“Quienes tienen miedo a morir han tenido miedo a vivir”

Más relevante que mi edad es que llevo 40 años casado. Fui un niño del Bronx y escribo en Nueva York, donde hay de todo

Don DeLilloescritor; publica ‘

Enhorabuena por el premioNational Book.

“A toda una trayectoria”: sólo me lo han dado por ser viejo.

Vamos: a su familia y amigos les habrá hecho ilusión.

¿Mis amigos? Uno es fontanero, el otro quiropráctico y el tercero electricista... Y ninguno me ha dicho nada.

¿No le leen?

No creo. Y si me han leído, nunca me lo han dicho. Nunca hablamos de mis novelas. Un vecino me pidió un día que le firmara un libro para su hija. Eso es todo.

¿Por qué escribe sobre la crionización?¿Tanto miedo tiene a morir?

Tu miedo a morir es proporcional al amor que tienes a tu ego. Y para hacer congelar tu cuerpo enfermo para que lo resuciten cuando la ciencia sepa, se requiere mucho y todo el dinero que hayas conseguido con él. Yo combato ambos simplemente escribiendo...

Otros escritores dicen que escribir no es menos sufrido que trabajar.

¡Qué va! Al principio puede costar...

Como todos los vicios.

Pero cuando te concentras, es adictivo: enormemente placentero, porque te da un enorme poder sobre el mundo que vas creando línea tras línea.

¿No te lo da todo?

¡Ni hablar! Si haces lo que te da la gana en tu narración, no funciona. Para que funcione, tienes que escribir persiguiendo a tus personajes a medida que crecen. Mientras tanto, es estupendo tomarte unas vacaciones de ti mismo...

Muy necesarias.

...y al mismo tiempo conocerte mejor a través de ese otro. Yo he gozado intentado explicar la historia a través de un joven de 35 años.

Hemingway decía que escribir requiere curiosidad universal...

Cierto: sin ella no te mueves.

...y un detector de gilipolleces. Y en el mundo de la crionización hay muchas.

Es que yo he escrito una novela, no un documental. No necesito saberlo todo sobre momificación, crionización, el más allá... Sólo lo necesario para que la historia funcione. Si no, aún estaría documentándome y el libro todavía estaría por escribir.

No cita en su novela a Walt Disney, el crionizado más célebre de la historia.

¡Me enteré de que estaba congelado al leer una crítica de mi novela! Mi crionizado favorito es Ted Williams.

¿...?

El campeón de béisbol y piloto de cazas.

¿Dónde está Ted ahora mismo?

Está, pero no existe: como Dios para Heidegger: es, pero no existe.

...Como una piedra o como los cadáveres congelados de su novela.

Están en algún lugar entre existir y ser. He conocido a científicos serios que ahora desafían los límites que la religión impone a la vida eterna: los creyentes pueden creer que vivirán para siempre, pero, por ahora, sólo espiritualmente.

Antes la ciencia disputaba a la religión nuestro aquí y hoy también nuestro más allá.

La ciencia quiere que la vida eterna sea en 3D: con cuerpo y todo. Y Ted Williams hoy sólo es en algún lugar del desierto de Arizona. Y eso que era un héroe, pero también modesto...

...

¿Por qué Ted pensó que él sí y otro no...?

Se le escapa la risa, señor DeLillo.

Antes la vida eterna era fácil si eras creyente, pero la crionización complica el asunto, porque, cuando estás congelado en vida: ¿eres o existes? Y me lo tomo en serio. Hay gente muy poderosa invirtiendo billones en investigar cómo extender la vida humana tras la muerte.

Los de Singularity de Google, por ejemplo, y Kurtzweil invierten fortunas en ella.

Tendremos que crear una nueva lengua para poder describir el mundo, por eso experimento con ella en la novela. Me interesa el lenguaje de las mentes crionizadas. Y si a veces hablan de sí mismas en primera o en tercera persona.

¿Usted piensa morirse y punto?

¿La alternativa a morir es despertarse dentro de 50 años en un mundo que no es el tuyo?

No tengo ni idea, francamente.

Yo sí: no me interesa. Aunque también le diré que, en el fondo, el mundo no habrá cambiado tanto dentro de 50 años.

¿Cómo lo sabe?

Porque no ha cambiado tanto en estos últimos 50 años. Y hoy, como cuando había pirámides, quienes tienen ganas de vida sin fin es que tienen un ego sin fin, mucho dinero para prolongarlo y tal vez la sensación de no haberle encontrado el pleno sentido a esta vida. Si tienes miedo a morir, es que has tenido miedo a vivir.

¿Usted se lo ha encontrado?

Yo llevo cuatro años escribiendo esta novela y lo único que pienso es en escribir la próxima. Hace 20 años la hubiera escrito en la mitad de tiempo, pero la he escrito. Y, oiga, sepa que tengo ciertos dones proféticos...

¿...?

En Cosmópolis mi protagonista, un billonario de los que se hubieran hecho crionizar, compra un apartamento por 100 millones de dólares. La cifra entonces, en el 2003, era inconcebible... Pues la acaban de pagar de verdad por un ático en Central Park Sur.

Exagerar se está poniendo difícil.

Te pasas novelando y la realidad enseguida hace que te quedes corto. Espere y verá.

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