Uno más entre leones
Insiste en que su investigación es científica, pero para que un humano sea admitido en una manada salvaje de leones tiene que tener algo más, y Jorge lo tiene, una dedicación y un amor que le llevan a llamar a cada león por su nombre, a acompañarlos día y noche, a no dejarse intimidar cuando la Rubia, una vieja leona, intentó expulsarlo o cuando el rey león Escipión le desafió. Podemos conocer toda su historia gracias a una serie documental que se ha estrenado en La 2 de RTVE: El rey de la saban a, que sigue la evolución de una manada de leones durante años, mostrando a escasos centímetros conductas nunca antes filmadas de estos felinos, y cuyo primer episodio acaba de ganar la medalla mundial de oro en el New York Festivals al mejor documental del año de naturaleza. En el 2020 Jorge creó la fundación Save the Lion Masai Mara.
Un sueño hecho realidad?
Sí, el dios de lo salvaje me ha concedido el privilegio de convivir con leones salvajes, soy uno más entre ellos. Tengo una gran amistad con una manada.
¿Cómo acabó en el Masái Mara?
Hace 17 años me instalé a orillas del río Mara. Los masáis me ayudaron a levantar el campamento, fueron tiempos muy bonitos. Son gente jovial y feliz, y no matan animales salvajes, son ganaderos orgullosos. Gracias a ellos esta zona sigue siendo salvaje.
¿Los animales salvajes no atacan al ganado de los masáis?
Es sorprendente como los masáis pastan sus vacas entre leones, hienas, leopardos..., y normalmente hay un respeto claro.
¿Y los niños que pastorean sus cabras?
Hienas y leones se abren a su paso porque saben que el número uno en la dominancia de la naturaleza es el humano y que si lo atacan a él o a su ganado tendrá consecuencias.
Cuénteme cómo le acogió la manada de leones salvajes.
Fue una relación que se tejió centímetro a centímetro, día a día, noche a noche. Llevo con esta manada más de 10 años. Yo, sencillamente, les seguía. Son territoriales y viven alrededor de casa.
¿Cómo fue el primer contacto?
Un día se me pinchó la rueda del Land Rover y bajé a cambiarla, sabía que si me quedaba en el coche les crearía desconfianza, igual que ocurriría con otro humano. La manada se tumbó a mi alrededor.
Increíble.
A los leones el humano les crea estrés y miedo, pero me demostraron que confiaban en mí, que mi presencia no les genera alerta e, incluso, puede que se sientan seguros a mi lado. Me fui dando cuenta que me aceptaban.
¿Por qué aceptan a un ser extraño?
Yo lo que hago es hablarles. No entienden mi idioma pero sí el tono, la expresión de mis ojos, mi intención de comunicarme. La voz es muy importante, igual que ellos me han enseñado su idioma de león, yo también he llegado a enseñarles mi idioma de humano.
Esto no había ocurrido nunca antes.
Nunca con leones salvajes, pero he tenido que disimular el miedo en alguna ocasión y demostrarles que no había que luchar entre nosotros. Aunque parezca una locura, hay una armonía absoluta: ellos me consideran un hombre pero con la capacidad mental de un rey león, pero no dejo que crucen la raya de tocarme.
Dian Fossey, Jane Goodall y Birute Galdikas interactuaron con nuestros primos.
Las leonas me presentan a sus cachorros con orgullo. Sin duda es curioso que ocurra entre dos especies tan distantes como un humano y un león salvaje. Yo les digo a los cachorritos que no deben acercarse, igual que haría un rey león, aunque les dejan comer primero.
Para que aprendan la jerarquía.
He visto que los machos jóvenes en sus máximos niveles hormonales no se enfrentan a su padre ni él los expulsa como se creía, se van a buscar su propio reino. Vagabundean y forman coaliciones con otros jóvenes hasta ser lo suficientemente fuertes mentalmente para enfrentarse a grandes reyes leones. Fíjese en una cosa.
...
Si crías cachorros de león con un perro pequeño, un bodeguero, cuando los leones crecen, el perro sigue mandando. Aunque pese 150 kilos menos, el perro come el primero. Un león siempre va a aceptar la jerarquía por edad, nunca por fuerza.
Mucho que aprender de ellos.
En el paleolítico, cuando vivíamos en pequeños grupos, éramos muy parecidos.
¿Las leonas son el sexo débil?
En absoluto, son la base de la manada. Otros leones expulsarán al macho dominante, pero el territorio es de las leonas. Son las verdaderas reinas de la sabana, las que por su inteligencia mantienen los territorios.
Los nuevos reyes matan a los cachorros.
Sí, y las leonas los defienden pero acaban perdiendo a sus crías con todo el dolor.
¿Sí? ¿Dolor?
Sí, y compasión. He visto grandes reyes estar dos días para matar a un cachorrito, pero deben hacerlo para que la leona entre en celo.
La actividad de los leones es sobre todo nocturna, ¿está usted ahí?
Sí. Rugen a mi lado, nos sentamos, escuchamos, y cuando alumbro con la linterna miran hacia ahí y se hacen los fuertes a mi lado.
¿Y ninguno se le ha puesto chulo?
Una leona me desafió, y un nuevo rey quiso mostrar su jerarquía asustándome. Me agaché, le aguanté la mirada sin pestañear: si descubre que le temes te atacará. Has de estar mentalmente fuerte. Para dar confianza has de confiar en ti. Le hablé con calma y me respetó. Al día siguiente me cedió su comida.
¡Qué bonito todo lo que cuenta!
A veces es incluso mágico. Ayer cuatro leonas se tumbaron a mi alrededor entre juncos con sus cachorros, son vivencias increíbles.