De BCN 29 al 92 y... ¡al 2029!
André Ricard nació con la Exposición Universal de Barcelona en el 29 y vibró con la del 92. Mientras, no ha dejado de tener ideas. Un mueble es una idea en la que te puedes sentar. Y si es buena, también será cómoda y funcional; como su botella Rania, que es otra idea tan grande que la pueden coger manos pequeñas. Y ahora se pregunta por qué a algunos les parece tan incómoda la idea de una Barcelona cosmopolita y abierta al mundo que comparta la prosperidad de sus diseños. Así que nos conjuramos para ponernos a pensar con muchos barceloneses la idea de la Barcelona del 2029, porque somos jóvenes, Ricard. Y se nos unen Xavier Mas de Xaxàs y Poldo Pomés con su documental sobre este pionero del diseño barcelonés que acaba de explicarnos una idea en la que puedes comer olivas sin que se vean los huesos.
Cuál es el objeto más bello y el que ve menos ahora mismo?
Un botón de mi camisa. El botón es un objeto que ha llegado a su perfección funcional, como una cuchara, un tenedor...
¿El botón es inmejorable?
Y por eso sus sustitutos, velcros, cremalleras..., no logran superarlo. Es bellísimo.
¿La utilidad es la máxima expresión de la belleza?
La belleza es la consecuencia del buen diseño; no el fin. En cambio, ese iPhone que lleva usted es como el iPad: incómodo.
¿Por qué?
Por su diseño: si se pone un iPad sobre el regazo, se le deslizará y caerá al suelo.
¿Pero el iPad no es bello por estilizado?
Los han querido hacer tan bonitos que han dejado de servir para lo que están hechos. ¿No le cuesta demasiado encontrar la ranurita del sonido en el iPhone?
¿Es culpa de los ingenieros?
Los ingenieros saben; los diseñado-
res comprendemos. A menudo, los ingenieros se concentran tanto en conseguir que un aparato funcione bien que se olvidan de que en realidad no era necesario.
¿Si no sirve, da igual que funcione?
Eso pasa con muchos programas informáticos pensados para el gran público, pero que solo saben utilizar los programadores que los programan.
¿Por qué me abraso y me congelo en las duchas que encuentro en los hoteles?
A menudo porque los mandos tratan de ser tan bonitos que no se entienden y son inmanejables con las manos jabonosas.
¿Diseños llamativos pero inútiles?
Como tantas cosas en nuestra sociedad del espectáculo. Se diseñan objetos para ganar la carrera por llamar la atención, pero así pierden la de ser útiles.
¿Y por eso pasarán de moda pronto?
La moda es lo que más pasa de moda. Y leo revistas de decoración que son de moda, pero no de diseño.
¿Y Barcelona, capital del diseño?
Barcelona lo fue porque siempre estuvo abierta al mundo, conectada con Europa por mar, por su aeropuerto...
¡Ay, su aeropuerto!
Aquí llegaban las tendencias antes que a ningún otro sitio.
¿Por qué?
Porque los barceloneses teníamos una tradición de apertura hacia lo de fuera y lo novedoso, que acogíamos con simpatía. Y se consolidó con la Exposición de 1929...
¿Barcelona se globalizó?
Aquí se construyó el primer edificio del movimiento moderno en el pabellón alemán de Mies van der Rohe, que también diseñó la silla Barcelona para los reyes...
¿Y del 29 al 92?
Yo nací en el 29 y pude vivir el 92...
Y diseñar la antorcha olímpica: arte sacro barcelonés.
Barcelona se estaba hundiendo durante años en los que todo ocurría en Madrid y los JJ.OO. nos devolvieron la iniciativa a los barceloneses, aunque la Generalitat estaba en contra entonces. Y esa tensión entre comarques y Barcelona es destructiva.
¿Por qué?
La Catalunya de comarcas ve el triunfo de Barcelona como un fracaso suyo, cuando deberían estar orgullosos de ella.
¿No podemos remontar juntos?
Yo soy francés, pero Barcelona es la “terra del meu cor”y estaba encantado de pensar que también la ciudad del sentido común, pero ahora lo echo en falta y veo que necesitamos otro liderazgo intelectual.
¿Del 29 al 92 y ahora ya al 2029?
Yo no tengo nostalgia de lo vivido; tengo nostalgia de lo que no voy a vivir.
¿Y qué recuerda entre el 29 y el 92?
Recuerdo cuando en Barcelona hacíamos oposición estética al franquismo.
¿Cómo?
El franquismo tenía nostalgia del pasado.
¿También se notaba en sus muebles?
Y los del franquismo, como sus ideas, eran muy incómodos. Recuerdo que el presidente de Telefónica tenía un despacho igualito al de Franco con mesa medieval y sillas de cuero durísimo y me encargó un diseño estilo “remordimiento español”.
¡Qué compromiso!
Yo viajaba por Europa... Y me negué.
¿Un encargo que sí aceptara entonces?
En el 67 diseñé la botella Rania y le hice una ranura para cogerla mejor incluso húmeda.
¿La botella de antes no era bella?
No permitía a un niño cogerla con facilidad.
¿Hoy no se diseñan grifos marcianos?
Porque muchos disfrazan de novedad lo que solo es maquillaje. Hay un grifo inmejorable... No quieran mejorarlo.
¿Y un diseño mejorable?
La máquina de coser sigue siendo fea. Y los platitos de aceitunas donde dejas los huesos babosos al lado son muy mejorables y yo ya he hecho ese diseño.