‘Cine y moda’
Cine y moda es el título de la atractiva exposición que CaixaForum acoge este verano (hasta el próximo 23 de octubre) de la mano de Jean-Paul Gaultier, icono universal del diseño de moda. Allí converso con él, y me responde a todo con enorme entusiasmo y con una jovialidad, desenvoltura y simpatía fuera de lo común. Ríe con ganas y noto que le gusta comunicar y que le gusta la gente: ahí seguramente radican algunas claves de su éxito social durante decenios. Le veo la mar de contento charlando entre el heterogéneo conjunto de carteles, vestidos, fotografías y fragmentos de películas de la exposición, en su mayor parte provenientes de la prestigiosa colección de La Cinémathèque Française, además de otros préstamos de diversas colecciones de todo el mundo.
Son gais todos los diseñadores de moda?
Todos, hasta los que no saben que lo son.
¿Sí?
El único diseñador heterosexual fue André Courrège, racional y estructurado, el Le Corbusier de la moda.
¿Qué diseñadores siente más cercanos?
Pierre Cardin o Yves Saint Laurent: como ellos, yo jamás disimulé mis inclinaciones homosexuales.
¿Supo desde niño lo que quería?
En el colegio me rechazaban, por distinto. Yo odiaba el fútbol. Y fui humillado.
¿Qué pasó?
Dibujé una bailarina del Folies Bergère, con sus plumas. La había visto en la tele. La profesora me colgó el dibujo en la espalda y me obligó a pasear por el aula.
Más que castigo, maltrato.
Yo tenía nueve años. Pero... mis compañeros empezaron a pedirme dibujos.
¿Su primer éxito?
¡Sí! A mis ocho añitos creé también un sujetador de pechos puntiagudos para mi osito de peluche. ¡Antes que a Madonna!
Su corsé cónico ya mítico.
Marcó un antes y después en la historia de la moda, dicen. Quise masculinizar a la mujer, darle fuerza, poder.
¿Y feminizar al hombre?
Exactamente, le hice andrógino, y por eso diseñé un hombre objeto, por compensar.
¿Quién ha sido la mujer de su vida?
Mi abuela. Era enfermera, ponía inyecciones a sus pacientes y además les daba buenos consejos de belleza, cocina, sobre cómo motivar al marido...
Una coach , casi.
Vi cómo le ponía a una señora un corsé ortopédico de color carne... ¡Me fascinó! Lo imité en mi osito, ya travesti.
¿Hubo otras influencias juveniles?
Unos toreros y una película.
Cuénteme lo de los toreros.
De niño veraneaba en San Juan de Luz, dónde hay coso taurino, y allí vi entrar a los toreros, vi el cromatismo y brillo de los trajes de luces... Qué belleza.
¿Le gustan los toros?
Me gustó ver una corrida de toros junto a la bellísima Victoria Abril susurrándome al oído lo que veíamos.
¿Y la película?
Falbalas , dirigida en 1945 por Jacques Becker: la vi en la tele, en blanco y negro. Y me marcó.
¿En qué sentido?
Sale un diseñador de moda en París: hay pasarelas, desfiles de vestidos preciosos, espectáculo...
Y deseó vivir ahí.
Tenía trece años: ya no quise nada más que alcanzar ese sueño de habitar el mundo de la moda como gran show.
¿Cómo lo alcanzó?
Hice de la moda mi Biblia, entendí la moda como reflejo de la sociedad y herramienta de transformación. Como el cine.
Ha colaborado con cineastas...
Luc Besson, Almodóvar... Colaboraría con el que me lo pida, si tiene estilo propio.
¿Y no dirigiría su propia película?
Es un trabajo demasiado complejo. Mi cinta favorita es La ciudad de los niños perdidos , de Caro y Jeunet: un hombre secuestra niños para robar sus sueños, pues él los ha perdido.
¿Sigue soñando usted?
Mi edad me aleja de sintonizar con los sueños de los jóvenes: por eso no diseño ya nuevas colecciones.
¿Y qué está haciendo ahora?
Diseño perfumes, exposiciones, espectáculos...Ahora me ilusiona Fashion freak show , un gran musical sobre mi vida, que mostraré por Europa.
¿Cuál ha sido el motor de su vida?
El amor y el placer. Si sufro no creo: me colapso.
Una camiseta de rayas azules le daplacer.
La compré en el Marché aux Puces de París, como las de la marinería francesa, me encantó, y se convirtió en icono gay.
¿Qué es elglamur?
Saber combinar lo elitista y lo barriobajero. De ahí las Kardashian, por ejemplo.
¿Como modisto se siente responsable de trastornos alimentarios femeninos?
Yo he trabajado en favor de la aceptación de la variabilidad anatómica femenina, del cuerpo desobediente de un canon.
¿Con éxito?
Sí, porque veo que estamos entrando en una etapa de inclusión, de admirar a una mujer negra o de formas redondas, al fin.
¿Qué prenda de vestir es su favorita?
Unos vaqueros azules.
¿Y la más erótica?
Todo lo que se pone un bailaor flamenco, todo de negro, con la chaquetilla corta y la faja ceñida en la esbelta cintura.