“Josep Borrell es un gran compañero de excursión”
Tengo 55 años. Estoy casado y tengo dos hijos veinteañeros, Vega y Diego. Creo que soy Cáncer Me siento un socialdemócrata del siglo XXI. Mi mayor afición: la tertulia con amigos. Preparo la cumbre de la OTAN del 99, la de su cincuenta aniversario, donde la redifiniremos para el siglo XXI.
De pequeño, ¿ju gaba usted con soldaditos?
No. Mis hermanos, sí. Mi hermano Luis llegó a coleccionarlos. Yo prefería jugar a chapas.
Eso explicaría lo de “OTAN, de entrada, no”. ¿Lo recuerda?
No me dejan olvidarme de ello ni mis amigos ni mis enemigos. Pero recuerdo más la campaña del referéndum de 1986 para la entrada.
¿Qué diría usted si un hijo suyo quisiera ser soldado de la OTAN?
Si se diese el caso, me gustaría ser un padre respetuoso con su decisión, sí.
Si defino la OTAN como el Ejército de Occidente, ¿voy bien?
Yo lo diría de otra manera.
Usted dirá.
Es la organización que hoy quiere conformar las estructuras de seguridad en Europa, para que nunca más sufra lo sufrido en este siglo.
Muerta la URSS, ¿dónde está ahora el enemigo de la OTAN?
No hay enemigo. El objetivo es favorecer un futuro de paz, seguridad y prosperidad. Vea nuestro trabajo en Bosnia.
¿Y qué pasa cuando India se saca una bomba atómica de la manga?
Nos preocupa. Lo que más nos preocupa es la proliferación de armas de destrucción masiva.
También las tiene la OTAN...
Resultado de su historia, en la que la estabilidad era importante. El futuro deberá ser diferente.
¿Es su empeño desde su cargo?
Sí. Me gustaría entrar en un siglo XXI sin proliferación de esas armas. Y lo digo más como ciudadano del mundo que como secretario de la OTAN.
¿Quién es más temible: estados o mafias que trafican con armamento nuclear?
Los estados. Es que, además, son los estados quienes tienen la obligación de impedir la acción de esas mafias.
Le creo. Es usted uno de los hombres mejor informados de Occidente.
No lo sé. Lo intento, por supuesto.
¿Qué hay que tener para ser un buen se cre tario general de la OTAN?
Disposición para trabajar 24 horas al día y toda la paciencia para construir consensos. Aquí no se vota: hay que poner a todos de acuerdo.
En el ecuador de su mandato, ¿cuál ha sido su mayor logro por ahora?
El acuerdo cerrado entre la OTAN y Rusia hace un año. Costó vencer la desconfianza, pero, una vez vencida, todo fue más fácil. El acuerdo funciona muy bien y ahora vamos a ampliar los objetivos.
¿Entrará Rusia en la OTAN?
Quiero pensar que hemos construido un camino que nos puede llevar tan lejos como queramos caminarlo juntos.
Tras sus cuatro años de mandato, ¿se plantea seguir otros cuatro?
Mi experiencia me enseña a no hacer planes. Yo prefiero dejarme llevar.
¿No añora España?
Voy sólo una vez al mes, pero hoy puedes estar más lejos de tu país en un piso de Madrid que en Bruselas. Estoy en contacto con los míos y soy un buen usuario del correo electrónico.
¿Conversa con Felipe González?
Sí, a menudo: es un buen amigo.
¿Y con el Gobierno de Aznar?
Tengo contactos frecuentes con el ministro de Defensa.
Desde la OTAN, ¿se ve que España va bien?
Me gustaría más decir que a los españoles les va bien.
¿Ansía un retorno del PSOE al gobierno de España?
Soy militante del PSOE, y espero que gane en las próximas elecciones.
¡Borrell, presidente! ¿Qué tal?
¡Muy bien! Somos muy amigos. ¡Hemos pasado tantas horas subiendo montañas! Durante años, casi cada fin de semana hacíamos largas marchas juntos.
¿Y quién tiene el paso más vivo?
¡Él, él, sin ninguna duda!
¿De qué hablaban?
De todo. Es un gran compañero de excursión. Marchando por la montaña hay tiempo para todo, hasta para sufrir: en la última travesía de tres días por los Pirineos me lastimé la rodilla y no podía caminar. Suerte que él me ayudó.
¿Borrell le llevó a cuestas?
Digamos que Pepe me soportó. Me soportó generosamente, sí.
Evóqueme otra estampa montañera.
En el Pirineo catalán vi a un señor de más de 70 años subiendo un pico a pie, él solo. ¡Me pareció maravilloso!
¿Le gustaría verse así a los 70 años?
Con la vida que estoy llevando, no sé si me imagino a mí mismo con 70 años.
Dos años en la OTAN, 14 años ministro. ¿Sabrá vivir un día sin coche oficial?
Quizá me cueste al principio, sí, pero lo superaré enseguida.
¿Cuándo volverá a regalarse una buena excursión?
En los últimos días del siglo. Quiero pasar así la noche del fin del milenio: en la montaña, durmiendo al raso, bajo las estrellas, con un pequeño grupo de amigos, en el camino de Santiago.