Héroe o demonio

Rodríguez Mendigutia fue miembro de la CIA en sus años más activos contra el comunismo. Años en los que EE.UU. no tuvo reparos en apoyar a sangrientos dictadores. Demonio para unos y héroe para otros, participó en la invasión de Bahía de Cochinos, la caza del Che, y estuvo vinculado con el presidente Bush padre durante el escándalo Irán-Contra. Fue condecorado por la CIA con la estrella de inteligencia al valor y 9 cruces a la bravura por Vietnam del Sur. En Amanecer en La Higuera (Alexandria), Rafael Cerrato cuenta la muerte del Che a través de Rodríguez y Benigno (lugarteniente del Che en Bolivia). El libro, editado en EE.UU., se vende en Amazon.

Ha torturado y asesinado?

No. En combate matas y te matan, pero eso no es un asesinato.

Fue policía secreto de la dictadura de Batista (1958).

Falso, no se crea lo que se publica sobre mí.

Pues cuénteme usted su historia.

Cuando vi los pelotones de fusilamiento y los falsos juicios de Fidel Castro decidí luchar. En 1960 fui reclutado por la CIA: un grupo de chavales fuimos infiltrados en Cuba para trabajar con la resistencia.

La invasión de Bahía de Cochinos fue un desastre.

Sí, Kennedy no envió al ejercito como estaba previsto. Conseguí escapar y seguí trabajando en la CIA contra Castro.

¿Capturó y mató al Che Guevara?

La CIA me mandó a Bolivia con las instrucciones de salvarle la vida. Pero el presidente boliviano dio la orden de matarlo.

Explíqueme ese episodio de su vida.

Me escogieron junto con otro cubano como asesor de inteligencia del Segundo Batallón Ranger. Llegué a La Paz como el empresario Félix Ramos y me trasladé al área donde operaba el Che. Allí le salvé la vida a un guerrillero, José Castillo Chávez, al que iban a eliminar y que fue el que finalmente nos dio la información de cómo se movía el Che.

¿Sin tortura?

Voluntariamente, incluso le pagué las medicinas para curar sus heridas. Gracias a él el Che fue capturado.

¿Pasó con usted sus últimas horas?

Cuando lo vi estaba tirado en el suelo atado de pies y manos "Comandante, quiero hablar con usted", le dije. "A mí no se me interroga", me contesto. Pero finalmente tuvimos una conversación amigable.

¿Amigable?

"Usted está así porque cree en sus ideales y yo le respeto", le dije. Se me quedó mirando y me pidió que lo desatara. Mandé que lo hicieran y nos pusimos a conversar. Cuando le preguntaba algo de interés táctico me respondía: "Usted sabe que no puedo contestarle a eso". Así estuvimos unas cuatro horas.

Hasta que ordenó que lo mataran.

Eran ordenes superiores y yo era el oficial de más alto rango. Cuando llegó el coronel boliviano Joaquín Zenteno Anaya le dije que habían llegado ordenes de su gobierno de eliminar al prisionero y que desde mi gobierno las órdenes eran mantenerlo vivo.

...

"Puedes ajusticiarlo como desees porque sabemos el daño que le ha hecho a tu patria, pero a las 14 h lo quiero muerto".

Y usted se hizo una foto con el Che.

Sí, y después le dije: "Comandante, lo siento, son órdenes. ¿Quiere algo para su familia". "Dile a Fidel -me dijo con sarcasmo-, que pronto verá una revolución triunfante en América", luego añadió: "Si puedes, dile a mi mujer que se case otra vez y que trate de ser feliz", y nos dimos un abrazo.

¿En serio?

Luego le ordené al sargento Terán que le disparará de cuello para abajo para que pareciera que había muerto en combate.

Ató su cadáver al helicóptero y lo llevo a Vallegrande para que fuera expuesto.

Antes de que lo enterraran clandestinamente hubo una reunión con el comandante en jefe de las fuerzas armadas. "Fidel puede negar que este sea el Che Guevara, necesitamos una prueba", dijo un coronel, y el comandante respondió: "Córtenle la cabeza y métanla en formol".

Van fuertes.

Yo le propuse que le cortara un dedo para tener su huella y le cortaron las dos manos.

Entre 1970 y 1972 estuvo en la guerra de Vietnam.

Era asesor de las PRU, unidades antiterrorista contra el Vietcong.

Eran grupos de la CIA diseñados para asesinar activistas políticos y sindicales.

Grupos paramilitares contra el Vietcong que hacían terrorismo en Saigón.

Ustedes operaban bajo el Programa Fénix y se les ha acusado de causar la muerte de más de 25.000 personas.

Jamás hice un ataque contra un político. Lo que dice es falso.

El informe Walsh prueba que mantuvo estrechas relaciones con Bush padre durante el escándalo Irán-Contra.

Intentaron acusar a la CIA (Bush era su director) de obtener fondos para financiar a la contra nicaragüense vendiendo crack a la comunidad negra de Los Ángeles. Dijeron que yo había recibido diez millones de dólares del cartel de Medellín para ayudar a la Contra basándose en información filtrada por el senador Kerry.

¿También falso?

Fui a declarar voluntariamente a Washington y pedí que fuera a puerta abierta, pero Kerry no quiso, y acabó disculpándose.

¿Cómo valora su vida?

Yo quiero regresar a una Cuba libre.

¿Se arrepiente de algo?

Yo he tratando de hacerlo lo mejor que he podido para liberar a mi patria del comunismo, y no me arrepiento de nada.

¿Qué ha aprendido del ser humano?

¿A qué se refiere?