“He visto mundo, he tenido penas y felicidad, está todo bien”

Tengo 106 años. Nací en Lleida y vivo en Barcelona. Estudié en la Universidad de Barcelona. Me casé en 1938 y enviudé en el 2001. Tengo dos hijos, Elisa (76) y Miquel (murió joven), y dos nietas, Helena (52) y Marta (49). ¿ Política? Izquierda, pacifista, ecologista. ¿ Creencias? Soy agnóstica

Elisa Sales,estudiante universitaria pionera en los años treinta

Elisa, es usted la persona más longeva que he conocido.

Cumplí 106 años en junio.

¿Cuál es su secreto?

No sé. Estar por el mundo.

¿Qué come?

De todo. Quizá sea lo que bebo...

¿Qué bebe?

Un vaso de vino tinto en cada comida.

¡Ajá!

Y tuve el amor de Miquel, mi marido. Fuimos formales, leales.

¿Cuántos años casados?

Sesenta y tres años, desde 1938 hasta su muerte, hace veinte años.

Se casaron durante la guerra...

Éramos novios desde mis 16 años y sus 17 años. Y fuimos compañeros de estudios desde 1933: me matriculé con 18 años.

¿En la universidad?

Sí, en la Universitat de Barcelona, en el edificio de la plaza Universitat. Él estudiaba Derecho, y yo, Filosofía y Letras.

¿Pidió usted ir a la universidad?

Mis padres eran maestros, siempre quisieron darnos estudios universitarios, a mí y a mi hermana. Y me pareció bien.

¿Cuántas mujeres había en 1933?

Una mujer por cada diez hombres, diría.

¿Qué fue lo mejor?

Las amigas, el novio, ir a conciertos, teatro, cine, charla en el claustro, en los cafés... El bar de la universidad existe porque nosotras lo conseguimos.

¿El bar que hay bajando unas escaleras?

Sí. Mi amiga Eulàlia Presas insistió. Muchos años después seríamos consuegras.

¿Qué más pidieron?

Lavabos para chicas, que no había.

¿Qué tal eran los profesores?

Tuve a Pompeu Fabra, Carles Riba, Joaquim Xirau, Ferran Soldevila...

¡Grandes luminarias!

Riba era pequeñito y me impartió griego.

Qué suerte.

Pompeu Fabra, en la puerta del aula, me dijo al verme llegar un día justa de tiempo: “Buenu, vamos, senyoreta!”.

¿“Buenu, vamos”?

Claro, Pompeu Fabra hablaba un catalán natural y sencillo, no de filólogo raro.

Soldevila...

Clases de historia de Catalunya. También estudiábamos historia universal, literatura general y catalana, geografía, arte, filosofía, ­latín...

Antiguallas, hoy.

Federico García Lorca vino a ver una obra de Lope de Vega que interpretaron mis amigas, y felicitó a Eulàlia Presas.

Lorca estuvo aquí en 1935...

Yo llevaba dos años aquí, mi padre me había acompañado desde Lleida para enseñarme los nombres de las calles.

¿Quiénes fueron sus mejores amigas?

Helena Perenya y Maria Godàs. Éramos muy felices. Todo aquello acabó en 1936...

¿La guerra?

Hubo tiros en Barcelona. Miquel se alistó en la columna Durruti, se fue. Mis padres me hicieron volver a Lleida.

¿Y qué hizo allí?

Mis padres eran maestros. Ayudé a mi madre a dar clase a niñas, en nuestra casa. Pero un día nos cayó la bomba...

¿Qué bomba?

Yo estaba en la cocina, con mi abuela. En la otra punta de la casa estaba mi madre, con siete niñas...

...

Murieron las niñas y mi madre.

Lo siento.

Me duele recordarlo. Todo polvo y oscuro. Recuerdo que una niña con sangre se abrazó a mi pierna. La única salvada.

Asquerosa guerra.

Era 1937, yo tenía 21 años. Me quedé sin nada, sin nada. Nos acogieron en su casa los padres de mi querida amiga Helena.

¿Y su padre, cómo estaba?

Aguantó el tipo por nosotras, sus dos hijas. Nos fuimos a Bor de Bellver. Y a Francia, al ver llegar las tropas franquistas.

¿Con quién se fue a Francia?

Miquel volvió del frente y nos casamos. Y cruzamos Helena y yo, y nuestros maridos. Mi padre y mi hermana, en Lleida.

¿Cuándo volvió a verlos?

De Francia fuimos a México, once años en la colonia Roma, muy a gusto. Luego fuimos a Nueva York, catorce años: Miquel fue traductor de la ONU. Y luego a Ginebra. Y regresamos a Catalunya ya en 1986.

¿Y su padre, cómo estaba?

Muerto. Le vi en los años cincuenta, cuando vine con mi hija. Nos abrazamos y lloramos.

¿Pudo volver a estudiar, usted?

No. Crié a mis hijos, cuidé de la casa, ayudé a mi marido en su trabajo. Miquel pintaba muy bien, pero no se arriesgó a ser artista y aseguró nuestro sustento familiar.

Si volviese a nacer, ¿qué querría hacer?

He visto mundo. He tenido una familia, y penas y alegrías, he sido feliz... Está todo bien.

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