“A Trump no le interesa tanto ganar las elecciones como permanecer en el poder”
Elecciones en Estados Unidos
Nils Gilman, vicepresidente del instituto Berggruen, cree que “si el resultado es ajustado, Trump presentará batalla”
El pasado mes de junio nils Gilman ayudó a organizar el Transition Integrity Project, un ejercicio político para explorar posibles alteraciones del proceso democrático durante las elecciones presidenciales y el traspaso de poderes en caso de que Trump pierda la reelección. Alguno de los escenarios que han anticipado el centenar de académicos y miembros de pasadas administraciones son preocupantes, con posibilidad incluso de violencia en las calles si el resultado es muy ajustado. Hablamos con él hace unos días por Zoom.
Usted anticipa una dura pelea postelectoral.
Si Biden gana por goleada, Trump no tendrá más remedio que aceptar la derrota, pero si el resultado es ajustado, presentará batalla. A él no le importa tanto ganar las elecciones como permanecer en el poder. Si, por ejemplo, se impone en Texas, Arizona, Carolina del Norte, Florida, Iowa y la victoria final depende de dos o tres estados, como Pensilvania y Michigan, entonces sí que veremos una dura pelea.
Pensilvania parece que es la clave.
En el 2016 votaron cuatro millones de personas y Trump ganó por apenas unos 45.000 votos. Este año, casi tres millones de personas han solicitado votar por correo. Unos 1,3 millones de demócratas y 400.000 republicanos han enviado ya su voto. En Pensilvania no se empiezan a contar los votos anticipados hasta que cierran los colegios electorales el día de las elecciones. Luego hay que abrir los sobres y comprobar si la firma del votante es auténtica. Lleva mucho tiempo. Entre los que piensan votar en persona, el 60% es republicano y el 40% es demócrata. Cuando cierren los colegios, es muy probable que Trump haya ganado el voto presencial, pero faltarán por contar los tres millones de votos por correo y hará todo lo posible para impedirlo. Disputará en los tribunales la validez de cada uno de ellos. Biden le lleva una ventaja de unos ocho puntos en los sondeos. Trump podría perder Pensilvania si todos los votos se cuentan. Su estrategia será dilatar el recuento hasta el 8 de diciembre. Esta es la fecha límite para certificar el resultado de las elecciones y atribuir los votos electorales a uno de los dos candidatos. El Congreso de Pensilvania, bajo control republicano, podrá decir que hay que parar el recuento el 8 de diciembre y si Trump logra que muchos votos electorales no se cuenten es posible que mantenga su ventaja y se lleve la victoria.
Trump puede ganar el voto presencial en Pensilvania y si es así, retrasará el recuento del voto por correo hasta la fecha límite del 8 de diciembre”
¿Y esto puede pasar en otros estados?
En Carolina del Norte, donde tampoco se puede empezar a contar hasta que cierran los colegios, así como en Wisconsin, Michigan, Florida, Iowa y otros estados donde los republicanos controlen la asamblea legislativa.
Trump, además, no para de decir que puede haber fraude en el recuento del voto por correo.
Lo dice sin aportar ninguna prueba, pero eso no le importa. Lo único que le importa es que su base electoral esté convencida de ello.
¿Teme usted que esta base electoral intimide a los votantes demócratas en los colegios electorales?
Sí, sin duda. Puede haber gente que se presente con armas en los colegios y que la policía haga la vista gorda. Hay muchas formas de intimidación e incluso de violencia.
Pero esto es algo que vemos solo en democracias muy imperfectas.
En EE.UU. la gente está armada hasta los dientes. La venta de armas se ha disparado en las últimas semanas. Hay un riesgo significativo de que haya violencia.
¿Las autoridades locales no la impedirán?
Hay muchos policías que son trumpistas. Pero también he de decir que muchos secretarios de estado, responsables de gestionar las elecciones en sus estados, no quieren comprometer su reputación y verse implicados en un turbio recuento con sospechas de fraude. Trabajarán para que las elecciones sean limpias y transparentes.
¿Y si la idea de que ha habido fraude cala entre los que salgan derrotados?
Si entre los republicanos o los demócratas se asienta la convicción de que el otro les ha robado las elecciones, no hay duda de que saldrán a la calle. Sería una situación muy peligrosa. No creo que la policía pueda afrontarlo. Los gobernadores movilizarán entonces a la guardia nacional.
¿La violencia favorece a Trump?
Supongamos que hay violencia de la derecha en un estado con un gobernador demócrata que pide la intervención de la guardia nacional para frenar las protestas, como en Pensilvania, Wisconsin o Michigan. En este caso, Trump puede asumir el control de esta guardia nacional y ordenar que no salga de sus bases para que la violencia se extienda.
EE.UU. puede vivir un conflicto civil de baja intensidad que se prolongue durante meses o años”
¿Hay riesgo de una confrontación civil?
Yo no hablaría de una guerra civil como se entendería en España. Pero sí que puede haber un conflicto civil de baja intensidad que se prolongue durante meses o años.
¿De qué tipo de conflicto hablamos?
Asesinatos selectivos, ciberataques y campañas de difamación. Hay medios de comunicación, como Fox News, que ya alertan de esta posibilidad y alientan a su audiencia a que esté preparada para defenderse. Se está invocando ya a la segunda enmienda, el derecho a llevar armas.
¿Cómo hemos llegado a este punto tan bajo de la democracia estadounidense?
Porque el partido republicano se ha convertido en una fuerza de extrema derecha sin ningún respeto por el proceso democrático. Como el mismo Trump ha reconocido, si todos los estadounidenses votaran, los republicanos no ganarían ninguna elección. Por eso se esfuerzan tanto en negar el voto en los estados que controlan, complicando mucho el registro de electores o con intimidaciones.
El partido republicano se ha convertido en una fuerza de extrema derecha sin ningún respeto por el proceso democrático”
Trump es una consecuencia de esta deriva.
Trump lo ha empeorado todo, pero el mero hecho de que consiguiera ser el candidato a la presidencia en el 2016 demuestra lo podrido que está el partido republicano.
¿Cuándo cree usted que los conservadores empezaron a comportarse se esta manera?
Cuando Newt Gingrich se hizo con el control del partido a mediados de los años noventa. Hasta entonces, el partido republicano se había comportado con lealtad democrática, es decir, respetando a las instituciones y al rival político.
La desigualdad económica también ha contribuido al auge de posiciones conservadores más extremas.
La economía política no se ha recuperado de la crisis financiera del 2008. Creo que en Europa tampoco. De la misma manera que en España están los indignados, en Estados Unidos hay muchas personas que creen que las elites han traicionado al país. Estas personas cada vez ganan menos mientras que las elites ganan más y no hay nadie que asuma ninguna responsabilidad por este declive.
Es típico de los gobiernos contemporáneos.
Nadie asume la responsabilidad de la Covid-19, de la guerra de Irak, de los atentados del 11-S, de por qué los chinos se comen nuestra comida. Y así crece el odio que alimenta los populismos en Europa y Estados Unidos. Las elites gobernantes deben irse cuando son incompetentes o corruptas, y eso no es fácil que suceda. Al contrario, se blindan para evitar cualquier asunción de responsabilidades.
¿Las instituciones democráticas no pueden impedir el declive?
No. Necesitamos una reforma estructural. Aunque gane Biden hay que reconstruir las instituciones y esto será muy complicado y nada gratificante. Es como cuando hay que cambiar el sistema eléctrico en una casa. Es un desastre. Has de reventar las paredes, tirar cables nuevos, enchufes, interruptores, volver a taparlo todo, pintar… Un trabajo muy arduo y muy caro que, además, no se ve. Reformar las instituciones no supondrá, de entrada, repartir mejor la riqueza, como esperan tantos estadounidenses. Biden tendrá mucho trabajo reparando la administración que Trump ha destrozado y le será difícil que la gente le aplauda por ello.
Es difícil que los republicanos le reconozcan nada tal como está la situación.
Sí. El país está muy dividido y traumatizado.
Usted ha hablado incluso de la necesidad de una comisión de la verdad y la reconciliación, como la que hubo en Sudáfrica al final del apartheid.
Sí. No sé si podemos conseguir la reconciliación. Una comisión de la verdad es una buena idea. Saber, por ejemplo, cómo se ha abordado la pandemia. Sin embargo, si la reconciliación ha de venir por canales ajenos a la justicia, como hemos visto en Sudáfrica, Ruanda o Guatemala, no estoy tan seguro de que sea una buena idea.
Agentes de seguridad camuflados han detenido a manifestantes en Portland; de aquí a gestionar escuadrones de la muerte hay un paso”
Volvemos al tema de la responsabilidad, de asumir los errores.
Cuando Obama llegó a la Casa Blanca dijo que no iba a pedir responsabilidades a nadie por las torturas después del 11-S o por la crisis financiera. Yo creo que este perdón, por decirlo de alguna manera, es una de las raíces de la ira que hay hoy en este país. La administración parece que tenga carta blanca para hacer lo que quiera. Coches camuflados y agentes no identificados del departamento de Seguridad Interior han detenido a manifestantes en Portland (Oregón). De aquí a gestionar escuadrones de la muerte hay un paso.
Es autocracia.
Correcto. Y no entiendo cómo lo permitimos. Las personas que dieron esas órdenes deben ser procesadas o confesar en público por qué lo han hecho y reconocer que es ilegal y está mal.
Cuesta imaginarse a Trump admitiendo un error. Es más fácil que se perdone por todas las supuestas ilegalidades que ha cometido.
Sin duda va a perdonarse, así como a su familia y a determinados miembros de la administración. Pero hay delitos de los que no puede perdonarse, como el fraude fiscal y bancario en el estado de Nueva York. Esto le asusta. Podrá ser procesado cuando deje la Casa Blanca y si es condenado yo creo que ya estará bien. Al Capone fue a la cárcel por evadir impuestos y eso fue suficiente para desmontar su organización criminal. Sería algo parecido con Trump. Pero no descarto que se vaya al exilio, como tantos dictadores y presidentes corruptos.