“El tiempo es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre”
Nací en Londres y vivo en Oxford. Me gradué en Arte y Literatura. Casado, tengo una hija (14). La cultura política del Reino Unido está llena de desinformación, rabia y gente que no escucha. E l cambio climático es urgente. Vivir forma parte de un universo maravilloso del que solo entendemos una pequeña parte
La maravilla en lo cotidiano
A veces hacen falta circunstancias extremas o inusuales para que lo cotidiano nos parezca maravilloso, cuenta este multipremiado escritor: el poeta Ko Un se fijaba en una manchita de luz solar del tamaño de un sello, que rebotaba en la pared de su celda en la prisión militar coreana donde estaba cautivo; eso le bastó para maravillarse de nuevo y reavivar su esperanza, aun temiendo por su vida. Escribió: “Contemplo los movimientos invisibles de todas las cosas”. Henderson ha escrito un libro, El mapa de las maravillas (Ático de los libros), en el que viaja a través de la historia, la filosofía, la religión, el arte, la tecnología y la ciencia para entender mejor las cosas que nos maravillan, y para comprender la naturaleza del asombro en sí misma. “Llevamos con nosotros las maravillas que buscamos sin nosotros”, escribió Thomas Browne.
Qué es para usted la maravilla?
Va más allá de todas las definiciones que se han hecho. René Descartes decía que era la primera de todas las pasiones, pero a menudo las maravillas han dejado de asombrarnos por tenerlas tan vistas.
¿Como la luz?
Sí, como el hecho de que la luz exista. Los físicos ofrecen muchas descripciones del fenómeno, pero su existencia va más allá de ellas, es lo que hace posible la vida.
La vida da lugar a la vida.
El pansiquismo es la creencia de que todas las cosas del mundo tienen una conciencia inherente, pero quizá la vida sean los procesos que vemos en los sistemas que habitan nuestro mundo. El concepto de vida es difícil de definir.
¿El principio de la vida fue un proceso autoorganizado?
Los procesos químicos y energéticos complejos que se daban en la tierra podían dar lugar a la vida. La tierra coge toda la energía externa para crear una vida interior.
Ser capaz de maravillarse es un don.
Se trata de prestar atención, de estar alerta, como cuando un perro oye un sonido lejano y levanta las orejas.
¿Nos moja la misma lluvia que mojaba a los dinosaurios?
Eso es maravilloso, y sí, nos moja la misma lluvia. Ahora nos estamos tomando una taza de agua, jengibre y limón, y la mayoría de esa agua es más vieja que la tierra.
¿Corren las mismas moléculas por nuestro cuerpo que las que corrían por el cuerpo de Jesucristo o Napoleón?
Sí, una pequeña proporción de ellas están en nosotros. Cuando respiramos, inspiramos parte de la esencia de esos personajes.
Todo se recicla.
El material en el planeta se reutiliza de manera continua. Hay una escena de Hamlet que lo retrata muy bien: el rey termina en los intestinos de un hombre pobre porque el gusano se come al rey, el pez al gusano y el pobre al pez. Es un ciclo que continua y del que todos formamos parte.
¿Qué órgano del cuerpo le parece maravilloso?
El corazón. Un corazón sano late sin cansarse unas cien mil veces al día. Cuanto más comprendemos su funcionamiento, más maravilloso resulta.
¿Qué dicen las últimas investigaciones?
Las personas que son conscientes del latido de su corazón saben percibir mejor las emociones de los demás.
Suena maravilloso.
Estamos hablando de un sistema que está repleto de conexiones y hay pruebas de que las personas que son más conscientes de sí mismas tienen mayor empatía, y me parece un conocimiento sumamente importante.
Nuestros corazones se sincronizan.
Sí, para bien y para mal en situaciones de estrés. En un pueblo de Soria, San Pedro Manrique, se hizo un estudio en el año 2010. Se monitorizó el corazón de las personas que atravesaban las brasas con sus pies descalzos, y sus corazones alcanzaban los 200 latidos por minuto.
No me extraña.
Pero resulta que cuanto más cercana era una persona al que atravesaba las brasas más sincronizados estaban los latidos del corazón.
Otra gran sorpresa es cómo percibimos el mundo.
Es algo asombroso. La psicóloga Alison Gopnik dice que para comprender de verdad cómo experimentan el mundo los bebés hay que fumarse cuatro paquetes de cigarrillos y beber cuatro cafés solos dobles.
No me lo tomo al pie de la letra.
No, pero los bebés no han aprendido a controlar la atención y lo hacen de manera indiscriminada y obsesiva. Su percepción del mundo es muy distinta a la nuestra: algunos científicos la han descrito como “un viaje psicodélico”.
¿Qué le sorprende a usted del yo?
Creo que mi yo terminará, creencia que me da cierta perspectiva, hace que vea la luz y la oscuridad de la existencia. El domingo tuve un buen día, fui al bosque por la mañana y por la tarde estuve haciendo zumo de manzana con mi familia y amigos, y sé que ese día tan bueno no se repetirá, y tanto esa experiencia como ser consciente de ella es maravilloso.
¿El mundo tecnológico nos va a dotar de futuras maravillas?
Estamos viviendo una revolución energética que hace 15 años nadie habría imaginado, como la fotosíntesis artificial: los sistemas que imitan lo que las plantas realizan cada día.
Se invierte mucho dinero en inteligencia artificial para matar humanos.
Parece que eso es lo que hacemos los seres humanos, es una realidad de la que debemos ser plenamente conscientes. Como escribió Jorge Luis Borges, “el tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.”