El amor y otros experimentos
Una pareja de mujeres, Rachel y Eliza, quiere tener un bebé, y ese deseo acuna en su hogar tardes muy felices. Hasta que... Lo que sigue lo cuenta Amor y otros experimentos mentales (AdN), novela finalista del Prize Booker 2020, primera obra de Sophie Ward, actriz y escritora. He conversado con Sophie Ward y me he solazado con la inteligencia y naturalidad con que habla de sí misma, de su vida y de sus emociones, y de literatura y de filosofía. Se me declara apasionada de Dickens, me recomienda la lectura de la obra Nuestro amigo común : le prometo leerla cuando termine el viaje por el que ella me guía a través de la filosofía de la mente con su novela, que ha sido comparada con El mundo de Sofía desde el momento presente y con una deslumbrante y lúcida perspectiva de género.
Qué edad tenía en El joven Sherlock Holmes ?
Tenía 21 años, fui la chica que enamora a Sherlock Holmes, dirigida por Barry Levinson.
¿Qué había hecho antes en cine?
Una película de vampiros.
¿En cuántas películas ha trabajado?
Una veintena larga.
¿Su favorita es...?
La de Sherlock Holmes.
¿Desde cuándo quiso ser actriz?
Mis padres eran actores, soy la hija mayor.
Era su destino.
Aunque consternó a mis padres que me apuntase a talleres de teatro en el colegio.
Pero aquí está.
Mi modo de ser mayor, tras fallarme el ballet. Con quince años me entrené duro para ingresar en la exigente Real School of Ballet... y me suspendieron.
¿Le dolió?
¡Fue devastador! Y una liberación.
¿Ven sus nietas sus películas?
Libro de sangre no, por terrorífica.
Un libro sobre el amor, publica ahora.
Amor es aceptar al otro, y tiene muchas modalidades: las exploro en esa novela.
¿Se basa en su experiencia propia?
Hace veinticinco años me divorcié de Paul Hobson, el padre de mis hijos, cuando tenían cuatro y seis años. Amable, liberal, de corazón abierto...
¿Y por qué se divorciaron?
Entré en contacto con algo muy escondido dentro de mí.
¿A qué se refiere?
Fui más y más consciente de quién era yo.
¿Habla de su identidad sexoafectiva?
Sí, conocí a Rena Brannan, la cineasta coreana. Y nos enamoramos.
Un gran momento de cambio.
Me costó mucho, tuve miedo de volverme loca. Eso llegó a preocuparme seriamente, ¡mucho! ¿Quién era yo? Y ser actriz no me ayudaba: yo estaba muy confundida...
¿Y cómo lo resolvió íntimamente?
Aunque el miedo que sentía era abrumador, un día Rena y yo nos dimos la mano y... ¡nos lanzamos al vacío!
Y funcionó.
Pero detoné una crisis, me espantaba decepcionar a todos, anhelaba conseguir que todos estuviesen bien. ¡Muy difícil!
Familia, amigos... ¿le ayudaron?
Los amigos que estaban a gusto con sus propias vidas me acogieron muy bien. Los que estaban mal ellos, no supieron.
Esto me parece muy instructivo.
Pues fue así. De todos modos, lo que más me importaba, claro, eran mis hijos.
¿Y cómo lo encaró con ellos?
En eso me ayudó mucho Paul, mi exmarido, que siguió presente y se relacionó con Rena con normalidad, para que los niños la aceptasen bien.
Un señor, un hombre como hay que ser.
Se lo confirmo. Le estoy agradecida.
¿Y cómo vive su amor usted, hoy?
Desde que acepté mi amor por Rena, todo fue encajando. Me reconcilié conmigo misma. Y ya casadas, ¡soy muy feliz!
Da gusto y alegría oírla, Sophie.
Qué bien, el caso es que cada uno hemos hecho todo lo mejor que hemos podido.
No está obligada a más.
Nos casamos tres veces: en el 2000, en celebración particular; en el 2010, como pareja de hecho; y en el 2014, de acuerdo con la flamante ley de matrimonio homosexual del Reino Unido.
En España llevábamos ventaja en eso.
Esa ley mejoró las vidas de millones de personas. Es un logro trascendente.
Y ya irreversible, felizmente.
Iguala a las personas en una misma tradición cultural. Pero ¡cuidado!, fuerzas oscuras querrían revertir eso. ¡Atentos!
No lo conseguirán, Sophie.
La historia habla de ideas que cambian: empecé a estudiar en la universidad, siento pasión por la literatura y la filosofía.
Pareja nueva, estudios nuevos...
Hoy ya soy doctora en filosofía y narrativa creativa. Y acabo ahora de escribir el libro Amor y otros experimentos mentales.
¿Coinciden usted y Rena en sus gustos literarios?
No demasiado, pero a ella le gusta mucho que yo le lea a Roberto Bolaño. De hecho, trabajo en la locución de audiolibros.
¿Y por dónde van sus propios gustos?
Adoro a Jorge Luis Borges, a la vez literato y filósofo. Me gusta que tome una idea y experimente con ella hasta el fondo.
Experimentos mentales, ciertamente.
Me apasiona el que hace a propósito de Don Quijote: sugiere que todo libro existe desde siempre, hasta que a una persona le toca fijarlo por escrito, como Miguel de Cervantes... ¿o quizá Pierre Menard?
¿A qué escritor le hubiese gustado más conocer personalmente, Sophie?
¡Qué a gusto me hubiera sentido entre los escritores del grupo de Bloombsbury!