinatoria.
Le incluyó diagramas de nueve puntas con los nueve vicios humanos y los nueve atributos divinos. Gurdjieff lo actualizó el siglo pasado; Ichazo lo adaptó a la modernidad con los nueve tipos de personalidad, y su discípulo Claudio Naranjo...
Fue sabio huésped de La Contra ...
...definió con rigor los eneatipos para contener la infinita diversidad de lo humano.
Decía que la vida siempre nos duele en la falta de reconocimiento de los demás.
Es que el eneagrama radiografía los nueve rostros de nuestro ego: nuestro lado condicionado, falso, ignorante, inconsciente y oscuro; y las nueve facetas inherentes al ser esencial: nuestro lado libre, auténtico, sabio, consciente y luminoso.
Es una hipótesis... Incluso nueve juntas.
Nos muestra nueve caminos para crecer como personas y nos ayuda a transformar nuestra visión de nosotros mismos.
¿Cuál es el suyo?
El eneatipo 1: queremos ser perfectos. Nuestra herida es la sensación de insuficiencia e imperfección. Somos exigentes, perfeccionistas, gruñones, dogmáticos, imponiendo nuestra verdad absoluta...
Tampoco es usted autoindulgente.
Nuestro aprendizaje es convertir la ira en serenidad aceptándonos como somos.
¿El eneatipo 2 es menos cascarrabias?
Necesita amor y por eso lo brinda, porque cuanto más ayude a los demás cree que más le querrán, y le encanta dar consejos creyendo conocerlos mejor que ellos mismos. Pero se queda muy solo. Su aprendizaje pasa por ocuparse más de sí mismo.
¿Hay eneatipos mejores que otros?
Son iguales en la diversidad. La herida del 3 es que no se valora a sí mismo y por eso se obsesiona con el éxito y se vuelve presumido. Debe transformar su vanidad en autenticidad apreciándose a sí mismo por lo que es y no por lo que aparenta.
¿No hay quien peque de humilde?
El tipo 4. porque no se ve a sí mismo en su complejo de inferioridad y por eso necesita que lo descubran e intenta ser especial y diferente. Lo distinguirá. porque siempre habla de lo que siente. Debería pasar a interesarse por lo que sienten los demás.
¿Es un sentimental?
Lo contrario al 5, que tiene pánico a expresar sus sentimientos y a relacionarse emocionalmente. Suele ser un ermitaño que disfruta solo en su mundo intelectual, pero sin pasar a la acción. Debe conectar con sus emociones para encontrar el equilibrio entre lo que piensa y lo que siente.
¿Todos tienen asignaturas pendientes?
Nadie es perfecto. Al 6 le aterroriza tomar decisiones y vive en la ansiedad permanente. Lo identificará porque pregunta ansioso a todo el mundo qué debe hacer, y su progreso depende de que sea capaz de sobreponerse a esa cobardía. El 7, en cambio, lo que teme es el sufrimiento.
¿De forma diferente a los demás?
No soporta contactar con el vacío y el dolor que le acompañan, porque no los confronta. Por eso, se proyecta como alegre, positivo, divertido, hiperactivo y hedonista; pero con episodios de aburrimiento e insatisfacción. Debe meditar hasta aprender a serenarse sin escapismo.
¿Cuál es más fácil de detectar?
Al 8 le dan miedo los demás y por eso no soporta no estar al mando. Tiende a intimidar y odia obedecer. Suele atacar para defenderse. Debería aceptar su vulnerabilidad, dándose cuenta de que nadie nos puede herir sin nuestro consentimiento.
¿El 9 hace méritos para ser el último?
Él le diría que “lo que usted diga”. Siempre toma el partido de no molestar a nadie y ahorrarse decir no. Tiende a procrastinar horas tirado en un sofá. Su aprendizaje es transformar su pereza en proactividad y descubrir que le agradecen lo que aporta y que eso le hace feliz.