Un mundo por descubrir
Los insectos son los pequeños engranajes del sistema de la vida que hacen que la rueda no deje de girar. “Sin ellos nos extinguiríamos” explica esta entomóloga autora de un libro maravilloso, Terra insecta (Ariel), en el que nos descubre todo lo que los insectos hacen por nosotros, y nos deja con la boca abierta y el corazón ensanchado y maravillado. Averiguas por ejemplo que las polillas se comunican a través del olor a kilómetros de distancia, que las hormigas experimentadas enseñan habilidades a las jóvenes, que el insecto palo de la India está 79 días de cópula, que hay escarabajos con los oídos en las rodillas y mariposas con los ojos en el pene. Descubrirás que se está investigando el uso de cucarachas para labores de rescate en edificios derrumbados o contaminados.
El café que nos estamos tomando se lo debemos a los insectos?
Sí, porque polinizan las flores de la planta del café, del cacao y tantas otras. Nos dan pigmentos, barniz, dientes postizos, acristalamiento, analgésicos...
Mucho más que miel y seda.
El rojo carmín nos lo da la cochinilla. Y un pariente suyo nos da la goma laca con la que hacemos cosméticos y perfumes; aislamiento eléctrico, pegamento para la restauración de huesos de dinosaurios, balsas y un largo etcétera.
Gracias cochinillas.
Y se utilizan larvas de moscardón para curar heridas. La terapia larval se utilizó con gran éxito en tiempo de Gengis Kan, durante las guerras napoleónicas, la guerra civil estadounidense y la Primera Guerra Mundial. Ahora con la resistencia al antibiótico se está volviendo a utilizar.
¿Y cómo curan nuestras heridas?
Se comen el tejido muerto y el pus y no tocan el tejido vivo alrededor de la herida, producen un antibiótico e incluso generan sustancias que promueven la formación de tejido nuevo.
Las hormigas también usan antibióticos.
Sí, como viven en grandes sociedades como nosotros, se protegen de las bacterias y hongos cooperando con un microorganismo que alojan y que produce un antibiótico que se untan unas a otras. Se ha patentado para uso humano.
La patente debería ser de las hormigas.
Y las abejas y algunos escarabajos tienen el elixir de la juventud, pueden ralentizar su propio proceso de envejecimiento.
Hay larvas que se comen el plástico.
Se estima que en el 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Unas larvas que viven en la larva de los gusanos de la harina producen una enzima que no solo digieren el plástico, lo convierten en tierra cultivable.
Deberíamos hacerles la ola.
Los insectos son criaturas fascinantes, útiles y de las que podemos aprender muchísimo. Existen numerosos ejemplos de biomimetismo (imitar la naturaleza). Las libélulas inspiraron la tecnología de drones. Y las cucarachas de ciudad pronto se convertirán en tu ángel salvador.
¿Qué me dice?
Cuando hay que localizar a gente en edificios en ruinas se envían cucarachas equipadas con una pequeña mochila tecnológica con microchips a través de la cual las dirigen.
Parece ciencia ficción.
El mosquito no picador puede llegar a vivir deshidratado 17 años. Luego le tiras agua y como nuevo. Tal vez este mosquito africano tenga la clave de futuros viajes interestelares.
¿Qué investigación le apasiona?
Que el cerebro de una abeja, que es como un grano de arena, pueda contar hasta cuatro.
Los insectos pueden contar, enseñar a sus jóvenes y reconocerse unos a otros.
Incluso pueden reconocernos a nosotros. Para ellos una cara es un patrón, igual que una flor. Distinguirían su cara de la mía y recordarían esta distinción durante tres días. Cada año descubrimos una capacidad nueva de los insectos.
¿Son inteligentes?
Nos asombran con su capacidad para aprender y emitir juicios, cosa que creíamos exclusiva de animales más grandes. Los insectos sociales distribuyen tareas, comparten experiencias y charlan entre ellos de forma avanzada.
Unos científicos enseñaron a abejorros a tirar de una cuerda.
Sí, para acceder a la comida debían levantar una tapa tirando de una cuerda. Y lo más curioso es que cuando añadieron nuevos abejorros, simplemente observando aprendieron.
Son criaturas bien curiosas y exóticas.
Son hermosas, extrañas, extravagantes y maravillosas. Tienen los órganos sensoriales en distintas partes del cuerpo. Hay mariposas con ojos en el pene, otras que oyen por la boca, un grillo que tiene los oídos en la rodilla y, la mosca común tiene la lengua en las patitas.
¿Hablan entre ellos?
Se comunican de muy distintas maneras. Cuando una abeja encuentra un néctar vuelve a la colmena y bailando les explica al resto dónde está ese néctar y a cuánta distancia.
Sus ritos de apareamiento son variados.
La entomología ha cambiado desde que han llegado las mujeres, porque hasta ahora se estudiaban sobre todo los machos. El óvulo de las hembras no se fertiliza con el último macho con el que copulan, ellas tienes una especie de reservorio en el que almacenan el esperma y luego seleccionan cuál les interesa.
Otra reivindicación feminista de las insectas son los nacimientos virginales.
Sí, como el pulgón, que sin necesidad de macho ponen sus huevos de los que nacerán nuevas hembras, y cuando necesitan que nazcan machos copulan con ellos.
¿Sin insectos qué sería de nosotros?
Duraríamos muy poco porque alimentan toda la cadena trófica. En un año las aves comen en insectos el peso de todos los humanos sobre el planeta.
Hay que cambiar la mirada.
Un entomólogo canadiense dijo una vez que el mundo es muy rico en pequeñas maravillas, pero muy pobre en ojos que las ven. Incluyamos a los insectos en los planes de desarrollo y uso del suelo. Seamos agradecidos con ellos por las tareas que llevan a cabo por nosotros.