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"'La Pastora' sobrevivió a una vida de soledad absoluta"

Tengo 59 años. Nací en Almansa, crecí en Tortosa y vivo entre Barcelona y Vinaròs. Soy escritora, traducida a catorce lenguas. Estoy casada por segunda vez y tengo dos hijos y una nieta. Soy socialista. Soy más agnóstica que atea. Nunca dejaré de escribir novela negra

Alicia Giménez Bartlettnovelista, última ganadora del premio Nadal

Cuándo oyó hablar por primera vez de la Pastora?

De niña, en el colegio, en Tortosa: por allí era un mito.

¿Qué se decía?

Que era una sanguinaria bandolera de las montañas, que quizá era hombre... Las madres asustaban a sus hijos para que se portasen bien: “vindrà la Pastora i se te'n durà!”

Una persona que daba miedo...

Tras su detención en 1961, los niños cantábamos: “¡Viva la Guardia Civil, que ha atrapado a la Pastora, mujer de bajos instintos, fea, mala y pecadora!”.

¿Dónde la atraparon?

Caminando había huido a Andorra, y allí alguien la delató. Había vivido años en cuevas entre muelas y barrancos de su comarca, donde la Guardia Civil fue incapaz de cazarle..., ¡e incluso los guardias evitaban enfrentarse a su partida del maquis, por miedo!

¿En qué tierras se movió?

Entre los Ports de Morella y el Maestrat castellonense y turolense, un territorio muy montañoso, aislado, agreste…

Duro, remoto, bello: conozco.

Había nacido en una familia pobre de una pequeña masía del pueblito de Vallibona.

Dice él..., pero nació mujer, ¿no?

Un dictamen médico durante su juicio estableció que genética y hormonalmente era hombre. Pero había nacido con una malformación genital (pseudohermafroditismo masculino: escroto bífido y pene muy pequeño) que hizo dudar a sus padres... Y la madre decidió registrarlo como mujer: Teresa Pla Messeguer.

¿Por qué esa elección?

Para evitarle malos tragos en la mili. Le vistieron como a una niña, pero tenía fuerza y comportamientos montaraces de niño. Sus hermanas mayores le pegaban por eso, y sus padres decidieron entregárselo a una aislada familia de pastores, a sus nueve añitos.

¿Qué vida llevó a partir de entonces?

De pastor en los montes, cuidando cabras y ovejas. Conoció todos los caminos. Con los años desarrolló fuerza física: se subía a los hombros una oveja de ochenta kilos...

¿Tenía vida social?

La gente empezó a llamarle Teresot... Todos querían saber si era hombre o mujer, todos querían espiarle bajo las faldas. Y se defendió de este acoso mediante la fuerza.

¿Cómo?

Repartiendo mamporros. Un día se presentó a una fiesta del pueblo ¡con un hacha!, porque había oído que un grupo de mozos querían desnudarle... Y funcionó.

Pero debe de ser muy duro vivir así.

Las humillaciones y el acoso fueron constantes desde niño, y se convirtió en una persona muy solitaria, sin relaciones... Pero en la montaña empezó a tratar a personas del maquis, a hacerles pequeños recados...

¿Por convicción política?

No. Un día la Guardia Civil torturó al masover de la masía en que trabajaba, como sospechoso de colaborar con el maquis: le castraron y luego le pegaron un tiro ante su familia, y la Pastora lo presenció todo...

Qué salvajada...

Y otro día, el teniente Mangas de la Guardia Civil, y sus hombres, le obligaron a desnudarse bajo amenaza de pegarle un tiro...

Cuánta abyección, qué tiempos...

Tras esta humillación, se unió al maquis. Y por primera vez alguien le acogió y le permitió elegir: decidió cortarse el pelo, peinarse y vestirse como hombre, y llamarse Florencio. ¡Por primera vez, tenía una familia!

¿Participó en acciones guerrilleras?

Era el guía de la partida: nadie como él conocía el terreno. Asaltaban masías, él vigilaba la entrada, y luego siempre lograban escabullirse de la guardia Civil.

¿Le gustaba hacer eso?

Logró pertenecer a algo, ser aceptado. Hasta que cayó un compañero en una acción: él y otro (Francisco) temieron ser acusados de haberle abandonado y dejaron el maquis.

¿Y qué hicieron entonces?

Acompañó a Francisco en el asalto de una casa rica, la de los Nomen, en Tortosa. Hubo un tiroteo e hirieron a Francisco: huyeron... pero Francisco murió en la montaña. ¡La Pastora estaba más sola que nunca!

No podía volver al pueblo, no podía volver al maquis...

¡Absoluta soledad, sí! Vivió en una cueva, comiendo lo que hurtaba, sin dejarse ver por nadie, sin hablar con nadie...

¿Cuánto aguantó así?

Dos años, hasta que se largó a Andorra caminando: fue contrabandista de tabaco, le denunciaron, le expulsaron, le detuvieron aquí y le juzgaron. ¡Fue acusado de 29 asesinatos!

¿Había matado a toda esa gente?

Lo negó siempre. Y nunca pudo probarse. Sí reconoció haber ido a buscar a personas que en el pasado le habían escarnecido, y haberles propinado terribles palizas.

¿Cómo acabó sus días?

Después de casi veinte años de cárcel en Valencia, fue indultado en 1978. Un funcionario de prisiones que le trató se apiadó de él: ¡le acogió en su casa hasta que murió, en 2004!

¿Qué le hubiese gustado preguntarle a la Pastora de haber podido?

A alguien que ha sufrido tanto, me parece que es ocioso preguntarle nada. Ni le admiro ni enaltezco, sólo me impresiona.

¿Qué es lo que más le impresiona?

El momento en que decide ser Florencio: se ve en un espejo y rompe a llorar. ¡Está abandonando una vida entera! La Pastora sobrevivió a una vida de soledad absoluta.